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20 de julio, 2011 13:07
Por Memoria Chilena
Se cumplen exactos 101 años desde el nacimiento del autor de “El último grumete de la Baquedano” y voz reconocida del mar y el extremo sur chileno, el que navegó y describió como ningún otro.
Foto:Patrimonio Chileno.net
El año recién pasado la Biblioteca Nacional de Chile preparó y festejó los 100 años del nacimiento del autor con la exposición “El mar como el hombre, no muere nunca. Centenario de Francisco Coloane” y un año después, recordamos nuevamente el natalicio de este escritor clave para comprender el imaginario sureño de nuestro país, del mismo autor que quería morir en el mar: “tragar tres sorbos de agua salada y quedarme tranquilo”.
Integrante de la Generación Literaria de 1938 , Francisco Coloane manifiesta en sus textos la lucha continua del hombre y su entorno, siempre situado en las regiones inhóspitas del sur chileno o en las soledades de alta mar, como se ve en dos de sus libros más reconocidos, Cabo de Hornos (1941) y El último grumete de La Baquedano (1941). Estos temas se manifiestan también en sus volúmenes de cuentos, como Golfo de Penas (1945) y El chilote Otey y otros relatos (1971), y en sus incursiones en la dramaturgia, como La Tierra del Fuego se apaga (1945).
Reconocido y citado en múltiples comentarios y artículos de prensa, su voz profunda y potente lo acompañó en los más diversos oficios a lo lardo de Chile, tales como domador de potros, reportero oficial del diario Las Últimas noticias, miembro de la primera expedición chilena a la Antártica y escritor, el que lo llevó a ser reconocido en todo el mundo.
En cuanto los medios donde trabajó, LUN no sería su única parada, brilló como periodista y redactor de numerosos artículos y notas para medios como La Crónica, El Siglo y la revista Zig-Zag, de la cual fue redactor político. Fue además presidente de la Sociedad de Escritores (SECH) y activo participante del Colegio de Periodistas. Recibió el Premio Nacional de Literatura en 1964, manteniendo siempre un estilo sencillo y ameno, donde la realidad se mostraba sin adornos y las ansias de sobrevivir llevaban a los personajes a cuestionamientos profundos, muy propios de la soledad sureña de Chile.
Murió el 5 de agosto de 2002 a los 92 años, debido a un paro cardiorrespiratorio.
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