sábado 12 de noviembre de 2011
Tras años de deterioro, diez de estas emblemáticas obras patrimoniales serán reparadas y, a mediano y largo plazo, volverán a integrarse al recorrido obligado del puerto.
El ascensor Artillería, en el cerro del mismo nombre, fue construido en 1892. Tiene una de las cabinas más grandes con capacidad para catorce pasajeros.
Texto, Emilia de la Fuente Fotografías, José Luis Rissetti
Son en realidad funiculares, y para quien visita Valparaíso subirse a uno es parte de una experiencia que transporta al pasado y evoca el desafío que enfrentaron sus habitantes al poblar los empinados cerros. No por nada el escritor y Premio Nacional de Literatura Benjamín Subercaseaux, decía en 1941: "Quien no ha viajado por esos ascensores no conoce sino una mínima parte de la vida multiforme de Valparaíso".
Se construyeron entre fines del siglo XIX y principios del XX, y nacieron como una solución innovadora que unificaba el llamado "plan" -o parte baja- con los cerros. El primero fue el ascensor Concepción que une la calle Prat con el Paseo Gervasoni, en la cumbre. Cuentan que para su inauguración, en diciembre de 1883, más de mil ochocientos usuarios curiosos se atrevieron a probar este transporte que en pocos minutos recorría setenta metros en una pendiente de cuarenta y cuatro grados.
Se calcula que Valparaíso contó con más de treinta funiculares activos en la ciudad. En las últimas décadas más de la mitad cerró y otros fueron abandonados en virtud de la poca rentabilidad y los altos costos de mantención.
Para recuperar el Van Buren se rearmará la galería superior que el terremoto de 2010 destruyó.
Actualmente existen dieciséis y todos han sido declarados Monumento Histórico: cinco están en manos de la Municipalidad de Valparaíso, uno es propiedad del Estado y los diez restantes pertenecen a asociaciones privadas. Estos últimos, Florida, Mariposa, Monjas, Santo Domingo, Cordillera, Larraín, Espíritu Santo, Villaseca, Artillería y Concepción (los dos últimos en funcionamiento), serán comprados por el gobierno regional en el transcurso de noviembre, y el próximo año al menos dos de ellos podrán volver a operar.
Hace unas semanas el Intendente de Valparaíso, Raúl Celis, dio la buena noticia, y especificó que se hará con una inversión de $2.400 millones; el primer paso para un proyecto de grandes proporciones.
A modo de ensayo, el Ministerio de Obras Públicas comenzará a recuperar el pequeño funicular ubicado en el Hospital Carlos Van Buren, que sirve de transporte diario a unos ochocientos funcionarios. Para el Seremi de Obras Públicas, Pedro Sariego, este trabajo servirá para ajustar las normas de reparación de todo el conjunto de ascensores cuando la compra se haga efectiva.
Las etapas siguientes aún están en pañales. Un estudio preliminar dictará cuáles pueden volver a funcional normalmente, pero se buscará la manera de que todos salgan del abandono.
La recuperación de los sistemas de ingeniería será un punto clave, ya que se trata de máquinas que están descontinuadas hace ochenta años, y no existen muchos antecedentes en relación a las tecnologías de la época. A través de un diagnóstico que defina el estado de los ascensores, se decidirá cuáles serán reparados con todo su sistema original, y a cuáles se les aplicará tecnología actual, manteniendo su estética patrimonial e intentando conservar su potente identidad visual.
Texto, Emilia de la Fuente Fotografías, José Luis Rissetti.
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