La Segunda
martes, 08 de noviembre de 2011
Entre las obras más emblemáticas están la Escuela de Derecho de la “U”, la Escuela Militar y el edificio “barco”, que podrían ser intervenidos sin que la autoridad pudiera hacer algo. El Consejo de Monumentos Nacionales prepara una lista para protegerlos por ley.
por: Martín Romero,
Son obras que integran el patrimonio arquitectónico nacional , construcciones emblemáticas pertenecientes al movimiento modernista chileno, es decir aquellas que se levantaron después de la década del ’30 y hasta fines del siglo XX; ligados a próceres de la arquitectura chilena como Emile Duhart, Sergio Larraín García Moreno, Juan Martínez Gutiérrez o Fernando Castillo Velasco.
Sin embargo, se encuentran desprotegidas por la institucionalidad cultural del país. Es decir, podrían ser intervenidas por sus ocupantes o dueños sin que nadie pueda oponerse.
Así lo reconoce el secretario ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales —CMN—, Emilio de la Cerda , para quien la desprotección en que se encuentran estas obras se debe a que “seguimos viendo el patrimonio de manera historicista, asociándolo a ciertas nociones coloniales”.
La lista impresiona y configura una auténtica ruta que se extiende por todo Santiago: la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile; la Escuela Militar; las Torres de Tajamar; el barrio Lastarria; la Villa Portales; la Usach; la Villa Olímpica; el Edificio Barco frente al cerro Santa Lucía, y el Oberpaur (el primero de carácter comercial de Santiago ubicado en la esquina de Huérfanos con Estado).
Pero el conteo no sólo se centra en la capital. También está, la Escuela Naval en Playa Ancha, el edificio Copelec en Chillán o el Instituto de Biología Marina de la Universidad de Chile en Viña del Mar.
“Se puede generar un tremendo daño”
De la Cerda da un dato que no deja de ser revelador. De los más de 1.000 monumentos históricos que existen en el país, sólo 6 corresponden a arquitectura moderna, entre ellos el Templo Votivo de Maipú y el Monasterio de Los Benedictinos en Las Condes.
Y es que la mayoría de las declaratorias están ligadas a las iglesias coloniales; vestigios españoles; la arquitectura neoclásica (barrio París-Londres por ejemplo); los pueblos típicos de la zona central o al patrimonio industrial (como las salitreras).
“Estimamos que más o menos unos 80 años de historia chilena están siendo invisibilizados por una especie de dureza cultural en base de lo que hoy entendemos como patrimonio. Por esto ha llegado el momento, incluso a nivel de Estado, de reconocer que esos bienes de patrimonio moderno desde el año 30 hasta ahora sí son parte del patrimonio nacional y es una deuda que claramente hay que saldar”, explica.
Por esto es que el CMN iniciará un trabajo con Docomomo Chile —parte de una organización internacional con sede en Holanda que protege la arquitectura del movimiento moderno— para armar un “listado corto” de obras más representativas a incluir dentro de listado de Monumentos Nacionales protegidos por ley.
De la Cerda explica que este trabajo no se trata de un “juego numérico” para incluir obras de un determinado movimiento cultural, sino que es “abrir el campo cultural y conceptual de lo que el país entiende como parte de su patrimonio. Es decir, que se deje de ligar el patrimonio a una visión basada al siglo XIX o a un período que te resulta ajeno”.
Y advierte que hay que actuar rápido ya que si bien la mayoría de estas construcciones están al amparo de grandes instituciones, “la necesidad de ampliarse, cambiar programas o incorporar tecnologías nuevas genera cambios que a veces se hacen de maneras no muy conscientes del bien sobre el que se está trabajando y eso puede generar un tremendo daño, que hay que evitar”.
Alertan por desprotección de patrimonio arquitectónico nacional construido en el siglo pasado...
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