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martes 17 de agosto de 2010
ENCRUCIJADA PATRIMONIAL Tras el retiro de las retroexcavadoras
O'Higgins y el Maule cuentan con 18 zonas típicas. De ellas, 13 están heridas. Fachadas continuas, adobe, tejas, corredores cayeron a los pies de sus moradores. Ser zona de conservación histórica impide reconstruir en serie, menos sin autorización del Consejo de Monumentos. Ello ahuyenta a las inmobiliarias.
Verónica Luco
En plena zona de conservación histórica de Chanco, una casa de cemento en la calle principal capta la vista de los transeúntes. El material de construcción está todavía húmedo. En el mismo sitio donde antes reinaba el adobe y la fachada continua, hoy una casa de $3,5 millones -sin ningún valor cultural- tiene a su propietaria orgullosa.
Carmen Álvarez vivió cada uno de sus ochenta años en una casa hoy hecha barro. Desde el terremoto, vive con su marido donde un familiar. No iba a su terreno, le daba pena. Fue a la municipalidad, dice que no recibió ayuda. Hoy vuelve a sus nuevas paredes, "la gente me felicita por ser la primera que hice mi casa". Desconfiaba del subsidio. No quiso esperar ni ceñirse a las normativas. ¿El instructivo de zona típica? "¡Si ya no hay zona típica -asegura- si las casas de adobe las botaron todas!".
La voluntad de levantar una casa sin respetar el carácter patrimonial amenaza con generalizarse en Chanco. "La gente está desesperada. Si se llega a diciembre y aquí no se hace nada, la gente va a construir por sus propios medios sus casas en la zona típica", advierte Marcelo Contreras, presidente de la Junta de Vecinos número 1 de Chanco, la del casco histórico.
Despejando el terreno
Para optar al subsidio, los vecinos tienen que recurrir a una Entidad de Gestión Inmobiliaria Social (EGIS), la que postula y ejecuta un proyecto de vivienda. En una zona urbana común, funcionan con un modelo estándar de casa, pero en zona típica, requieren uno que respete el instructivo del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN). Pero ni una EGIS pisa la zona típica de Chanco, recayendo en la municipalidad la responsabilidad.
Con siete funcionarios, su Dirección de Obras Municipales (DOM) no da abasto para las 1.600 casas que calculan "inhabitables" en la comuna, el 57% de la totalidad según el censo del 2002. De la zona típica, de acuerdo con el catastro parcial de la municipalidad, 220 estarían demolidas o por demoler.
Una de cada tres viviendas patrimoniales estaría en el suelo, según las 700 que antes incluía la zona de conservación histórica. Además, unas 300 tendrían daños severos, sostiene el CMN. De aquella zona, el Serviu no ha recibido ninguna postulación al subsidio de reconstrucción, de 580 UF.
Osvaldo Waddington espera paciente los 12 millones de pesos del subsidio para zona típica. Busca poder reconstruir algo de su casa de fines del siglo XIX. Inhabitable, no la ha demolido. Según él, están en el momento clave para "reconstruir su ciudad y hacerla un lugar hermoso". Sus 15 años como relacionador público de la Municipalidad de Chanco son insuficientes por movilizar a la comunidad. Los chanquinos están de duelo, "porque todo lo que era nuestra tradición y nuestro orgullo como zona típica desapareció. Hay mucha depresión, con mucho temor al futuro", señala. "Los avances hasta ahora han sido si no pocos, escasos".
Humberto Peñalillo vivía con su papá (de 92 años) y su hermano en una casa colonial de 150 años, en plena Abdón Fuentealba, eje de la zona típica. Ya no. El terremoto los tiene pagando $60.000 mensuales de arriendo en una villa. "Mi papá todavía llora. Nos pregunta por qué Dios no lo habrá llevado junto con su casa. Tiene depresión, gatillada por el terremoto. Él salía a la calle, era su espacio, hacía chistes. En la Villa no conoce a nadie", se expresa suave Peñalillo. La pena la viven todos. Esa tarde salía de la mediagua que está en el terreno de su casa. Dentro ya no estaban la batería de cocina ni las frazadas que guardaba con llave. El candado, abierto.
"Varios se han quitado la vida", cuenta el dirigente Marcelo Contreras.
"El nivel de ansiedad de la gente es muy fuerte", reconoce Francisco Rojas, director de Obras Municipales de Chanco.
