miércoles, 29 de febrero de 2012

Rugby, emoción y tributo en la montaña del milagro

Sobrevivientes y familiares recordaron a uruguayos accidentados en los Andes:
Rugby, emoción y tributo en la montaña del milagro
Con un partido jugado a 3.500 metros sobre el nivel del mar se homenajeó a las 29 víctimas y 16 supervivientes de la tragedia que hace 40 años conmovió al mundo.   


Sebastián Sottorff y Héctor Yáñez desde Malargüe, Argentina 


"Cada vez que subo, me pasan cosas distintas. Esta vez vine con mis hermanos, mis hijos y muchos amigos. Es difícil de explicar, pero en ese lugar nos conectamos con una montaña maravillosa, que fue nuestro hogar durante 70 días. El sol, las estrellas y la luna fueron nuestro techo. Ahí, la presencia de Dios es muy grande, y estás en un estado de contemplación en el que todos los pensamientos se esfuman. La montaña está viva, y volver después de casi cuarenta años es una nueva oportunidad para celebrar y agradecer. A la vida y a todos quienes me enseñaron a luchar".

El que habla es Gustavo Zerbino, uno de los 16 uruguayos que sobrevivieron al accidente aéreo que en 1972 cobró la vida de 29 de sus compañeros, y que impactó al mundo por el ejemplo de tenacidad y esperanza que brindaron quienes, como él, pudieron escapar de la muerte (ver recuadro).

Han pasado sólo un par de horas y Zerbino, médico de profesión y con apenas 19 años el día de la tragedia, ha descendido por novena vez desde la cordillera de los Andes. La primera fue ese diciembre de 1972, cuando un helicóptero de la FACh lo trajo de regreso a la vida desde el glaciar que, a 4 mil metros de altura, se llevó para siempre a sus compañeros.

Su último descenso fue el domingo, luego que junto a su familia y varios amigos visitara el cerro El Sosneado, una cumbre en la que aún están los restos del avión Fairchild y descansan las 29 víctimas del accidente. Era la forma de tributar la memoria de quienes protagonizaron una historia que en octubre cumplirá cuarenta años.

"Lo que nos pasó es un testimonio de solidaridad que rompió todos los límites de supervivencia. Lo que hicimos fue gracias al amor, porque creímos que siempre era posible vivir", añade Zerbino en Malargüe, una ciudad argentina ubicada a 421 kilómetros al suroeste de Mendoza.

El lugar es el punto de partida de la ruta de peregrinación que cientos de personas recorren cada año para visitar el Valle de las Lágrimas, la zona donde el vuelo 571 de la Fuerza Aérea de Uruguay capotó abruptamente.

Zerbino no se siente un héroe, pero asume que su experiencia genera impacto en millones de personas alrededor del mundo.
"Todos los días recibo miles de mails de personas que me agradecen, porque sienten que nosotros les damos fuerzas para luchar. Pero no me siento como un guía, porque lo que hicimos fue gracias al amor; porque creímos que siempre era posible vivir", sentencia, mientras revisa las fotos que captó en la altura con su cámara.

No hay superhombres
Además de visitar el sitio del accidente, el monolito y la cruz que marcan el lugar donde están los cuerpos de sus compañeros, Zerbino llegó a una planicie de El Sosneado, a 3.500 metros de altura, para jugar rugby. El partido lo organizó la Fundación Rugby sin Fronteras, que realiza acciones solidarias y promueve los valores de este deporte con encuentros en lugares emblemáticos. Ya han jugado en las Malvinas y en Sudáfrica, y en 2010 organizaron un partido para recaudar fondos destinados a las víctimas del terremoto del 27-F. Esta vez, familiares y amigos de los protagonistas del Milagro de los Andes son parte de la expedición.

Uno de los equipos que jugaron en la cordillera fue liderado por el chileno Francisco Planella, ex entrenador de la selección chilena y del club Old Boys, que en 1972 se iba a enfrentar al Old Christians uruguayo que viajaba en el Fairchild.

"Es muy difícil explicar lo que se siente en esa montaña. Es algo muy impactante y uno se da cuenta de lo que hicieron ellos. Ellos no son superhombres, pero tenían el profundo deseo de vivir. Eso los sacó adelante. Así que esto es, por lejos, lo más hermoso que me ha pasado en mi vida", explica el chileno entre lágrimas.

El otro equipo lo capitaneaba Alejandro "Coco" Nicolich, hermano de Gustavo, uno de los rugbistas que murieron en los Andes.
"Le agradezco a Dios la oportunidad de venir, y me llevó cuarenta años lograrlo. Yo siempre dije que mis lágrimas se habían secado, pero me voy siendo otra persona", dice Nicolich, llorando tras realizar una cabalgata que duró más de ocho horas. Detrás de él se erige, imponente, la cordillera en la que aún permanece su hermano.

