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Domingo 29 de agosto de 2010
Habitantes de la comuna no desean que se vea mermada su principal fuente de ingreso: el turismo.
por Joaquín Peñailillo. Cobquecura
Pese a que tuvo el destino de ser epicentro del terremoto y que está ubicada junto al mar, en el sector urbano de Cobquecura, ubicada en la Región del Biobío, a 124 kilómetros de Concepción, no supieron nada del tsunami que aquel fatídico 27 de febrero destruyó por completo otros sectores costeros ubicados a sólo unos cuantos kilómetros de distancia. En sus calles, las mismas que mezclan modernas casas que casi no sufrieron daños, con añosas construcciones de adobe que están en el piso y que eran patrimoniales, los habitantes se animan a lanzar hipótesis para explicar aquello. Se manejan teorías como que ser el centro del megasismo ayudó a que se produjera un "efecto abanico" lanzando las olas hacia el norte y el sur, o que éstas se frenaron por una cadena montañosa frente a la costa.
Cierto o no, la cosa es que a seis meses de la catástrofe los habitantes de la localidad, donde sólo murió una persona aplastada por un muro, están haciendo lo posible por levantarse. Sobre todo, si se considera que faltan apenas unos meses para el verano, época en la que llegan cerca de 45 mil personas y aumenta de manera considerable la población, que durante el resto del año apenas supera los cinco mil habitantes (de ellos, el 75% es rural). Soportar ver las calles repletas de visitantes poco importa, porque el turismo es la principal fuente de ingresos para un poblado que durante el resto del año vive básicamente de los ahorros, algo de agricultura y también un poco de pesca.
Si bien tras el terremoto el 95% de la hotelería y el 90% de los restaurantes se mantienen en pie, igual hay un porcentaje menor que sufrió pérdidas. Ahora, hacen lo imposible por levantar nuevamente su negocio, como es el caso de Andrea Torres, quien antes vivía en una gran casa con todas las comodidades necesarias y ahora junto a su esposo y dos hijos -uno de ellos de apenas dos meses- se las tienen que arreglar en una vivienda de emergencia.
La reconstrucción no ha sido nada sencilla, porque "para postular a los subsidios hay que contar con los papeles que acrediten el dominio del terreno, algo que acá en muchos casos no ocurre, porque como las propiedades se van traspasando de generación en generación, nunca se ha hecho la posesión efectiva", cuenta Oscar Espinoza, administrador municipal.
Como si lo anterior no bastara, el sector céntrico el año 2005 fue declarado Zona Típica por sus casas de adobe, lo que significa que para demoler alguna de las 136 viviendas de ese tipo que quedaron inhabitables hay que pedirle permiso al Consejo de Monumentos Nacionales. "Y para reconstruir hay que seguir ciertos parámetros que encarecen los costos que pueden llegar a los 20 millones de pesos, mientras que el subsidio sólo alcanza unos 11 millones", dice Espinoza.
Lo anterior lo han sufrido los dueños de esas casas, ubicadas en el cuadrante de las calles Rehue, Independencia, Chacabuco y Carrera, que deben seguir ocupando esas casas o lo que quedó en pie, tal como le ocurre a Eduardo Carrasco: "Hasta ahora sólo nos han dado una mediagua".
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