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14 de marzo de 2010
Símbolo de la ciudad se derrumbó:
Llegaron con maquinaria pesada para llevárselas. Vicario no sabe si tuvieron éxito, porque los últimos sismos aumentaron los escombros.
RUINAS.- "Se cayeron las iglesias con mayor historia. Es un desastre, por partida doble. Para la gente de la ciudad de Curicó que perdió sus casas y para la Iglesia", según el vicario Mauricio Jacques.
POSTAL DEL RECUERDO.- Así era la iglesia San Francisco de Curicó, uno de los íconos de la ciudad.
JUAN CARLOS ULLOA
CURICÓ.- La iglesia San Francisco era uno de los íconos de la ciudad. Ahora es un montón de escombros y su recuerdo sólo quedará en las postales y guías turísticas con las que Curicó tendía redes para atraer a los visitantes.
Ahora, esos escombros son objeto de interés de saqueadores cuasi profesionales, que buscan piezas de valor entre los restos. Por ejemplo, las históricas campanas, que tienen una antigüedad de más de dos siglos, y que serían muy bien recibidas por coleccionistas particulares.
"Me llamaron de la municipalidad para saber por qué habíamos autorizado trabajos de despeje de escombros. Me sorprendí, porque no tenemos recursos aún para comenzar con estas obras. Fuimos a la iglesia y ahí supimos que habían estado moviendo escombros con maquinaria pesada para llevarse las campanas", comenta el padre Mauricio Jacques, vicario episcopal de Curicó.
El alto volumen de residuos, aumentados con los fuertes sismos del pasado jueves, impide saber si los saqueadores tuvieron éxito. "Recién lo sabremos cuando podamos despejar todo", explica Jacques.
La iglesia de San Francisco comenzó a ser construida en 1880, junto al claustro de los franciscanos, levantado en 1759. Sustituyó a la iglesia fundacional de la ciudad, que sufrió severos daños tras un terremoto.
Los franciscanos emigraron de la ciudad en 1987 y el claustro quedó a disposición de la activa comunidad. Sin embargo, el último terremoto frustró los planes de remodelación, ya que ahora presenta severas grietas en su estructura. Está inhabitable.
"Ya habíamos obtenido fondos para reparar la iglesia, que era monumento nacional. Ahora está todo en el suelo y no sabemos si tendremos que demoler todo el claustro", comenta Jacques, quien también era el párroco de la iglesia.
La acción de saqueadores los obligó a mover valiosas piezas que estaban en la iglesia de estilo neogótico y el claustro. Están repartidas en containers o casas. Por ejemplo, debieron trasladar con presteza la imagen de la Virgen de la Velilla, traída por Manuel Díaz Fernández, en 1734. También fue sacada una antigua imagen de San Francisco. El 70% de las iglesias de Curicó resultó dañado. Ahora, los religiosos hacen misa en pequeñas salas o al aire libre.
"Con estos actos de saqueos tenemos que preguntarnos qué tipo de personas estamos formando. Hemos dejado a Dios de lado. Hay que volver a poner a Dios en el centro de nuestras vidas".
MAURICIO JACQUES,
Vicario episcopal de Curicó
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