Asombrosa historia de sobrevivencia
El Milagro de los Andes es una de las historias de sobrevivencia más asombrosas de la humanidad. Comenzó el 13 de octubre de 1972, cuando el equipo de rugby uruguayo Old Christians abordó un avión Fairchild de la Fuerza Aérea de ese país para jugar un partido contra el Old Boys chileno en Santiago. Presa de una tormenta, el avión cayó a un glaciar de la cordillera de los Andes, a 4 mil metros de altura. De los 45 ocupantes, 29 murieron en el impacto, en avalanchas posteriores o de hambre. Se les buscó sin éxito durante 70 días, hasta que el 21 de diciembre, tras caminar 10 días al borde de la inanición, sin equipo y sin experiencia de montaña, Fernando Parrado y Roberto Canessa descendieron a Los Maitenes, frente a San Fernando. Allí se toparon con el arriero Sergio Catalán, que avisó a Carabineros. Entre el 22 y 23 de diciembre, en una misión sin precedentes, pilotos de la FACh forzaron sus helicópteros UH más allá de los límites conocidos para rescatar a los 14 jóvenes que aún seguían vivos. La noticia dio la vuelta al mundo. El milagro fue posible.





Sobrevivientes y familiares recordaron a uruguayos accidentados en los Andes:
Rugby, emoción y tributo en la montaña del milagro – Con un partido jugado a 3.500 metros sobre el nivel del mar se homenajeó a las 29 víctimas y 16 supervivientes de la tragedia que hace 40 años conmovió al mundo. El Mercurio






Restos En el valle de Las Lágrimas aún se encuentran partes del avión Fairchild. Guías argentinos ofrecen excursiones que llegan al lugar luego de ocho horas de cabalgata. Allí los turistas se fotografían junto a los vestigios de la nave. 


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martes, 28 de febrero de 2012

lunes, 27 de febrero de 2012

El torreón del San Cristóbal se reinventa


Esta tradicional torre del Parque Metropolitano albergará un restaurante que tendrá una de las mejores vistas de Santiago.
por Darío Zambra

FUE UN gran año para el Parque Metropolitano.
En 1925, el entonces Presidente de la República, Arturo Alessandri, inauguró tres lugares que con el tiempo se transformaron en hitos de Santiago: el Zoológico Nacional, el funicular y el Torreón Victoria.

Este último se emplaza en la ladera poniente del cerro San Cristóbal. Originalmente, era una construcción de piedra con tres niveles, algo parecido a una pequeña fortaleza en medio de la ciudad.

Se construyó con la idea de que fuera un observatorio astronómico, pero eso nunca se concretó.
Es probable que en los 87 años de existencia de esta torre, algunos santiaguinos hayan asistido a más de alguna de las tantas actividades que albergó. Pueden haber sido las muestras que en los 80 organizaban los centros de madres que lideraba Lucia Hiriart. Tal vez fueron invitados a uno de los varios matrimonios que se celebraron ahí o quizás hayan presenciado los recitales de los cantautores chilenos Leo Quinteros y Felipe Cadenasso, durante el verano de 2008.

Pese a sus múltiples usos, el protagonismo del Torreón Victoria ha sido más bien discreto. "Nunca se aprovechó su potencial", asegura el Coordinador Nacional de Parques Urbanos del Ministerio de Vivienda, Martín Andrade. Pero hoy se está reinventando: ya está en marcha un proyecto para instalar ahí un centro gastronómico que busca convertirlo en uno de los principales atractivos del parque.

Los terremotos y el Torreón Victoria no se llevan bien. Los que se registraron en 1960 y 1985 se ensañaron con esta construcción y echaron abajo su parte superior. El sismo de febrero de 2010 terminó por dejarlo inutilizado: debilitó sus pilares, botó casi todas sus piedras y dañó la mitad de la losa que está sobre la planta baja. Cuando ocurrió la tragedia, en el lugar funcionaba la galería Flor de Arte, la que cerró después del terremoto por la clausura de la torre.

Dos años más tarde, su reinvención marcha a tranco firme. En diciembre comenzó la restauración y la idea es que quede lo más parecido al original. La única diferencia es que no tendrá la torre que lo coronaba en sus inicios.

"Vamos a mantener la línea arquitectónica que tenía antes. Esta seguía el diseño creado por Luciano Kulczewski para la estación de acceso al funicular", explica Andrade. El torreón conservará su forma octogonal y también las piedras que se utilizaron en su construcción. Además, en esta oportunidad se le incorporarán las fundaciones, ya que tras un análisis estructural, se descubrió que no las tenía. La remodelación terminará en julio.

En forma paralela, la administración del parque elabora las bases para la licitación de este recinto. La idea es que en agosto, apenas concluyan las obras, esté operando el nuevo proyecto, que se espera sea una cava de vinos, un café con wi-fi o un restaurante. "Pueden ser estas dos últimas opciones juntas. Premiaremos la propuesta que le dé más vida a este sector del parque", afirma Andrade.

El potencial del torreón es alto. Está ubicado en el sector Tupahue, frente a la piscina del mismo nombre, a la estación intermedia del teleférico y a escasos metros de la Enoteca. Ahí también convergen los caminos de acceso al parque, el de Pedro de Valdivia Norte y el de Pío Nono.