El salvavidas disponible
Encauzar la ansiedad de la reconstrucción sería uno de los efectos de los 20 proyectos piloto de los Planes de Regeneración Urbana (PRU) que el Ministerio de Vivienda licita para la Región de O'Higgins, el Maule y Biobío. Chanco incluido.
Las empresas que se adjudiquen los PRU deben trabajar en conjunto con las Seremis de Vivienda y Urbanismo, con las municipalidades y la comunidades para proponer "proyectos detonantes" para el desarrollo de la localidad. Además, deben proponer dos planos tipo para una vivienda acorde al sector que consideren los subsidios del Gobierno. Los diseños quedarían a disposición de la municipalidad para que la reconstrucción sea acorde a la identidad de estos pueblos. El Consejo de Monumentos dará su opinión para cada PRU de zona de típica, advierte su secretario ejecutivo, Óscar Acuña.
Pablo Allard, coordinador nacional de la reconstrucción, precisa que los PRU serán una herramienta para orientar los trabajos en localidades donde existe un "alto riesgo de que, por avanzar rápido en la construcción de viviendas, se pierda la imagen urbana y el carácter de estos pueblos, que muchas veces recibían ingresos por su valor patrimonial".
Entre noviembre y diciembre los PRU debieran estar disponibles. El 23 de agosto se cierran las postulaciones a las licitaciones. "Tenemos urgencia, sabemos que la reconstrucción va a tomar bríos y mucha fuerza durante el verano. Nos interesa mucho que las comunidades tengan a disposición estas orientaciones antes de que se larguen con una reconstrucción más intensa. Porque después va a ser muy difícil de reparar si se cometen algunos errores", señala Allard.
Todo centro necesita de su periferia
Los PRU exigen una coordinación con los gobiernos locales, seguros de que la reconstrucción se hace desde las propias comunidades que buscan conservar sus valores. Los municipios son cruciales en esa coordinación de voluntades.
En Chanco ése es el desafío. Ahí se impulsó un movimiento por desafectar la zona típica. La alcaldesa Díaz apoyaba a quienes no querían trabas para poder construir sus nuevos muros. El anuncio del subsidio extraordinario del Ministerio de Vivienda de 200 UF que les llegaría a las viviendas por ser zona típica convenció a varios vecinos de mantener el carácter de zona patrimonial. No a todos.
El diálogo entre la alcaldesa de Chanco, Viviana Díaz, y el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) estuvo cortado por tres meses. No obstante, Óscar Acuña señaló que hoy existe una agenda común de trabajo entre la alcaldesa y el CMN, antes amenazada por las sucesivas demoliciones del municipio (no autorizadas por el Consejo).
¿Zona típica según quién?
Chanco todos los febrero celebra la colorida Fiesta de la Virgen de la Candelaria. La procesión religiosa cruza la zona típica y culmina al interior de la Parroquia de San Ambrosio. El próximo año no será así. Ya no hay parroquia. El padre Francisco Hormazábal lleva 15 años en Chanco y sabe que costará festejar el próximo año. "Cada día hay menos casas, eso es lo más dramático y lo más fuerte, cada día van demoliendo más. Se va viendo más miseria, más pobreza, se va acabando el pueblo. Y uno se deprime. Uno dice, pucha, ya no hay dónde ir. La fiesta la vamos a tener que hacer al aire libre no más".
Para el coordinador regional del Maule del Consejo de Monumentos, Nelson Gaete, es "urgente reencantarnos de los valores de este pueblo. Contrario a lo que la gente cree, éstos no se han perdido". Van más allá de las construcciones de adobe. Y eso está reconocido en la declaratoria de zona de conservación histórica del 2000, donde destacan los valores arquitectónicos coloniales, pero también se subraya su potencial turístico cercano a los balnearios de Pelluhue e Iloca, además de la reserva Federico Albert, administrada por la Conaf.
"Hubo propiedades que se podían salvar, y se demolieron", sostiene Gaete. Hoy los restos de esas construcciones patrimoniales se acumulan en el llamado "Cementerio de Chanco", al borde del canal, a un costado de la calle principal. Todos los chanquinos pasan por ahí a diario, varios se detienen y miran las ruinas.
