Fecha: 8 de agosto de 2011
El mismísimo líder de los 33, Luis Urzúa, fue el anfitrión en el recorrido que marca una de las últimas actividades en Copiapó del grupo que anoche regresaba a Santiago.
FERNANDO ZAVALA Enviado especial
COPIAPÓ.- Pese a que apenas ha pasado un año desde su traumática experiencia a 700 metros de profundidad, Luis Urzúa es un hombre de carácter alegre, amable y entusiasta. Pero incluso el emblemático líder de los 33 de Atacama no pudo evitar su emoción cuando, acompañando al equipo de la película oficial sobre el rescate, llegó al lugar donde la cápsula Fénix 2 los llevó, como él mismo dice, "de vuelta a la vida".
De izquierda a derecha, José Rivera, Edward McGurn, Héctor Tobar, Leopoldo Enríquez y Luis Urzúa en el lugar en que la Fénix 2 llevó a los 33 mineros "de vuelta a la vida".
Como una suerte de improvisado monumento, una gruesa capa de concreto tapa aquel agujero. Ahí, Urzúa se sentó. Y pese a la excitación a su alrededor, él prefirió mantener un breve silencio y reflexionar. Era la segunda vez que visitaba ese sitio. El productor Edward McGurn, el guionista José Rivera, el periodista Héctor Tobar (autor del libro oficial) y el productor ejecutivo Leopoldo Enríquez, entre otros, absorbían cada momento, cada detalle, sacaban fotos y escuchaban atentamente el relato del minero.
En la entrada del yacimiento, hoy cerrada con una gruesa malla metálica, el minero explicó cómo fue el derrumbe que lo mantuvo 69 días bajo tierra.
La visita partió en el lugar del campamento Esperanza, mucho más pequeño que lo que cualquier espectador de televisión durante esos días podría imaginar. "Pensar que hace un año estábamos intentando mandar humo arriba", recordó Urzúa.
Luis Urzúa martilló trozos de roca para mostrar el mineral al que dedicó 30 años de su vida.
Se acercaron a la entrada del yacimiento, hoy cerrada con una gruesa malla metálica. Ahí, Urzúa dibujaba planos en la tierra para explicar los detalles del derrumbe e incluso martilló trozos de roca para enseñar a los visitantes el mineral al que, en este y otros yacimientos, dedicó 30 años. Otro momento emotivo del día fue cuando el ex jefe de turno se puso un casco y visitó, por primera vez desde el accidente, su antigua oficina, hoy llena de polvo, vidrios rotos y libros sucios. "Pudimos ver cuánto este trabajo significaba para él. Y para nosotros ha sido muy valioso entender todo eso", dice el productor Edward McGurn.
Un momento emotivo para Urzúa fue cuando visitó, por primera vez tras el accidente, su antigua oficina.
Durante la tarde, ya en Copiapó, Urzúa seguía con su cinturón de trabajo en la cintura; y guionista y autor continuaron sus entrevistas, esta vez a Yonni Barrios y Florencio Ávalos. Por la noche, el equipo emprendía viaje de regreso a Santiago, donde continuarán las reuniones con involucrados. El balance, para los autores, fue más que positivo. Dice Tobar: "Fue una visita bastante útil. Muchas veces cuando reporteas un tema, fácilmente se agota. Pero en este proceso de entrevistas siento que voy adquiriendo más energía. Llevamos en este viaje unas 12 horas de material y cada vez descubro un elemento emocional nuevo de la historia".
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