El recinto es amplio: el interior de la torre tiene 120 m2 y las terrazas y la azotea suman 580 m2. Además, está rodeado por palmas chilenas y araucarias y tiene una atractiva vista de la ciudad.
Para incentivar las visitas, a las personas que ingresen en auto al restaurante del torreón se le descontará de la boleta el cobro del peaje ($ 3.000 de lunes a viernes y $ 4.000 los fines de semana y festivos), tal como se hace hoy en la Enoteca. De todos modos, lo que se busca es asegurar el acceso peatonal a este sector. El proyecto para reactivar el teleférico, cuya licitación se lanza en abril, va en esa línea. "Este es un punto neurálgico, ya que por aquí pasa gran parte de los cinco millones de personas que nos visitan al año. Por eso es importante contar con este lugar de pausa y descanso", remata Andrade.


27F Reconstrucción

27F ANTES Y DESPUÉS

http://www.emol.com/especiales/2012/actualidad/conmemoracion-27f/pelluhue-video.asp


A dos años del terremoto

Un equipo de Emol.com viajó a las localidades más afectadas por el tsunami y capturó imágenes del estado de avance de la reconstrucción.

domingo, 26 de febrero de 2012

La difícil restauración de seis templos emblemáticos de Chile Patrimonio religioso:


La difícil restauración de seis templos emblemáticos de Chile
Patrimonio religioso:






dos años del terremoto, la reconstrucción ha sido una verdadera hazaña para la Iglesia. Sólo en Santiago, 70% de los templos resultó con daños, mientras que en las regiones afectadas por el sismo la cifra llegó a 90%. $600 millones Santuario Inmaculada Concepción de Maipo (San Bernardo)

EN RESTAURACIÓN

En el 2011 se consiguieron algunos recursos con la Fundación Adveniat, la Municipalidad de Buin aportó para el altar $10 millones y el Consejo Nacional de Cultura $120 millones. Actualmente se trabaja en el atrio, en las torres y en la restauración del altar. Para el término de las obras se necesitan $350 millones.

$250 millones Parroquia Santísimo Sacramento (San Bernardo)

EN RESTAURACIÓN

Fue construida en 1921 y en 1987 pasó a formar parte de la recién creada diócesis de San Bernardo. En esta parroquia se ha mantenido con fuerza la religiosidad popular expresada en los cuasimodistas y cantores a lo divino. El proceso de restauración se ha realizado con recursos conseguidos por la Iglesia, la comunidad y empresarios de la zona. Actualmente faltan $150 millones para culminar los trabajos.

$30 millones Santuario Cristo Pobre (Santiago)

RESTAURADO

Ubicado a un costado del Parque de la Quinta Normal, este tradicional Santuario de la calle Matucana resultó con serios daños debido al terremoto, ya que una de las murallas del cité Las Palmas cayó sobre el techo del templo. Las religiosas a cargo del lugar, las Oblatas Expiadoras del Santísimo Sacramento, no contaban con ningún tipo de ayuda, hasta que un donante anónimo se enteró por El Mercurio de la situación y decidió aportar el dinero para la restauración.

$500 millones Santa Rosa de Pelequén (Rancagua)
RESTAURADO

El Santuario de Santa Rosa de Pelequén se caracterizó hasta el 27 de febrero de 2010 por su cúpula de cobre en forma de "cebolla", el terremoto la desplomó y cayó sobre el techo del santuario. A mediados del año pasado se terminó su restauración, desapareciendo definitivamente dicha cúpula, volviendo a una torre tradicional.

$200 millones Iglesia del Primer Monasterio de la Visitación (Santiago)

RESTAURADO

Ubicado en Huérfanos 2341, su construcción se terminó a finales de 1940. Su reconstrucción fue posible gracias a diversas donaciones de particulares. Actualmente las religiosas "visitandinas" necesitan ayuda para restaurar su monasterio, que se encuentra completamente dañado y no cuentan con recursos, ni menos con ayuda para hacerlo.

$60 millones Parroquia San Lázaro (Santiago)

RESTAURADO

A cargo de la Orden de la Madre de Dios, es considerada como una de las parroquias más hermosas de Santiago. Su torre principal tuvo daños estructurales, la comunidad parroquial logró juntar los $60 millones para su restauración y el Arzobispado colaboró con otros arreglos.

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Lo sabroso de La Chimba

La palabra en quechua significa "de la otra banda" y en tiempos de la Conquista designaba el lugar, al norte del Mapocho, donde estaban las chacras.

Texto, Pablo Andulce Troncoso 
Fotografías, José Luis Rissetti  


El reguetón en los parlantes se interrumpe por unos minutos para que un hombre anuncie: "Después de Dios está La Vega. Se lo recuerda Donde Monchito, frutas y verduras frescas". A pesar de las ganancias fluctuantes y de las jornadas duras que comienzan de madrugada, la mayoría de la gente que vende, carga o limpia en estos corredores le daría la razón a Monchito. Especialmente los que llegaron siendo niños y recibieron el oficio de sus padres, porque lo que se da en estas nueve hectáreas y media no es sólo comercio de casi todos los tipos posibles. Se trata más bien de la única forma de vida que conocen y les gusta llevar.

La Vega Central, La Vega Chica, El Baratillo, el Mercado Tirso de Molina y La Pérgola Santa María conservan aún el carácter popular que tiene desde sus orígenes el lugar en que se insertan. Ahí se palpan los vestigios más nítidos de un vasto sector rural que abastecía a la ciudad con frutas y hortalizas desde su fundación, y que el progreso urbano ha ido diluyendo. La Chimba -que en quechua significa "de la otra banda"- fue el nombre que se le dio en tiempos de la Conquista al arrabal que se formaba en la ribera norte del río Mapocho, cuya población era descrita por los cronistas como "sin costumbres ni ocupación".

