jueves, 1 de septiembre de 2011

Arqueólogo francés revela los secretos del "otro" Machu Picchu

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jueves 1 de septiembre de 2011

Las ruinas de Choquequirao:

Investigador de La Sorbonne Patrice Le Coq afirma que una terraza escalonada con figuras de llamas representaría un calendario ritual. El sitio sólo ha sido excavado en un 35%.



Richard García
Lo llaman el otro Machu Picchu. Pero aunque Choquequirao (Chokeq'iraw en lengua original) se conoce desde hace tiempo, recién en las últimas dos décadas el trabajo de arqueólogos peruanos junto con un proyecto de restauración impulsado por el ex Presidente Toledo, con el apoyo del gobierno francés, ha revelado la magnificencia de este recinto.

Aunque se ha excavado apenas en un 35%, los investigadores calculan que sería mucho más extenso que la legendaria Machu Picchu de la que dista más de 20 kilómetros.

Una de las razones por las cuales el sitio recién está siendo valorado es que es muy difícil llegar allí, ya que está localizado en la cordillera de Vilcabamba a 3 mil metros de altura sobre una montaña bordeada por el correntoso río Apurimac.

"El problema de Choquequirao es que se ha tenido que hacer una inversión muy grande para restaurar el lugar, pero implica una caminata ida y vuelta de cuatro días en la que hay que bajar desde los 4 mil metros hasta el fondo del río y luego subir otra vez", reconoce el arqueólogo Luis Jaime Castillo de la Universidad Católica del Perú.

Una ciudad a la vista


Un denso paisaje selvático de montaña rodea a la ciudadela de Choquequirao, situada a más de 3 mil metros de altitud.




La espectacular terraza escalonada estaba cubierta por la selva y recién fue despejada durante la década pasada. El nombre del lugar, Choquequirao, es una combinación de aymara y quechua que significa cuna de oro.



Aún así, desde el año 1993 que investigadores peruanos, y posteriormente la misión del gobierno francés, han ido develando un sitio que sirvió como palacio al inca Tupac Yupanqui y que incluye las ruinas de varias edificaciones que alguna vez estuvieron revestidas con estucos probablemente de tonalidad roja, largas murallas, plazas y una serie de terrazas escalonadas de diferentes dimensiones.

Entre ellas hay un grupo que está adornado con mosaicos en piedra blanca que representan una caravana de llamas y que recién fue descubierto en 2004.


"Pareciera que las terrazas se relacionan con el movimiento del Sol. Dividían el año en 12 meses, pero no eran de 30 días". PATRICE LE COQ ARQUEÓLOGO DE LA UNIVERSITÉ DE PARIS. I

Para el arqueólogo francés Patrice Le Coq, que ha trabajado interpretando el simbolismo del lugar hace seis años, se trataría nada menos que de un calendario ritual. A la distancia, las 24 llamas parecen ascender por los escalones. Le Coq, quien se encuentra de visita en Chile, descubrió que las terrazas están divididas en cuatro secuencias de 3 y están relacionadas con distintas actividades que se realizan en el año, es decir estaríamos frente a una especie de calendario ritual.

Lo más llamativo es que las caravanas forman ejes que apuntan al lugar donde sale el sol los días 21 de junio y 21 de diciembre, es decir, las fechas del solsticio de invierno y de verano, ambas de gran importancia ritual para esta cultura.

Además cada una tiene distinto diseño. Algunas aparecen con sus crías, otras solas (probablemente machos) y el resto lleva carga. Incluso está la figura de un llamero. Para Le Coq se trata de representaciones de distintos momentos del año, enfatizando que la época de las caravanas ocurría sólo en la temporada seca, ya que cuando había lluvias las crecidas de los ríos impedían estos desplazamientos.

El investigador expondrá en detalle sus teorías hoy en el Museo Chileno de Arte Precolombino a las 19:00 horas.
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