La Asociación Chilena de Barrios y Zonas Patrimoniales, en una gira por las localidades de conservación histórica afectadas por el terremoto, visitó Chanco a mediados de marzo. "Era la locura de las retroexcavadoras, fue el peor ejemplo de la situación post terremoto. Veníamos de Cobquecura y de otros lados donde la gente defendía, los alcaldes también, pero en Chanco nadie se resistió a la demolición y el municipio no nos recibió... la ciudadanía activa es súper difícil ahí", denuncia su presidenta, Rosario Carvajal. "Ya no hay zona típica", sentencia.
Municipio en obras
Hoy la alcaldesa asegura que trabaja reconociendo el carácter de zona típica. El desafío es transmitirlo a los vecinos. Requiere un municipio activo. Sin embargo, las tareas como única EGIS en la zona típica caen sobre sus funcionarios, quienes además deben preocuparse del área rural -con 900 viviendas en el suelo- y la urbana que no es zona típica. Colapsan las audiencias de lunes y miércoles.
Para lo que no es zona de conservación histórica apoyan otras EGIS. "Si no, no daríamos abasto", aclara la alcaldesa Díaz.
Según el concejal Marcelo Waddington, existe un problema real. Falta una estrategia clara, "ni nosotros sabemos por dónde va la ruta". De ahí que clama por una intervención a nivel central en la reconstrucción de la zona típica de Chanco.
Si antes como EGIS la municipalidad recibía alrededor de 50 postulaciones de subsidios de vivienda al año, hoy sólo en la zona típica deben hacerlo con 150 y como Dirección de Obras Municipales deberán inspeccionar al menos 1.600. Según Rojas, las EGIS externas huyen. La distancia es un factor, pero más aún lo complejo que resulta desarrollar un proyecto que respete las cualidades patrimoniales de la zona típica. "Es poco rentable para las EGIS externas".
Según el padre Hormazábal, es necesario reactivar la municipalidad. "La gente se da cuenta de la lentitud, pero yo creo que es una realidad nacional". Falta movilizarse. "El pueblo necesita una maqueta, algo que muestre 'esto es lo que vamos a hacer de Chanco'. Esto es lo que Chanco va a ser en cinco años más".
La reticencia de los gestores inmobiliarios
José Brintrup, gestor comercial de Walltech Solución Constructora, ejerce como EGIS (Entidad de Gestión Inmobiliaria Social) de 260 casas en la comuna de Chanco entre diferentes tipos de proyectos de damnificados. Dentro del próximo mes postulará con ellos al subsidio. "No es negocio estar en Chanco". Y menos en zona típica. "El proceso demoraría dos años entre presentar los modelos de casas al Ministerio de Vivienda, después al Serviu para que las apruebe, y más encima en diálogo con el Consejo de Monumentos. Entonces, no, no me voy a meter en ésas". Sospecha de los progresos eventuales en zona típica. "Hay que dejarse de planificar y decidir eventuales modelos de construcción y actuar, porque hay personas sin casa de por medio".
La Unidad de Desarrollo Urbano del Serviu examinó Chanco para los Planes de Regeneración Urbana. Verónica Baeza, arquitecta de la unidad, destaca la principal amenaza: "la zona típica desincentiva la intervención. Tú tienes familias que lo único que quieren es vivienda. Y por otro lado, tú sabes que con Monumentos el proceso será más lento. Entonces, ¿qué EGIS se va a interesar?". Al municipio le falta apoyo técnico para poder reconstruir y poner en valor las potencialidades de Chanco como destino turístico.
Óscar Acuña asegura que intervenir en zonas patrimoniales puede significar un área de especialización valiosa para las EGIS. "Allí el terremoto generó una universalidad que puede ser interesante de abordar" , señala Acuña, y agrega la disposición del Consejo de poner a disposición de las EGIS sus criterios de intervención.
El dirigente de Chanco, Marcelo Contreras, quiere hacer de su pueblo uno moderno, cualidad que ve opuesta a la de zona típica. "Chanco fue vulnerado al ser nombrado zona típica el 2000. No fue tomado en cuenta, no hubo participación y las personas no resultaron beneficiadas". Destaca que fue una iniciativa de la empresa "Bosques para Chile" que buscaba construir un resort . La alcaldesa Viviana Díaz señala que entonces les prometieron un éxito turístico, se generaron muchas expectativas. El resort no se construyó.
Cifras
1.600
El número de casas
dañadas por el sismo en Chanco, 57 por ciento del total.
700
Las casas del área de conservación patrimonial.
220
Las viviendas
destruidas o demolidas en el área patrimonial.
300
Casas con
severos daños en área de conservación.
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