Desde el principio de la colonización española, esta extensa zona -que hoy incluiría porciones de las comunas de Independencia, Santiago y Recoleta- recibió un uso agrícola y se convirtió en refugio para indígenas y mestizos que debían trabajar la tierra y no eran bien recibidos en la ciudad que nacía al otro lado del río. Con la construcción de los Tajamares -en el siglo XVII- experimentó un discreto crecimiento demográfico que se intensificó con la llegada del comercio. A mediados del siglo XIX los habitantes de Santiago ya hablaban de "La Vega del Mapocho" para referirse al lugar, a la entrada de La Chimba, donde se comercializaban los productos que venían de las chacras de más al norte. Los galpones precarios en que se instaló tras la canalización del río dieron paso en 1895 a una estructura más sólida y amplia, mucho más cercana a la que conocemos ahora. Ésta se levantó gracias Agustín Gómez García, un empresario poderoso del sector, quien impulsó el proyecto de un gran mercado de abastos para Santiago.

Hoy los límites periféricos se han expandido y La Chimba, aunque no todo el mundo la reconoce así, es un barrio, tan urbano como cualquiera del Centro, comprendido entre las calles Independencia y Recoleta, el río hacia el sur y los cementerios al norte. Pero incluso con todos los cambios, por sus calles -especialmente las que están alrededor de La Vega- todavía se pueden ver personajes que se extinguieron en otras partes de Santiago. Gente como Ernesto Zapata, que lleva más de cuarenta años afilando cuchillos a los dueños de los puestos y las cocinerías.

Rodeado de especies y frutos secos, Franco Piccinini -dueño de "La Competencia", un local en El Baratillo- cuenta que su negocio existe al menos desde 1947, cuando su suegro lo inició con abarrotes. La posibilidad de encontrar de todo le parece la cualidad más importante del sector; la delincuencia es el gran problema: "Es cierto que ha disminuido desde que remodelaron Tirso de Molina y La Pérgola. Ahora hay más guardias vigilando. Nunca fue algo muy violento en todo caso. Acá lo que hay son lanzas baratos, de esos que roban cadenas, relojes o cámaras fotográficas. La sangre sale cuando pelean los curaditos", dice riendo, "ellos también son parte de la esencia del barrio y también se ven cada vez menos".

"En Chile seguimos preocupados del monumento, y si no hay uno cerca el área no tiene valor. Eso ya no es así, definitivamente. Aunque en La Chimba existen varios, más que la reconstrucción de una cáscara física, lo fundamental en el barrio son las formas de vida que se pierden. Eso es lo único contra lo que ningún plan de modernización debe atentar", advierte Antonino Pirozzi, arquitecto, académico y presidente del Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio.

La Vega y sus alrededores pueden ser las postales más fieles del espíritu de La Chimba, pero no son las únicas. En las dos avenidas más grandes que la recorren quedan recordatorios imponentes de que la Iglesia Católica se instaló ahí tempranamente. La Recoleta Franciscana partió con una capilla modesta en un terreno que fue donado a la orden en 1643. Tras el terremoto de 1730 comenzó la construcción de una nueva obra que alcanzó su forma actual con la torre que le agregó Fermín Vivaceta en 1848. Veinticinco año después, el arquitecto Eusebio Chelli recibió el encargo de diseñar una réplica exacta de la Catedral de San Pablo Extramuros de Roma en un terreno cedido por la propia Inés de Suárez, cerca de la ladera poniente del cerro San Cristóbal. Los trabajos duraron treinta años, pero cuando se inauguró en 1882, la Recoleta Dominica se puso inmediatamente entre las iglesias más hermosas del país.

En Independencia también se encuentran edificios valiosos como el Monasterio de las Carmelitas Descalzas de San Rafael y la Cervecería Ebner, pero en términos de importancia histórica, la calle misma es fundamental. Cuando Pedro de Valdivia y sus hombres entraron al valle que sería Santiago, lo hicieron a través de uno de los Caminos del Inca. Éste, que entonces se llamaba Camino de Chile, posteriormente recibió otros nombres como "Cañada de la Chimba", "Camino Real de la Cañadilla", hasta que en 1817 el Ejército Libertador ingresó triunfante desde Chacabuco y pasó a ser la Avda. Independencia. Hoy la calle, al menos en la parte que pertenece a La Chimba, se caracteriza por el comercio de telas.

Mario González -vendedor de la clásica sastrería Monterrey desde hace 45 años- recuerda que no siempre fue así: "Harán unos diez años que se pusieron las telas. Antes había mueblerías, ferreterías, tintorerías y fábricas de sombreros". Al interior de la tienda, e incluso antes, durante su infancia, ha visto al barrio progresar, desde "los carros enganchados a la corriente" hasta el Transantiago. Lo que más extraña es la seguridad.

