viernes, 20 de enero de 2012

Charles Dickens: Su ciudad, su tiempo, su mundo

Fecha: 15 de enero de 2012


Biografía Celebrando su bicentenario:
La dickensiana vida de Charles Dickens

Es uno de los mayores novelistas de la literatura universal, creador de personajes y novelas tan leídas como perdurables. Entre las publicaciones vinculadas al bicentenario de su nacimiento está la esperada vida de Dickens escrita por la "gran dama" de la biografía literaria inglesa, Claire Tomalin.  

PATRICIO TAPIA  En 1837, en una nota de comentario sobre los primeros libros de Charles Dickens, el crítico G. H. Lewes señalaba: "Es algo difícil distinguir entre popularidad y fama; y la distinción, aunque puede hacerse en la época actual, todavía debe esperar la corroboración del tiempo. La literatura sufre mayores y más frecuentes cambios que los que la perspectiva geológica de la tierra señala en nuestro planeta: capa tras capa se incrustan y pierden en medio de la embestida de nuevas olas, a la vez de popularidad y capricho; y vemos que los hombres que fueron ídolos del momento son apenas mencionados en un período posterior, y sólo son conocidos por los curiosos. Este es siempre el efecto de la popularidad sin la verdadera fama".





















Charles Dickens
Grandes esperanzas. Debolsillo, 2011

Dickens y su obra han gozado de popularidad y de "verdadera" fama por generaciones. Como escritor alcanzó rápidamente riqueza, pero ésta no provenía de ediciones caras y exclusivas, sino de los miles y miles de lectores que pagaban por sus historias que aparecían por episodios en revistas. Cuando la pequeña Nell de "La tienda de antigüedades" empezó a declinar, el autor recibió infinidad de cartas rogándole que no la matara (pero la "mató" de todas formas). 

 La joven reina Victoria leyó "Oliver Twist" y la encontró "excesivamente interesante", según anotó en su diario. Su recepción fue multitudinaria a la vez que transversal (desde lo más alto a lo más bajo). Tolstoi tenía un retrato de Dickens colgado en su estudio y lo consideraba el más grande de los novelistas del siglo XIX, llegando a afirmar: "Todos sus personajes son mis amigos". Con posterioridad, los estudios literarios que lo tuvieron por un simple autor "popular" y "cómico" han empezado a vindicar como cualidades los excesos (tramas melodramáticas, personajes improbables, extravagancia verbal) que alguna vez se consideraron debilidades.

Vidas
Con la fama de Dickens también llegó el interés por su vida. Pero él era un hombre muy cuidadoso de su privacidad, y su vida encerraba secretos que no quería revelar.
Una de las más destacadas biógrafas inglesas, Claire Tomalin -quien ha escrito las vidas de Katherine Mansfield, Thomas Hardy y Samuel Pepys, entre otros- ha publicado una vida de Dickens. Su biografía, con todo, entra en un terreno bastante poblado. La primera gran biografía se publicó pocos años después de la muerte de Dickens por John Forster, un respetado hombre de letras victoriano; apareció en tres tomos entre 1872 y 1874: es la obra de un amigo (se conocieron en 1836), pero no es la de un acólito incondicional. Existen otras "vidas" completas (y no episodios o estudios sobre temas específicos) del autor: las de Edgar Johnson (1952), Angus Wilson (1970), Peter Ackroyd (1990), Grahame Smith (1996) y Michael Slater (2009), entre otras.


Los libros de Tomalin siempre son atrapantes, muy bien escritos, altamente documentados, y suelen basarse en la idea de una revelación. Sin embargo, de Dickens pareciera que no hubiera ya nada más que revelar. Su mayor secreto -la existencia de una amante mucho más joven por quien abandonó a su esposa y con quien parece que tuvo un hijo- había sido expuesto por la propia Tomalin en su libro "The Invisible Woman", en 1990.


Con todo, si hubiera que recomendar una vida de Dickens informada, completa, entretenida y concisa (tiene más de 500 páginas, pero muchas de sus alternativas superan fácilmente las mil), ésta podría ser la opción.
Los capítulos iniciales del libro de Tomalin describen su infancia idílica en Kent, a lo que siguió la experiencia terrible. Si el segundo hecho más traumático de su vida fue el público repudio de su esposa y su relación con una mujer menor, el primero fue un trauma infantil. Dickens nació en 1812, hijo de un empleado en la oficina de pagos de la Armada (modelo del señor Micawber), quien recibía un salario decente, pero era patológicamente irresponsable y derrochador, de manera que siempre estaba endeudado. Cuando Dickens tenía 12 años, su padre fue encarcelado por deudas y su hijo fue enviado a trabajar en una fábrica de pasta de zapatos, lejos de la familia. Comenzó poniendo las etiquetas en bodegas infestadas de ratas y después fue puesto en la ventana para que la gente pudiera ver la velocidad demencial con que lo hacía. En parte ahí están las fuentes emocionales de algunas de sus novelas. Hay referencias a esa experiencia en muchos de sus libros (la fábrica es transpuesta al negocio de embotellamiento de vino en "David Copperfield"). Y la figura del niño vulnerable o sin padres aparecerá constantemente en su obra: Oliver Twist, la pequeña Nell (de "La tienda de antigüedades"), Smike (de "Nicholas Nickleby"), la pequeña Dorrit, Pip (de "Grandes esperanzas"), entre otros. Nunca le contó esto a nadie, salvo a su primer biógrafo, John Forster. Y los padres de Dickens nunca mencionaron nuevamente el año en que lo forzaron a trabajar, como si nunca hubiera ocurrido.


