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Actualizado 10/04/2011 - 22:32
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Tomé, famoso por sus playas y por sus hilanderías, vuelve a sonreír. Durante casi cuatro años vivió el drama de la cesantía y la depresión económica a causa de la quiebra y cierre de la industria "Bellavista Oveja Tomé". 744 trabajadores se fueron entonces a la calle. Ahora, sin embargo, reabrió sus puertas, está reincorporando gente y sus máquinas ya no paran.
Esta es una sinfonía que hace cuatro años no se escuchaba en Tomé, Región del Biobío. Es la música que todo un pueblo quería volver a oír. La de máquinas tejedoras e hiladoras, con sus millones de agujas y laminillas, y sus millones de hilos entrelazándose para formar las famosas telas de Bellavista Oveja Tomé.
Las puertas de esta legendaria industria textil, fundada en 1865 por Carlos Werner, se volvieron a abrir hace seis meses, después que la quiebra la obligó a cerrar el año 2007, dejando a 744 trabajadores cesantes, la mayoría jefes de familia.
Para Tomé, cuya actividad económica se debía en buena parte al funcionamiento de la textil, el cierre fue un golpe que afectó a la comunidad completa. Y hasta el propio alcalde, Eduardo Aguilera, encabezaba manifestaciones y marchas públicas.
Planes de empleo y subsidios en talleres de capacitación, mitigaron en parte la crisis, mientras algunos ex trabajadores se refugiaban en la fe y la oración esperando un milagro.
En casi cuatro años de cesantía, un gran grupo de trabajadores, jamás dejó de rezar. En noviembre del año pasado, se abrieron nuevamente las puertas de la industria Bellavista Oveja Tomé. Y curiosamente los primeros en ser reincorporados fueron los rezadores.
El milagro para ellos llegó de Argentina. Se llama Luis Bártoli, un experto textil, de fama internacional, que logró convencer al grupo Sabat para invertir 1.800 millones de pesos en la reapertura de la empresa.
Casi un centenar de personas ya han sido reincorporadas al trabajo. Debido a la larga experiencia, el promedio de edad llega a los 54 años. Y algunos como Rodolfo Baeza, jefe de apresto, suma 73. Es el más calificado para determinar al ojo y al tacto la calidad que deben tener las telas. Otros más jóvenes, como Cristián Quintana, tienen paciencia infinita para seguir por el ejemplo el ritmo de las máquinas amarradoras de hilos.
La fama que por un siglo y medio alcanzaron estas telas, rápidamente le están abriendo las puertas otra vez en el mercado internacional. Lo anterior ya está motivando la incorporación de mayor número de trabajadores.
El terremoto último, si bien no provocó graves problemas en Tomé, originó al menos un caos en las bodegas que guardan las materias primas de la industria.
Los que sí ya están recuperados de la larga cesantía con los trabajadores que volvieron a sus funciones. Ahora nadie oculta su alegría. En un siglo y medio de funcionamiento, no sólo se han tejido telas aquí sino también historias humanas de familias completas viviendo al amparo de la empresa. En Tomé todo el mundo se alegra por la reapertura de la textil, más aún aquellos que solían comprar las telas.
Mientras esta empresa estuvo cerrada, el viejo reloj de su torre fue lo único que siguió funcionando sin parar. Está próximo a cumplir un siglo sin detenerse jamás. Es lo que esperan ahora los tomecinos para una industria que la ha dado vida desde 1865.
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Oficializan entrega de Bellavista Oveja Tomé
Lunes 8 de noviembre de 2010
ESPERADA REAPERTURA
•Durante esta mañana se realiza la ceremonia en la Municipalidad de Tomé. Por el momento, se considera la incorporación de 50 trabajadores para labores de mantencióm.
A esta hora se realiza la esperada entrega oficial de las dependencias de la emblemática empresa textil Bellavista Oveja Tomé, que realiza el Sindico de Quiebras, Enrique Ortiz al nuevo propietario, Juan Carlos Sabat.
Con este trámite que se realiza en la Municipalidad de Tomé, se pone fin a los cerca de dos años que duró la espera de cerca de 700 trabajadores que se quedaron sin empleo tras el cierre de la compañía.
Aunque ya se ha explicado que se tratará de una empresa más pequeña, tal como lo precisó su nuevo propietario, quien agregó que por el momento se contempla la contratación de 50 trabajadores para labores de mantención general y el término de las telas que ya estaban en proceso.
Luego cuando se comience a abastecer el mercado nacional, se debería aumentar los cupos de trabajo, que aún no se ha determinado de manera precisa.
Para el dirigente del sindicato número 2 de la textil, Aladino Muñoz Barría, la reapertura de la fábrica es una gran oportunidad para recuperar los puestos que se perdieron, motivo por el cual los dirigentes quieren sostener una reunión con la empresa, para conocer el nuevo funcionamiento de ésta.
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