En los últimos años han surgido varias iniciativas para remodelar la zona de La Chimba. Algunas como las nuevas instalaciones del mercado Tirso de Molina y la Pérgola Santa María se han llevado a cabo y, gracias a una mejor iluminación y vigilancia han contribuido a la disminución de la delincuencia. La cocinería "Donde la Kery" quedó ubicada en las terrazas del segundo piso de Tirso de Molina. Su dueña, Lucila Díaz, admite que el aspecto más limpio del nuevo edificio atrae más gente, sobre todo turistas, pero aun así ve desventajas: "Ahora es agradable, pero cuando se acaba el buen tiempo estamos desprotegidos contra el viento y la lluvia". De problemas similares se queja Nury Gatica en la Pérgola: "Nadie puede negar que estéticamente ganamos mucho, pero funcionalmente esta construcción no es apta para nuestro negocio. Primero porque los muros cerrados no dejan ver que acá hay flores, y segundo porque sin techo se nos hielan en invierno y ahora se marchitan por el calor".

En los próximos meses deberían darse a conocer los alcances de un plan maestro encargado por las tres municipalidades al Observatorio de Ciudades de la Facultad de Arquitectura de Universidad Católica. La información entregada hasta ahora por autoridades y arquitectos indica que las mejoras comenzarán en pavimentos y veredas en torno a La Vega y por avenida La Paz, además de la remodelación de la Plaza Valenzuela. "En este tipo de intervenciones a gran escala se corre el riesgo de actuar sobre la masa arquitectónica, desconociendo los modos de funcionamiento del lugar. Una obra así no se consigue dentro de una oficina. Para los proyectistas esto supone meterse y empaparse de lo que ocurre ahí. Quienes trabajamos en el tema del patrimonio tenemos que ir un paso más allá de entenderlo, debemos lograr quererlo", explica Antonino Pirozzi. "Si a mí no me conmueve lo que le pase o deje de pasar a esa gente, probablemente entregue una propuesta muy adecuada técnicamente, económica y hasta deslumbrante, pero otra cosa es llegar a tener afecto por lo que está sucediendo ahí", sentencia.

 

Texto, Pablo Andulce Troncoso Fotografías, José Luis Rissetti.

Febrero, mes de reinados en Viña del Mar

www.emol.com
Fecha: 26 de febrero de 2012


EQUIPO VIDA SOCIAL 
La elección de la Reina del Festival se ha posicionado como un concurso que no pasa desapercibido y no ha estado exento de polémicas o incidentes entre las concursantes. Si bien algunos critican el poco prestigio y glamour del certamen, no siempre fue así.

En la década del 50, para ser reina se exigía mucho más que belleza física: debía ser aceptada por un estricto jurado, tener entre 17 y 25 años, ser soltera y, lo más importante "tener cualidades morales que estuvieran a la altura del honor que se le iba a otorgar", según informan las publicaciones de esos años.

Los eventos en torno a la elección de las reinas de Santiago, regiones y luego la gran final en Viña, reunían a lo más granado de la sociedad, y los premios eran decididamente excepcionales para la época: autos Chevrolet último modelo, viajes junto a sus madres a Río de Janeiro, Montevideo y Europa, una tenida Christian Dior o alojarse en el "suntuoso Hotel O'Higgins, el mejor establecimiento hotelero de la Costa Pacífico".

La distinción era recibida como un verdadero honor y con una gran responsabilidad de demostrar a las próximas elegidas la gran importancia de llevar este título.



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1954. "La votación de Reina en 1954 favoreció a Cecilia Verdugo (en la foto), una de las más lindas candidatas" escribe la Revista Zig Zag. Semanas más tarde, seguían haciendo noticias cuando vestidas de "huasitas" visitaron a los pasajeros del transatlántico "Kungsholm". La recién coronada, Cecilia Verdugo, fue la protagonista, robándose todas las miradas y elogios de los presentes. 


Carmen del Campo, candidata ese año, era catalogada por la prensa como "encantadora y dueña de una sonrisa cautivante". 


Lucy Budge, candidata en 1956.

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sábado, 25 de febrero de 2012

A dos años del 27/F


La reconstrucción según el "Zafrada"

Las ilusiones de Víctor Díaz a dos años del terremoto
Víctor, más conocido como el Zafrada, nos cuenta qué ha ocurrido con la vida en Iloca este último tiempo.

Constitución El lento avance de la reconstrucción

A dos años del terremoto, los Mauchos aún están esperando que se concreten las soluciones prometidas.

Publicado: 25/02/2012 I Visto: 195 veces


Iloca y Duao El imponente regreso del turismo

A dos años del terremoto los turistas de la Región del Maule ya no le temen a los tsunamis.

Publicado: 24/02/2012 I Visto: 264 veces


constitucion
http://www.emol.com/videos/?id_emol=10325


zafrada
http://www.emol.com/videos/?id_emol=10299


viernes, 24 de febrero de 2012

Restauradoras francesas rescatan mural del ex Hotel Carrera


LA TERCERA EDICION IMPRESA

por Darío Zambra

Desde hace dos años nadie transita por el tradicional hall del segundo piso del edificio de la Cancillería, en el barrio Cívico. En ese espacio, las paredes están cubiertas por un mural de grandes dimensiones (su superficie es de 300 m2), que tiene una particularidad: está pintado sobre un cristal llamado marbitre, un vidrio de color opaco. La obra es única en Chile y una de las pocas en el mundo con esta técnica.