Dickens debió dejar la escuela a los 15 años. Trabajó como empleado menor en una oficina de abogados y luego como periodista. Con 24 años empezó a escribir lo que después sería "Los papeles póstumos del club Pickwick", y desde entonces sería famoso. Su "tasa de producción" literaria era realmente prodigiosa: aún estaba escribiendo "Pickwick" cuando comenzó "Oliver Twist", y éste aún no concluía cuando empezó a aparecer "Nicholas Nickleby".


Entre las novelas, Dickens escribió ensayos, escenificó obras teatrales, fundó y editó diarios y revistas. Podía dejar todo y marchar a Estados Unidos, Italia o París por seis meses. Tenía una enorme energía: daba caminatas diarias de 16 o 20 kilómetros, movilizaba a su amplia familia de casa en casa a través de Londres o transportándola por Europa de vacaciones. Su vida social era frenética, careciendo por completo, como apunta Tomalin, "de la necesidad del escritor romántico de estar solo". Y aún así tuvo tiempo para participar en comités de diversas causas benéficas, buscar fondos y crear casas de acogida para niños huérfanos o prostitutas.


Pero Dickens, el campeón de los pobres, llegó a tener mucho dinero. Uno de los aspectos más interesantes del libro de Tomalin es su enfoque sobre las relaciones de Dickens con el dinero. Su niñez y adolescencia estuvieron marcadas por su descenso en la pobreza. El mismo año en que se casó con Catherine Hogarth, 1836, comenzó a ser rico: recibió un bono de £500 por "Pickwick", y nunca más volvería a ser pobre. Pero a medida que envejecía y sus ingresos aumentaban, también lo hacían las personas que dependían de él (buena parte de su familia extendida y numerosos amigos). Sus lecturas públicas en la década de 1860 le reportaban importantes ingresos y su segunda gira por Estados Unidos (en 1867) significó una entrada de £20.000. El avance por "Nuestro amigo común" fue de £6.000. Tomalin sugiere multiplicar por un factor de 70 para entender lo que las libras del siglo XIX significarían en la actualidad; es decir, la gira y el avance mencionados corresponderían a £1.400.000 y £420.000 (en dólares: 2.165.000 y 650.000), respectivamente.


Santo y pecador
Tomalin presenta a Dickens como un alma dividida y llena de contradicciones, por eso destaca el recuerdo que hace Dostoievski en una carta sobre Dickens y el único encuentro que tuvieron, en 1862 (hay quienes dudan de la autenticidad de esa carta). El ruso recordaba que el novelista inglés le habría dicho que las personas buenas y simples de sus novelas eran lo que a él le habría gustado ser, mientras que sus villanos eran lo que él era: "Había dos personas en él, me dijo: una que sentía lo que debía sentir y una que sentía lo opuesto. De aquella que siente lo opuesto, yo creo mis personajes malvados; de aquella que siente lo que un hombre debe sentir, yo trato de vivir mi vida".


Pues Dickens podía ser enérgico, carismático, amable, altruista y encantador. Después de ser jurado en un juicio, se preocupó de que la acusada recibiera comida y buen trato en prisión. Estuvo en un gran choque ferroviario y pasó mucho tiempo atendiendo a los heridos y moribundos antes de que los rescatadores llegasen. Y antes de un cumpleaños, preocupado de haber olvidado la polca que sus hijas le habían enseñado, el gran novelista, un hombre ya maduro, practicó los pasos, solitario, en su habitación, en mitad de la noche.


Pero también podía ser atormentado, vengativo, implacable y cruel. En 1858, a los 45 años, Dickens se enamoró de la joven actriz de 18 años Nelly Ternan. Ese amor sacó lo peor de él: se separó públicamente de su mujer, humillándola. Luego de cortejar a la actriz -quien en un primer momento lo rechazó-, la convirtió en su amante, instalándola en una serie de casas fuera de Londres y en el mayor de los secretos. Su esposa había sido una mujer pasiva, permanentemente embarazada (en lo que él no era del todo ajeno). Su esposa dejó la casa acompañada sólo por uno de sus hijos; el resto prefirió permanecer con Dickens, y una hermana de ella, Georgina, eligió seguirlos aparentemente como madre sustituta o ama de llaves. Antes, Dickens pareció obsesionado con otra hermana de su esposa, Mary, quien murió repentinamente a los 17 años (el escritor usó el anillo de ella toda su vida).


