Fecha: 16 de enero de 2011
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ARTES Y LETRAS
PROYECTO BICENTENARIO Arquitectura:
"Vistas panorámicas de Santiago 1790-1910",
Germán Hidalgo
Ediciones Origo con Universidad Católica,
Santiago, 1910,
128 páginas,
$24.900
Una nueva publicación de la capital recupera la iconografía que mira a la ciudad desde arriba, entre 1790 y 1910. Un atractivo trabajo de compilación de imágenes de pintores, cronistas, dibujantes y fotógrafos, antes que naciera la fragmentación de Santiago y perdiera su visión unitaria.
Sara Montt
Con el fin de elevar la mirada a 300 metros de altura para poder contemplar París en su totalidad, se construyó la Torre Eiffel. Nuestro mirador, en cambio, es natural. Desde la cima de los cerros Santa Lucía, San Cristóbal y Blanco, franceses, alemanes, españoles y norteamericanos que se maravillaron con el paisaje del valle de Santiago, buscaron inmortalizar su experiencia mediante dibujos, grabados, pinturas y fotografías.
Para celebrar el Bicentenario, y como resultado de una investigación de siete años, el arquitecto Germán Hidalgo da vida a "Vistas panorámicas de Santiago 1790-1910", donde reúne estas obras y las complementa a través de textos que reflejan una profunda investigación de cada una de las imágenes. Su trabajo permite construir la ciudad comparando distintas miradas, con diferentes técnicas, y desde diversos ángulos. "Él está analizando no solamente cómo va creciendo la ciudad a través de las imágenes y cómo se ve ese crecimiento, sino que también hay una relación con el observador; desde dónde está mirando, qué vio, qué destacó, todo eso está diciéndonos, porque no hay dos miradas iguales", dice Miguel Laborde, director de "Revista Universitaria" de la Universidad Católica.
La falsa Pampilla
Un ejemplo de esto último es el descubrimiento que hizo Hidalgo -imbuido en el lenguaje de imágenes y planos- del conocido cuadro de Mauricio Rugendas, "Llegada del Presidente Prieto a la Pampilla". Confundidos quienes la estudiaron, por su nombre, asumieron que la pintura -que muestra el festejo de un 18 de septiembre-, es un retrato de la Pampilla, lo cual es un error. "Todas las imágenes tienen una intencionalidad. Hay que estar siempre atento, para poder interpretarlas correctamente", afirma.
El arquitecto hizo un trabajo de entomólogo: relacionando todos los elementos en un espacio, se dio cuenta de que ese espacio no correspondía al lugar indicado. Descubrió que se trataba de una vista de Santiago desde el camino a Valparaíso -actual calle San Pablo-, en una época en que los viajes desde la ciudad porteña se hacían en carreta. Rugendas quiso hacer una especie de zoom , porque su objetivo real, cuenta Hidalgo, era retratar la chilenidad. "Al distanciarse, para ver la cordillera de fondo, se estructura una imagen y una identidad de nación. Está construyendo la imagen de Chile. En esa época Santiago era Chile". Y Chile, en el cuadro, se muestra con gente al aire libre; con la ciudad de fondo, rodeada de cerros y enmarcada por la cordillera.
La ciudad unitaria
Esto fue lo que vio Pedro de Valdivia y que lo llevó a fundar Santiago de la Nueva Extremadura en 1541: un valle rodeado de cerros, con la cordillera de fondo, y con un río que lo recorría. Hidalgo elige comenzar el libro con el año 1790 porque antes de eso, "tiene que haber sido una aldea", dice. Y además, entonces "ya hay un reconocimiento de una cierta conformación urbana, que habla de que estamos a la expectativa de una ciudad".
Desde ahí hasta 1910, explica, hay una cierta continuidad, la ciudad se puede entender como un todo. "Esta escala es todavía humana, donde la mirada y la percepción funcionan. Pero desde 1910 en adelante la ciudad se comienza a transformar en metrópolis. Aparecen las comunas de Providencia y Ñuñoa y comienza a hacerse más compleja". Para aclarar esto, cita el arte cubista de principios del siglo XX, en que la mirada se fragmenta. "La ciudad también, de ser unitaria, se empieza a dividir. Aparecen distintas miradas que, reunidas, arman el total, pero ya no hay imágenes unitarias, como al principio. Cuando la ciudad era pequeña, se podía abarcar desde afuera, como a un objeto". Además, aparece la cámara, que permite mayor movilidad. Los lugares para tomar fotografías aumentan y los puntos de vista proliferan. Al principio, el único mirador era el Santa Lucía, luego se retrata la ciudad desde los cerros Blanco y San Cristóbal.