Después del terremoto de 2010, muchas de las 279 placas de cristal que lo conforman se cayeron y otras aún corren el riesgo de desprenderse del muro. Como cada uno de los vidrios pesa más de 60 kilos, transitar por ese lugar es un peligro y por eso en este hall ya no se realizan las recepciones y eventos que hacía antes el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Pero desde el lunes el espacio está convulsionado: hay andamios, escaleras y mesas con grandes trozos de cristal encima. En el lugar trabaja un grupo de expertos que elaborará una propuesta para restaurar la obra que el muralista Luis Meléndez pintó en 1940, el mismo año en que se inauguró el Hotel Carrera, que funcionó en este inmueble hasta 2004.

Dos de estos especialistas, Monika Neuner y Virginie Trotignon, viajaron especialmente desde Francia para asesorar el trabajo. Ambas son expertas en restauración en pinturas sobre vidrio y han realizado trabajos en esta área con obras del Palacio de Versalles y el Museo del Louvre.

"Unico en el mundo"
Apenas lo vieron, las restauradoras quedaron impresionadas con la pintura de Meléndez. "Es muy rara, sobre todo por su monumentalidad. Ya no existen obras de este tamaño pintadas sobre vidrio. Este tipo de arte decorativo era típico de algunos barcos escandinavos de comienzos del siglo pasado, pero ya no se ven trabajos así. Es única en el mundo", asegura Trotignon.

Ambas especialistas comenzaron a trabajar el lunes en el hall y concluyen hoy su labor. Ya hicieron un completo registro fotográfico de la obra, analizaron el estado en que se encuentra y tomaron muestras de los cristales como también de la pintura. "Esto último nos permitirá identificar cuáles son los elementos originales y cuáles son las intervenciones que se hicieron después", precisa Trotignon.

De vuelta en Francia, analizarán las muestras y realizarán un estudio histórico de la pintura. Con los resultados en mano, elaborarán un informe que contendrá sugerencias acerca de la forma más adecuada para rescatarla. Este estará listo dentro de dos meses. "Su restauración es una tarea compleja, ya que involucra varias disciplinas. Podría demorar un par de años y debe hacerse en varias etapas. Está muy deteriorado", explica Neuner.

Además, desde hace un par de meses trabaja en el lugar una empresa de ingeniería que analiza la situación estructural del mural. Esto, para saber si los cristales deben volver a adherirse directamente al muro o a una estructura nueva, como un metal. El diagnóstico de los ingenieros se complementará con el de las expertas francesas y el de los especialistas del Centro de Restauración de la Dibam.

Con estas conclusiones se elaborará la estrategia para recuperar la obra, la que debiera estar lista el primer semestre de 2012. Luego, la Cancillería financiará la restauración de este particular mural.

El itinerario de las expertas en Santiago


Las restauradoras francesas aprovecharán su viaje para visitar otras obras patrimoniales importantes de la ciudad y que se encuentran en mal estado. El sábado irán al Palacio Septiembre, una construcción de estética renacentista de fines del siglo XIX, ubicada en calle Catedral, frente a los jardines del ex Congreso Nacional. El inmueble alberga a la Academia Diplomática (que depende del Ministerio de RR.EE.) y en su jardín de invierno tiene una cúpula de cristal con vitrales dañados por el terremoto. Esta estructura está siendo restaurada y las especialistas francesas opinarán del proceso.

El mismo día visitarán la Basílica del Salvador, otro lugar emblemático del centro de Santiago que se encuentra deteriorado. Esta construcción del barrio Brasil fue dañada en forma severa por el terremoto y hoy está abandonada. Bajo los escombros quedaron muchos de sus vitrales y la idea es que las restauradoras entreguen su opinión técnica acerca de cuál es la forma más adecuada para retirarlos sin que se dañen. En este caso, la colaboración la solicitó el MOP, que está liderando un proyecto para rescatar este hito arquitectónico de la capital.


Harán filme sobre Rosita Serrano, la cantante chilena que fue figura del Tercer Reich


Fue una de las cantantes más famosas en la Alemania de los 30, conocida como "El ruiseñor chileno".

por Marcelo Morales C.

Era una fiesta familiar como tantas otras, hasta que de pronto, de una limusina bajó una mujer ya mayor, cargando ostentosos collares de perlas, vistiendo un grueso abrigo de piel. De su mano, además, brotaba un racimo de correas atadas a unos 15 pequeños perros de raza. De inmediato se convirtió en el centro de atención, con un encanto que alimentó con regalos para todos.

Fue a inicios de los años 80, Pablo Berthelon tenía alrededor de siete años y esa imagen nunca se le borró. Su madre -la cantante Isabel Aldunate- le contó que era su tía-abuela de Estados Unidos, María Esther Aldunate, conocida como Rosita Serrano. Le dijo que fue muy famosa en Alemania, que fue la mayor estrella de la canción en los años 40. Que incluso Hitler la admiraba, al punto de enviarle fotografías y darle consejos, como cuando le dijo que sólo cantara en alemán y no en español. También que sus canciones se alternaban con los discursos del Führer en las radios, sonando en las casas y en los cuarteles, en plena Segunda Guerra Mundial.

