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miércoles 15 de septiembre de 2010
Tiene aparatos usados a comienzos del siglo XX y una decoración ad hoc.
XIMENA PÉREZ G.
Ocho meses duró la recolección de los objetos entre anticuarios para alhajar la botica.
Foto:SEBASTIÁN ULLOA
Un mezclador de cobre, en el que manualmente se generaban las fórmulas de los productos medicinales; un aparato para la elaboración de píldoras, y una antigua balanza de precisión -todos de principios del siglo XX- son parte de las reliquias que tiene en su interior la botica inaugurada ayer en la esquina de calle Morandé con Huérfanos, en pleno centro de Santiago.
El recinto, eso sí, no contará con los medicamentos de origen animal que se encontraban en las boticas del siglo XIX -estiércol de lagarto, aceite de arañas, lombrices de tierra y raspadura de cuernos de vacuno, entre otros-, sino con los productos tradicionales que hoy comercializa cualquier farmacia.
Toda la estantería de la llamada "primera botica del bicentenario" perteneció a la farmacia "El Indio", de Talca. De allí también proviene una centenaria pesa que fue restaurada y estará disponible para el uso del público, un reloj también operativo y una antigua máquina registradora.
Estos y los otros objetos históricos del local fueron adquiridos a través de coleccionistas y anticuarios en un trabajo que duró cerca de ocho meses.
Roberto Belloni, gerente general de Salcobrand, cadena dueña de la botica, explicó que pretenden que el recinto sea parte de la ruta patrimonial de Santiago, y para ello han capacitado a personal en inglés para que pueda narrar a chilenos y extranjeros la historia de la industria farmacéutica del país.
Antonio Astudillo (66), miembro del personal que atenderá en el local, comentó que lleva 50 años en el rubro y trabajó en la Botica El Indio. Se manifestó feliz de poder "dar a conocer a la gente nueva lo que era el pasado y hacer recordar a la gente antigua sus tiempos".
1553
Ése es el año en que abrió la primera botica en Santiago, en el Hospital de Nuestra Señora del Socorro.
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