La clave para entenderla hoy, explica, es interpretarla por comunas. "Uno puede tomar el funicular del San Cristóbal y comprobar, mientras va subiendo, cuándo se pierde el contacto con la ciudad. Arriba es mucho más abstracta. Eso es la manifestación de que algo está pasando abajo ¿cómo actúas sobre ese trabajo incontrolable? La ciudad de 1910 era de un tamaño que permitía pensarla. Coincide que la comuna de Santiago de 2010 es la ciudad de Santiago de 1910".
La mirada de Vicuña Mackenna
Pero en 1874 la capital era diferente. Ese año, el intendente Benjamín Vicuña Mackenna mandó tomar fotografías desde el cerro Santa Lucía. Hidalgo distinguió cuáles fueron los puntos de ubicación del fotógrafo y traspasó la información de esas imágenes a un plano. Entonces se percató del proyecto de Benjamín Vicuña Mackenna, que con seis fotografías circunvaló todo el cerro. El arquitecto dice que la intención del intendente era cercar: lograr que la ciudad tomase la forma de un cuadrado ordenado, con una plaza en cada esquina. Transformó el cerro en un paseo para que la gente fuera y mirara estos límites desde arriba, e hizo construir el Parque O'Higgins para que los habitantes también contemplaran la ciudad desde su interior.
Como el desarrollo de las ciudades es desordenado, el proyecto de Mackenna no resultó. Sin embargo, Santiago fue creciendo de manera no planificada, desde los pies del cerro Santa Lucía hacia el poniente, donde se construyó Quinta Normal, que generó un polo ambiental grato. Y ya en 1910 se encontraban enlazadas las líneas del ferrocarril, trazando un cinturón que rodeaba toda la ciudad, como quería el intendente.
El libro de Germán Hidalgo transparenta un tema "que nadie ha tenido como centro, como leitmotiv. Uno necesita el ojo de otro", dice Laborde, quien establece que el hombre requiere una base para observar: "La planicie es melancólica; genera como una sensación de no lugar, donde todo da lo mismo, mientras que en la medida en que uno tiene elementos desde donde mirar, puede apropiarse de la totalidad". Pero nuestros cerros ya no son suficientes: "hoy nuestra ciudad es para montaña, para cordillera", dice.
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Hola, soy estudiante egresada de arquitectura, la cosa es que estoy en mi proceso de título y el Parque Quinta Normal es parte de este ya que pretendo emplazar mi proyecto ahí.
ResponderEliminarEstoy buscando información sobre este, ya sea sus comienzos, cuando era un sector encargado básicamente a la agricultura y conservación de especies de la flora, y más reciente cuando ya se inaugura como espacio público.
La remodelación también es parte de mi estudio, la cual me parece muy importante ya que a pesar de que en cierta medida modernizó el parque siento que perdió algo de lo que tenía antes que era básicamente la sensación de antigüedad que se notaba cuando uno iba y se ensuciaba los zapatos por la arcilla que es el pavimento más barato y antiguo que existe. Eso era lo rescatable del parque además que con pavimentación casi al 100% la temperatura aumenta automáticamente y quien sabe que pasara con las especies antiguas y el calentamiento global y todo eso (hablando sin conocer el tema profundamente). Bueno en realidad mi crítica es básicamente eso, la laguna necesitaba un enchulamiento, la antigua parecía un charco sin forma, ahora tiene una mejor imagen y se ve más limpia.
Lo que quiero preguntar con este comentario es que si tú conoces por casualidad si existe una segunda patita de la remodelación del parque, en un libro vi unos esquemas como de un master plan donde se consideraba cambiar todas las circulaciones del parque por adoquín pero no sé si llegara a efectuarse.
Lo que pasa es que necesito saber esa información para poder continuar mi proyecto de título tranquilamente teniendo todo claro y lamentablemente el arquitecto encargado de esta remodelación simplemente no presta atención a mis llamadas ni pedidos.
Me despido cordialmente
G. Toloza Quezada