Pablo Berthelon (hoy un comunicador audiovisual de 38 años) fue dándose cuenta que era una historia demasiado increíble para dejarla en meras anécdotas. Ahora, gracias a un Fondo Audiovisual que le otorgó 35 millones, comenzará el rodaje en Alemania y en Chile de Rosita, la amante del Führer, documental que espera estrenar a fin de año.

"Nunca había visto bien la dimensión que tenía el personaje, para mí eran simples cuentos familiares", dice. Pero hace dos años le tomó el peso y se puso a investigar, siempre tomando el testimonio de su madre como punto de partida. "Fue ella quien incentivó a mi madre en el canto. Rosita fue su mentora", agrega.

Investigando se encontró con el archivo personal que Rosita se trajó a Chile, donde pasó sus últimos años, hasta su muerte, en abril de 1997. "Era una caja con videos y filmes de todas sus participaciones en el cine, casi 30 películas alemanas que realizó", además de entrevistas para TV y recortes de prensa. En total, casi seis horas de material, algunos inéditos, que serán la base visual del documental. Además de la aparición de su madre, Isabel Aldunate, también contará con los recuerdos de otros que conocieron a Rosita, como la actriz Carmen Barros. Además de estudiosos de su carrera, chilenos y alemanes, como el director del documental El ruiseñor chileno, que se exhibió en Chile en el marco del Festival In-Edit el año 2008.

Nacida en Quilpué, el 10 de junio de 1914, Rosita fue hija de la afamada cantante lírica Sofía del Campo y de un diplomático español. Pasó sus primeros años bajo los cuidados de la familia Serrano en Quillota (de quienes tomó su apellido artístico), para luego empezar un periplo siguiendo los pasos de su madre. Fue en 1935 cuando llegó a Alemania y la leyenda del llamado El ruiseñor chileno comenzó. Primero en locales en donde las tropas nazi la aclamaban, para llegar a shows donde los altos jerarcas del régimen, incluyendo a Hitler, acudían a verla.

Pero Rosita siempre negó alguna relación con la ideología nazi, aunque no su cercanía con sus dirigentes, quienes la telefoneaban y enviaban regalos. "Después, en sus últimas entrevistas siempre se negaba a hablar del tema", dice Berthelon, quien recuerda que en sus últimos años de vida ella recalcaba: "Yo canté para Hitler, pero nunca fui nazi". Algo que comprobó en 1943, en un recital a beneficio de refugiados judíos en Dinamarca. Esto provocó que la Gestapo saqueara su casa. Así, Rosita se fue del país el mismo día en que Chile rompía relaciones con el Eje.

Partió a Suecia, donde incluso se rumoreó un romance con el rey Gustavo VI. En los años 50 recalaría en Hollywood por un tiempo, donde trabajó para Disney, poniendo la voz en español del clásico La Cenicienta en 1950. Al poco tiempo conoció a un magnate egipcio, con quien se casó, pero vino la revolución en Egipto, en 1952, y el gobierno confiscó los bienes de su esposo.

Comenzaban años difíciles, en donde volvía frecuentemente a Chile, a fines de los 70, para luego radicarse a partir de 1991. En aquellos viajes, sorpresivamente Augusto Pinochet acudía al aeropuerto a darle la bienvenida. La admiración seguiría hasta el funeral de Rosita, donde envió una carta, según recuerda Berthelon. También llegaron grupos de neonazis a homenajearla.

Murió esperando una pensión de gracia y viviendo de la caridad de amigos en un precario departamento, presa de un pasado y de admiraciones que no buscó, pero que le crearon una mala fama. Mitos o verdades que el documental, según su director, no pretende dilucidar, sino exponer como parte de una leyenda nacional digna de rescate.

Videos y textos

En YouTube se pueden encontrar extractos de sus películas y también muchas de sus canciones, gran parte de ellas cantadas en español, tales como La paloma, uno de sus más grandes éxitos.

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Trailer Rosita Serrano.mov

Icono de alerta
Subido por el 03/12/2008

El Ruiseñor chileno como la llamaban en la Alemania nazi. Cantó para Göebbels y Hitler hasta que en 1943 hizo un concierto en beneficio de la causa judía en Suecia y fue expulsada de Alemania.
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La Paloma


Subido por  el 22/05/2009

Rosita Serrano (María Martha Esther Aldunate del Campo), nacida en Viña del Mar el 10 de Junio de 1914, murió en Santiago de Chile el 6 de Abril de 1997. Cantante y actriz chilena que tuvo sus mayores éxitos en la década de 1930 en Alemania, donde fue conocida como „Die chilenische Nachtigall (El ruiseñor chileno).

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cinderella

Canto el Ruiseñor Cenicienta (Versión Original)
Ni versión Latina ni española...
La original
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jueves, 23 de febrero de 2012

La nueva vida de una ex casa okupa




[RENOVACION] Una antigua casona de calle República comienza a recobrar su distinción de antaño. Luego de ser recuperada por el Ministerio de Bienes Nacionales tras una toma "okupa", ahora la Asociación de Guías y Scouts de Chile instalará ahí su sede principal.
por Carlos Palacios Sturiza

LOS pillaron desprevenidos. El 23 de agosto de 2011, a las 9 de la mañana, personal del Gope rodeó la antigua casona en el número 97 de calle República. A esa hora, los cinco hombres y la mujer que la habitaban ilegalmente dormían, sin sospechar que serían desalojados. Salieron en silencio, no opusieron resistencia y fueron detenidos.

