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viernes 12 de noviembre de 2010
El antiguo edificio, construido en 1924 por el arquitecto italiano Guillermo Mancelli, sufrió diversos daños producto del terremoto. Los trabajos, que tienen un costo superior a los $ 190 millones, debieran estar finalizados en marzo.
por Angela Neira
Era una de las casonas más llamativas y elegantes de la antigua población Providencia. Y es que cuando Arnaldo Falabella, dueño de una de las sastrerías más importantes de la ciudad, mandó a construir el palacio al arquitecto italiano Guillermo Mancelli, se imaginó una gran casona que reinterpretara el estilo renacentista del siglo XV, que pudiera albergar grandes tertulias y fiestas, y que le permitiera recibir a sus familiares.
Lo que jamás pensó el empresario, era que la mansión se transformaría en monumento histórico, y menos, que albergaría las dependencias de la Municipalidad de Providencia, recinto que hace algunos meses sufrió diversos daños en su estructura a raíz del terremoto.
Pero la historia del palacio se inicia a fines del siglo XIX, cuando el rostro de Santiago inició su transformación: la creación de nuevas avenidas trajo consigo la creación de proyectos inmobiliarios. El arquitecto Josué Smith del Solar -quien diseño el Club Hípico- fue uno de los primeros en comprar allí y construir una pequeña casa. Pero la distancia de su oficina, lo llevaron a vender el terreno. El interesado fue Arnaldo Falabella, un conocido empresario, de ascendencia italiana, que mandó a construir el palacio en 1924 al arquitecto Mancelli, quien se inspiró en la arquitectura florentina del Palacio Strozzi, de Maiano, y la del Palacio Rucellai, de Alberti.
La edificación contaba con un zócalo donde se ubicaba la sala de juegos y para fumar, además de una planta principal y segundo piso.
Sus vitrales, grandes lámparas, columnas de mármol, y mosaicos hechos por Aristdemo Lattanzi, lo hacían el lugar perfecto para celebraciones como el Festival de la Primavera -donde una de sus hijas fue reina- y el matrimonio de Matilde Falabella, donde asistieron 1.500 invitados.
Entre las historias, se cuenta que cuando el marmolista Botinelli le entregó el valor de lo gastado, Falabella le habría arrojado un guante en señal de retarlo a duelo. Lo que no sabía, era que Botinelli era experto en duelos y coleccionista de armas. Ante ello, el empresario habría echado a correr el rumor de que era un duelo de quién comía más pastas, ya que ambos eran italianos.
Pero la crisis económica, hizo que Falabella se olvidara de los lujos y arrendara la propiedad a la Embajada de México. Tras ello, el palacio se vendió al empresario Manuel Cruzat, quien debido a los altos gastos lleva la casona a remate. Pese a que la Embajada Soviética ofreció el doble, finalmente se le otorgó el palacio a la Municipalidad de Providencia. Así, en 1948, la casona se transformó en el edificio consistorial, siendo su alcalde Guillermo Martínez.
La restauración
Tras obtener los permisos del Consejo de Monumentos Nacionales, el municipio inició los trabajos de restauración hace unas semanas. Jorge Atria, profesor de la U. Central y encargado del proyecto, cuenta que los principales daños estaban en la planta principal y en el segundo piso, donde se produjeron grietas, fisuras y microfisuras. "Aquí hay daños por este terremoto, pero también de reparaciones (que se hicieron) para el terremoto del 85", afirma.
A ello se suma la destrucción de las balaustradas (barandas) que están en los remates superiores y terrazas, "lo que es un peligro para la gente que pasa cerca". También están dañados el gran vitraux o lucernaria ubicados al centro de la casona.
Todo ello significará una inversión superior a los $ 190 millones. El alcalde, Cristián Labbé, afirma que los trabajos de restauración debieran estar finalizados en marzo, "momento en que esperamos nuevamente volver a nuestro edificio".
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