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lunes 11 de abril de 2011
IMÁGENES E HISTORIAS PARA VIAJAR EN EL TIEMPO:
Durante más de veinte años , el profesor investigó las piezas que se fabricaron entre 1930 y 1952, minuciosamente pintadas a mano.
Obreras de la fábrica en la sección floreros y jarrones.
Fotografía de 1948.
Macarena Maldonado A.
"Cuando Héctor Uribe me mostró algunas fotografías no pude dejar de recordar la casa de mi abuela y de mis padres. Floreros, platos y el característico cenicero, representado por una rana que en su boca abierta recibía la ceniza, se me presentaron en la memoria como algo muy cercano y vivo.
Y es que esta cerámica fue parte del día cotidiano de muchas familias, no sólo de Lota y Concepción, sino de todo el país", cuenta Patricia Chavarría, directora del Archivo de Cultura Tradicional, en el prólogo de "Cerámicas de Lota: Patrimonio Cultural de un Pueblo" (Ril Editores).
"Susana" , figura de mujer, una de las más representativas de la cerámica de Lota.
La publicación, ganadora de un Fondo de Fomento al Libro y la Lectura 2010, cierra una larga investigación que Uribe inició en 1988. El profesor de Cultura Tradicional de la Universidad del Bío-Bío estudió las piezas que se fabricaban en Lota, Concepción, Chiguayante y San Pedro de la Paz, entre 1930 y 1952.
Tenían centros de venta en Concepción, Valparaíso y Santiago, y desde ellos se distribuían por el resto del país. De esta forma, las cerámicas que hasta hoy adornan algunos hogares tienen un gran valor patrimonial por su elaboración y singularidad. "Las piezas se creaban en moldes. Por eso, lo que las hacía más valiosas es que eran pintadas a mano por las obreras de la fábrica. Yo me encontré con una misma figura pintada de cinco formas distintas", cuenta Uribe.
La fábrica de cerámica vidriada funcionó conjuntamente con el trabajo minero. "Los dueños de las minas tenían negocios paralelos y uno de esos fue el de la cerámica, que duró prácticamente cien años. De allí surgieron muchas figuras que ahora son piezas de colección y para el minero son de mucha importancia como identidad del pueblo", dice el autor.
A pesar de su masividad, estas manualidades han sido poco estudiadas desde la perspectiva patrimonial. Uribe recolectó cerca de 500 piezas en su investigación, y describió el proceso de fabricación y la forma de trabajo de la época. Además, el libro incluye un centenar de fotografías y testimonios de ex obreras que aún viven: "Me hablaban de cómo eran la producción, el vínculo con la vida minera y las situaciones del oficio. Incluso, detalles como el de Juana Aguilar, que me comentaba orgullosa que su función en la fábrica era pegar las orejas de las tacitas".
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PRESENTAN LIBRO CERÁMICA DE LOTA.de RIL editores,
Lunes, 04 de abril de 2011 a las 6:31.
El profesor del departamento de Estudios Generales, Héctor Uribe, presentó el libro Cerámica de Lota. Patrimonio cultural de un pueblo, que publicó con apoyo del Fondo del Libro y la Lectura. El lanzamiento del texto tuvo lugar el miércoles 16, en el salón Ercilla de la Biblioteca Nacional, en Santiago. Contó con la presentación de Micaela Navarrete, curadora del Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares de la Biblioteca Nacional, y la participación musical de Patricia Chavarría, Premio Nacional de Folklore.
El profesor Uribe se desempeña como docente part time en el Departamento de Estudios Generales, a cargo de las asignaturas Cultura Tradicional Chilena, Danzas Tradicionales Chilenas y Música Latinoamericana.
El miércoles 23, a las 19 horas, en el auditorio del Museo de Historia Natural (Maipú 2359), se lanzó el mismo libro en Concepción. La presentación estuvo a cargo de la folclorista Patricia Chavarría.
CERÁMICA DE LOTA
El autor explicó que la publicación es el resultado de un largo trabajo investigativo que tiene su génesis hace más de diez años. En años de trabajo, en el afán de indagar y recopilar sobre las tradiciones de la gente del carbón, señala que encontró –en más de una ocasión– figuras de cerámica decorativa que adornaban los hogares de las familias mineras.
Visitando esas viviendas descubrió con asombro que dichas piezas ocupaban la sala, el comedor y la cocina de las casas lotinas. Al ver que una misma pieza se repetía en más de un hogar, surgió la inquietud y se comprobó que estas cerámicas pertenecían a la antigua fábrica de Lota, que fue el referente nacional en una época de prosperidad y auge del Lota industrial.
El libro Cerámica de Lota. Patrimonio cultural de un pueblo, viene a rescatar parte del patrimonio histórica de esa ciudad industrial, –conocida principalmente por su explotación de carbón–, en lo respecta a su legado artístico producida en su fábrica de ladrillo.
Por medio de los testimonios de quienes trabajaron como ceramistas, con imágenes antiguas y con fotografías de más de un centenar de piezas, se va construyendo la historia de la Cerámica de Lota como patrimonio cultural de un pueblo.
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