Martes 31 de Agosto de 2010
Fuente :Amparo Lavín, La Segunda
Alumnos de Eduardo San Martín en la Finis Terrae planearon proyectos de título que pueden ser aportes ante el riesgo que enfrenta el puerto de perder la denominación que le otorgó la Unesco el 2003. Ayer, en terreno, revelaron sus maquetas al especialista andaluz José Ramón Moreno.
Trece estudiantes recorren el casco histórico de Valparaíso con maquetas y planos en sus manos. La gente los mira, porque a veces no se dan ni cuenta que están explicando sus propuestas en medio del desordenado tránsito del puerto.
Son futuros arquitectos de la Universidad Finis Terrae en pleno Taller de Titulación que, guiados por el profesor Eduardo San Martín, han planteado proyectos individuales dentro de una propuesta urbanística general, cuyo fin es hacer un aporte ante el inminente riesgo que vive la ciudad de perder su calidad de Patrimonio de la Humanidad, concedida por la Unesco en el 2003.
Cada vez que se cierra un ascensor, como ocurrió en mayo con el funicular Larraín, suena la alarma de peligro. De los 15 que eran, y que fueron íconos fundamentales para la declaración, van quedando 7 en funcionamiento. A esto se suma un fuerte deterioro en los paseos, la explosión en calle Serrano y los daños provocados por el terremoto tanto en los conventillos de El Almendral, como en la mayoría de las iglesias, en la biblioteca Severín, en el Museo de Historia Natural y en el Palacio Polanco, como enumera el alcalde Jorge Castro, recordando que por no estar en la zona del epicentro, Valparaíso no tuvo acceso al subsidio especial para centros históricos.
Además, la ciudad acarrea un déficit estructural. “Hace 30 años que Valparaíso no tiene ingresos para sostener la ciudad que administra. Nos hacen falta unos 15 mil millones de pesos anuales para mantener el patrimonio”, agrega el edil.
“No estamos por poner en riesgo nuestra nominación y tenemos el mejor espíritu para seguir trabajando, pero necesitamos otros componentes que se sienten a la mesa. Esto se trabaja con el subsidio del Estado de Chile, el cual estuvo en la postulación y hoy se echa de menos”, añade.
Workshop in situ
“La idea de este taller experimental es hacer propuestas innovadoras que den una mirada de lo que puede ser esa parte de la ciudad en los próximos 30 años, saliéndose de lo tradicional que se está haciendo hoy, de manera que el alumno se vea obligado a un acto creativo y de imaginación. Este taller experimental apunta a que este sea el primer trabajo de corte profesional que hagan y no el último trabajo académico de la universidad”, explica Eduardo San Martín, quien hace sólo unos días inauguró su última obra: el llamativo Teatro Municipal de Las Condes.
Entre los proyectos de los estudiantes hay varios que consideran el área patrimonial del puerto viejo, entre la plaza Sotomayor y la plaza de la Aduana. Alguno propone un nuevo barrio universitario; otro, la remodelación de algunos edificios para ubicar un centro de extensión; y otro, la conversión del Servicio Nacional de Aduanas en un centro cultural que incluye un teatro de 1.200 butacas y un Museo de Arte Contemporáneo.
Mientras Angélica Julio planeó una estación intermodal del Metro y para la llegada de los cruceros, Manuel Riesco se situó en la quebrada San Agustín con un proyecto bastante experimental: Al recuperar un área verde inaccesible, surge una suerte de paseo por los techos del sector.
Manuel Gumucio, en tanto, planteó un sistema de puentes que une dos cerros. Curiosamente, en Valparaíso hay 43 cerros y todos se comunican en el plano, pero no entre ellos.
“Estamos todos muy entusiasmados. Es un desafío importante. Valparaíso siempre fue la ciudad pujante hasta que entró en decadencia y, poder revertir eso, a todos nos tiene muy comprometidos”, afirma Riesco, resumiendo el sentir de sus compañeros.
Ayer fue un día clave para los jóvenes, porque in situ se dio inicio a un workshop con destacados profesionales invitados, entre los cuales figuran José Ramón Moreno, arquitecto español especialista en temas patrimoniales de Andalucía, y Todd Tempkin, presidente de la Fundación Valparaíso. Junto a San Martín, los tres evaluaron los proyectos enfrentándolos a sus primeras correcciones.
En días venideros les tocará seguir avanzando con el Premio Nacional de Arquitectura Fernando Castillo Velasco y con especialistas en el tema como Gonzalo Cubillos, Mariana Vergara, Humberto Elías y Miguel Laborde.
El taller concluye con la exposición de los alumnos el 10 de este mes. Luego, tras meses de avance, volverán a mostrar sus proyectos en el Forum de las Culturas que se realizará en octubre, en Valparaíso. “Es un caso único —comenta San Martín—. Los talleres en las facultades de arquitectura no se hacen de esta manera. Lo que estamos haciendo es un aporte, estamos abriendo un camino para que el sector privado pueda ingresar o se empiece a interesar (en el rescate de Valparaíso)”.
Para el alcalde, en tanto, significa un verdadero regalo: “Viniendo de profesionales jóvenes que tienen una sensibilidad respecto del patrimonio, lo convierte en una rica experiencia”.
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