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lunes 12 de abril de 2010
En Santiago y Melipilla se prepara la restauración de cuatro creaciones emblemáticas. Datan del siglo pasado, y quedaron seriamente dañadas tras el terremoto.
Gustavo Villavicencio
A más de 30 días del gran sismo, las iglesias comienzan a hacer un catastro de sus daños, entre los que aparecen sus vitrales. Un arte que busca cambiar la tela por el vidrio y catequizar con motivos teológicos.
Restaurarlos no será tarea fácil: implica el retiro de las piezas de vidrio y la estructura metálica, además de recuperar los trozos desprendidos. "Todas las partes del vitral deben ser clasificadas y numeradas. Luego hay que elaborar un molde que determinará qué partes pueden ser reelaboradas. Se trata de un trabajo que puede durar meses", dice el vitralista chileno Juan Santiago Tapia.
Basílica de Lourdes: diseño francés destruido
En su taller, ubicado en Chartres (Francia), Gabriel Loire creó los vitrales para la Basílica Nuestra Señora de Lourdes (arriba, a la izquierda). Trabajó sobre losas de vidrios tallados y astillados en su espesor, engastados en cemento armado, mediante una red de alambre galvanizado que configura las principales líneas de escenas y personajes. El resultado: 652 m {+2} de vitrales que sugieren a los fieles un fresco histórico, místico y espiritual de la vida de la Virgen María.
Tras la catástrofe, el hermano Ramón Gutiérrez lamenta: "Varios paneles del lado poniente del templo, que corresponden a los Misterios del Rosario, quedaron en el suelo. Los del lado oriente también están dañados y a punto de caer. Hoy, son obras de arte destruidas".
Nuestra Señora del Carmen de Nuñoa: motivos vegetales
Este vitral de la parroquia Nuestra Señora del Carmen es un rosetón que, si bien se ubica en un templo más bien neorrománico, luce un estilo neogótico. Compuesto por 16 secciones, tiene una figuración semiabstracta con motivos de índole vegetal y fue fabricado a principios del siglo XX por el Atelier Blancat de Toulouse (Francia).
A causa del terremoto, el frontis de la iglesia -donde se ubica el vitral- sufrió severos daños, así que deberá ser demolido. Mientras se espera su reconstrucción, todas las secciones del vitral deben ser desmontadas, numeradas y embaladas. Cuando todo esté listo se les renovará la emplomadura, fatigada con los años.
Basílica del Salvador: tres vitrales en el suelo
En 1870 se puso la primera piedra de este imponente templo. Veintidós años después se inauguró, cuando aún faltaba gran parte de la ornamentación interior. Está dividido en tres naves de igual altura, y la penumbra es interrumpida por la luz tamizada que penetra a través de sus vitrales, realizados por el taller Mayer en Alemania. Todos basados en la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y la vida de Jesús (como se ve a la derecha, en la foto).
En esta basílica se desplomaron tres vitrales completos, de los 12 que conforman las vidrieras principales. Un paso más en la lenta agonía de este templo, uno de los más bellos de nuestro país.
"Para los vitrales que deban ser restaurados, se registrará la situación original, el tratamiento específico para cada pieza, el código de vidrio color y el resultado final. Cuando hay roturas de piezas sin pérdida de material, se deben unir ambos cantos con resina, para no interferir su diseño original", explica el arquitecto Eugenio Joannon.
Agrega: "Si hay pérdidas de módulos, se deben rehacer íntegramente de acuerdo a los tipos de vidrios existentes, diseño y aplicación de decorado 'grisalla', o agua de ácido donde lo requiera. Para el armado de cada vitral es necesario identificar las características de su plomada, ancho y espesor".
Catedral de Melipilla: heho en Chile y clásico
Como parte del nuevo templo, edificado a inicios de los años 90, se creó el vitral principal de la Iglesia Catedral de Melipilla. Circular y ubicado en el frontis, tiene 3,5 metros de diámetro y representa la imagen del patrono de la ciudad, San José, además de paisajes característicos de la zona.
Fue realizado por el artista Juan Santiago Tapia, quien usó la técnica más tradicional. "Consiste en la utilización de vidrios de colores intervenidos con grises o 'grisallas' que se someten a 650°C en hornos tipo cerámico. Los vidrios son unidos con molduras de plomo y soldadura de estaño, para finalmente ser instalados en la estructura soportante, en este caso de metal", especifica.
De los nueve paneles que componen el vitral, el terremoto dañó el central, que tiene grandes dimensiones. En esta sección se encuentra la mayor parte de las figuras de Jesús y San José.
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