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sábado 25 de junio de 2011
Valparaíso es la única ciudad chilena donde aún hay los trolebuses. Además, estas máquinas son las más antiguas del mundo que se mantienen en circulación.
Texto, María Cecilia de Frutos D.
Fotografías, Viviana Morales R.
Valparaíso no sería el mismo sin su puerto, sin sus cerros y ascensores, pero tampoco sin los viejos trolebuses. Este transporte patrimonial e histórico circula por el plan de la ciudad desde 1953, cuando llegó para reemplazar a los clásicos tranvías. Al poco tiempo se convirtió en uno de los medios favoritos de sus habitantes, tanto así que ha logrado mantenerse vigente hasta hoy como parte importante de la identidad porteña.
Famosas por su andar silencioso y suave vaivén, estas máquinas que nacieron en Berlín en 1882, impulsadas por electricidad -corren guiadas por catenarias y un cable recogedor-, tampoco contaminan. Y pese a todas sus bondades, en este momento en Chile sólo se les puede ver en Valparaíso, única ciudad donde siguen en funcionamiento bajo la administración de una empresa privada. Ésta mantiene 23 modelos operativos, y de ellos, 16 son Monumento Histórico.
"El trolebús es al plan lo que el ascensor es a los cerros", explicaba la declaratoria de 2003 que convirtió a estos Pullman Standard -de origen estadounidense- en un patrimonio vivo, único en su clase, y que corresponde a los más antiguos que aún circulan en el mundo. Con 30 y 60 años, se conservan impecables como ejemplares dignos de admirar y testigos de una historia de altos y bajos.
A Santiago llegaron en 1947 pero salieron de las calles en 1978. En Mendoza, Rosario y Córdova; en Sao Paulo, Quito, Ciudad de México y Guadalajara, y en muchas capitales de Europa del Este, los troles o trolley aún circulan, eso sí, en esos lugares son estatales y la flota se ha renovado con modelos más modernos. En el caso de Valparaíso, tuvieron su apogeo entre 1950 y 1960, se privatizaron en 1982 para pasar a manos de la Empresa de Transportes Colectivos Eléctricos S.A. hasta que ésta quebró. En 2007 comenzaron a ser operados por Trolebuses de Chile S.A., firma que ganó la licitación para encargarse de todos los que transitan por la ciudad. "Para hacerlos funcionar y que existan como transporte patrimonial, tuvimos que aplicar tecnologías actuales y entender cómo debe operar un sistema urbano de este tipo. Ahora cuentan con GPS, radio intercomunicadora, además de un cuidado y mantención permanente. Así se ha logrado sacarlos adelante", explica Alexis Bustos, ingeniero en transporte de la Universidad Católica de Valparaíso, nacido y criado en Viña del Mar, y gerente general de Trolebuses de Chile (www.trolebusesdechile.cl).
"Agarramos un sistema que no tenía nada, no había oficina, no había despacho automatizado, no había programa de boletos, los conductores no tenían uniforme, no había control de frecuencia... Ahora está todo automatizado", dice Bustos, quien explica que además de las máquinas, son propietarios de los carros de arrastre, de la subestación eléctrica, de la aportación, de las catenarias, y de todo el sistema integral que también es patrimonio desde 2007. Recientemente cuentan también con una maestranza o terminal para guardarlos y hacerles los arreglos necesarios, lugar que se convirtió en toda una atracción para el último día del patrimonio.
Hace un par de años, crearon una nueva estación: tomaron un trole en desuso, lo arreglaron, pintaron y lo estructuraron internamente para crear un despacho automatizado, una tienda de souvenirs, y un cubículo para el descanso de los conductores. Desde ahí se despacha, se llega y se vuelve a salir. El recorrido se inicia cada tres minutos, desde la avenida Argentina con Eloy Alfaro; luego sigue por Colón, Edwards, Brasil, Blanco, hasta la Aduana, para devolverse por Bustamante, Serrano -vía exclusiva de trolebuses-, Esmeralda, Condell, Independencia, Buenos Aires, nuevamente Colón y al paradero de avenida Argentina. Son nueve kilómetros los que suma cada circuito, un viaje que diariamente eligen 13 mil pasajeros y que según dicen sus propios conductores, da especial trato a estudiantes y tercera edad.
Así, pasa el tiempo y los trolebuses siguen vivos y dando un servicio a los habitantes y turistas de Valparaíso. Funcionan de lunes a sábado porque el domingo no tienen suficiente público como para pagar los costos de su funcionamiento, que es tres veces mayor al de una micro. Tampoco les alcanza para renovar las máquinas, ya que las ganancias no dan para mucho más que pagar a los conductores y tener a los troles lo mejor conservados posible. "No existe voluntad ni apoyo real de parte de la autoridad para mantener el patrimonio, y si no existe en la ciudad que es Patrimonio de la Humanidad y que es patrimonio cultural de Chile, qué queda para el resto. Los trolebuses, si no hubiéramos hecho lo justo para optimizar la empresa, estarían muertos como los ascensores", afirma Bustos.
Texto, María Cecilia de Frutos D. Fotografías, Viviana Morales R..
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TRANVÍAS DE VALPARAÍSO
Tributo a este desaparecido y legendario medio de transporte porteño
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TRANVIAS DE VALPARAISO
Un corte que muestra un tranvia modelo Belga ya sin su segundo piso y totalmente remodelado. La decapitaciòn sucedió a eso de 1945 cuando el entonces alcalde de Viña del Mar protestó a la compañía propietaria por los destrozos que provocaban en el pavimento ya que estos vehículos pesaban cerca de las 40 toneladas. Ahora, los camiones que transitan por el plan de nuestras ciudades, superan ese peso y quien reclama?
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