Desde esa mañana, la entonces "casa okupa" pasó a nuevas manos.
La Asociación de Guías y Scouts de Chile tomó posesión del lugar, luego de que el Consejo de Defensa del Estado ordenara el desalojo de los moradores clandestinos de la casa. "En 2010, solicitamos la vivienda al Ministerio de Bienes Nacionales para crear ahí la Casa Scout de Chile. Pero antes hubo que esperar a que el tribunal decidiera expulsar a los que la ocupaban", explica Daniel Oyarzún, dirigente de la asociación.

El inmueble, de 644 m2 y estilo francés, se remonta a principios del siglo XX. Al ingresar por primera vez, los scouts no pudieron distinguir rastro alguno de la elegancia de esa época. "Era un basural. El hall central de la casa era utilizado como lugar de tocatas y tenía un escenario. En las habitaciones contiguas funcionaban los baños, improvisados entre los escombros, sin tuberías", cuenta Daniel. Además de no haber rastro de limpieza, el piso no se veía. De hecho, una capa de basura y grasa lo cubría por completo.

El mismo día en que Carabineros expulsó a los okupas, empezaron las labores de higienización. Víctor Ibarra, un joven de 23 años y guía scout, fue uno de los primeros en ingresar al lugar y desde entonces vive ahí para cuidar. En ese momento se formaron distintos grupos de voluntarios scouts para realizar diferentes tareas. "Partimos por sacar los escombros y luego, con guantes y traperos en mano, desinfectamos con cloro. Primero habilitamos el lugar donde dormiríamos, luego un baño, la cocina y después el resto de la casa", agrega Víctor.

En total, trabajaron 390 voluntarios para dejar este lugar en condiciones salubres. Tardaron tres meses, pues recién en noviembre pudieron ver el parqué. "Ocupamos 600 litros de cloro y 300 bolsas de basura, de 90 litros cada una. Había cerca de 2.000 botellas de cerveza", dice Daniel.

No sólo apareció la madera noble que revestía el piso, sino también el mármol negro que recubría parte de los muros, mampostería de madera y alguna que otra puerta y ventana de pino oregón. "Muchas puertas las quemaron y la chimenea no sobrevivió. Se la llevaron sus antiguos habitantes, seguramente para venderla", agrega.

Un grupo de 15 jóvenes se quedó cuidando el remozado espacio durante los primeros meses. "Hubo algunos intentos por tomársela. Venían grupos góticos o skin heads a carretear, pero se daban cuenta de que éramos varios y se iban. Sólo una vez fueron más violentos, cuando durante una noche le prendieron fuego a unas bolsas de basura", recuerda Víctor.

A fines del siglo XIX y principios del siglo pasado, el barrio República era el sector que albergaba a las clases más pudientes de Santiago. "Así fue hasta los años 50, cuando ésta se trasladó al sector oriente. Después, el barrio sufrió una especie de abandono hasta los años 60, y durante la UP se planificó la remodelación de la zona para darle paso a viviendas sociales y económicas", explica el director de Laboratorio de Ciudad y Territorio de la Universidad Diego Portales, Genaro Cuadros.

Pero el proceso quedó trunco con el golpe de Estado del 73 y varias casonas quedaron en manos fiscales y del Ejército, hasta que algunas universidades pusieron sus ojos sobre ellas.
Se sabe que esta casona, ubicada en Av. República con Salvador Sanfuentes, perteneció a la familia de un diplomático.

La Asociación de Guías y Scouts ha averiguado parte de su historia, como que el clan familiar la habitó hasta principios de los 70. "Se fueron a vivir a Europa y luego pasó a manos de la Dirección de Alcantarillados del MOP, que instaló ahí algunas oficinas de bienestar y un jardín infantil para sus funcionarios", explica Daniel Oyarzún.

El jardín funcionó hasta 2006, porque cuando se cayó un muro de la casa contigua, la directora decidió trasladarse. Luego se instaló un centro cultural juvenil y, después de eso, llegaron los okupas. Del arquitecto que proyectó la casa, aún no tienen certeza.

Los scouts obtuvieron la vivienda en comodato por cinco años. "Vamos a postular a un Fondo de Desarrollo Regional y calculamos que la inversión podría ser de $ 700 millones. El Ministerio de Bienes Nacionales nos está asesorando", explica Daniel Oyarzún.

Y así lo confirma la ministra de esa cartera, Catalina Parot: "Esta casa tiene un valor histórico y arquitectónico, y está ubicada en pleno barrio universitario, todas cualidades que son muy afines con la obra que realizan los scouts".

Además de trasladar las oficinas de la asociación a este sitio, según Daniel, lo que quieren no es sólo abrirla a los scouts, sino a todos los jóvenes que quieran entrar a ver exposiciones o, simplemente, a reunirse entre ellos.

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