Tomalin confirma su creencia de que Dickens y Ternan tuvieron en 1862 un hijo, que luego moriría. A la muerte de Dickens, toda la evidencia de su relación con Ternan fue destruida.
Fumador entusiasta desde que era quinceañero, ya a los 50 años Dickens aparecía prematuramente envejecido, y padecía múltiples dolencias (desde un gota que apenas le permite caminar hasta neuralgia). Las fotografías tardías lo muestran ajado y canoso. Tampoco ayudó a fortalecerlo la serie de exigentes lecturas públicas de sus novelas en que se embarcó: a veces estaba tan débil, que debían ayudarlo a salir del escenario, en medio de la adoración de sus entusiastas. Esto, si bien disminuía el estado de su salud, aumentaba su ego y también su cuenta bancaria.


En 1870, George Eliot lo describió como "terriblemente quebrantado". Murió ese mismo año, de una hemorragia cerebral. Tenía 58 de edad y quince novelas, la última de ellas, "El misterio de Edwin Drood", quedó inconclusa.


El inimitable
Ya en vida, desde el momento en que empezó a ser famoso -y lo fue tempranamente-, Dickens fue comparado con otros artistas: se lo llamó el alma de Hogarth o el Constable de la novela; se lo equiparó con Sterne, Fielding, Defoe, Cervantes, Victor Hugo, Carlyle, Shakespeare. Un profesor suyo lo llamó en una carta "el inimitable", epíteto que el escritor recogió y repitió.


Dickens es importante por el alcance de su influjo y por su involucramiento en diversos aspectos de la vida de su época, pero, indudablemente, por la inmensidad de su producción literaria -además de sus novelas, sus cuentos, su periodismo, sus escritos de viajes, sus cartas (más de 14 mil en su edición definitiva en 12 tomos)-. No era un autor conceptual ni siempre consistente. Las grandes novelas sociales de la década de 1850 ("Casa desolada" y "La pequeña Dorrit") muestran una reacción emocional antes que analítica a los problemas sociales del momento. Tomalin, por cierto, no se desentiende de su literatura. Cuando se aboca a las novelas, puede ser tan severa (evidentemente no le gusta el lado más sentimental de las obras de Dickens) como penetrante y cautivadora. Destaca las contradicciones que nutren a los personajes (los villanos, por ejemplo, a la vez que malvados y crueles son vivaces y divertidos) y la dolorosa delicadeza de las obras tardías: queda claro que entre sus obras predilectas está "Grandes esperanzas".


Su gran triunfo, sin embargo, está en devolver, por un momento al menos, algo de vida a Dickens, un hombre atormentado y trágico tras la apariencia de jovialidad y esperanza.
 Reediciones: sus novelas tardías Las dos últimas novelas completamente terminadas de Dickens comparten algunas características: ambas son más bien oscuras e implican una sensación de extrañamiento social; ambas transcurren mayormente en Londres y consideran aspectos de una agresiva búsqueda del éxito material; en ambas la fuerza gravitacional del pasado aparece como las cadenas del recuerdo y tiene revelaciones sorprendentes en su trama; ambas, por último, han sido reeeditadas recientemente.


La decimotercera novela de Dickens, "Grandes esperanzas" (Debolsillo, 2011) se publicó originalmente de forma serial entre octubre de 1860 y junio de 1861. Narra la historia de un huérfano y temeroso joven, Pip, quien se verá favorecido por un benefactor, pasando de su condición humilde a la de un caballero.
La siguiente (y última concluida), "Nuestro amigo común" (Debolsillo, 2011) comenzó a publicarse en mayo de 1864 y continuó hasta noviembre de 1865, en ella un joven, para recibir su herencia, debe casarse con una muchacha a la que no conoce. Pronto aparecerá un cadáver en el Támesis que, se cree, es el de ese joven heredero.


Durante la escritura de ambos libros la vida doméstica de Dickens era sumamente compleja. Separado de su esposa sus hijos comienzan a dejarlo y él vive una relación ilícita con Ellen Ternan.




REPORTAJE Un recorrido visual a través de el entorno y la época del escritor Charles Dickens:
Su ciudad, su tiempo, su mundo Muchos consideran a Dickens el "primer novelista de la ciudad industrializada". Lo cierto es que el escritor hizo de Londres el centro de su ficción y abordó todas sus miserias: las epidemias de cólera y tifus, la pobreza, la prostitución y el trabajo infantil.

Una exhibición del Museo de Londres aborda la intensa relación de Dickens y la capital inglesa, a través de manuscritos, objetos e imágenes, de las que presentamos una selección. Elena Irarrázabal Sánchez "THE OXFORD INN" En el Londres de Dickens sobrevivían, en la zona céntrica, algunas derruidas posadas que recibían a los viajeros y carromatos que llegaban a la gran urbe. En esta imagen de 1875 se observa atrás -y en agudo contraste- la majestuosa cúpula de la catedral Saint Paul, diseñada por Sir Cristopher Wren y que también aparece en las novelas del escritor.

 LA JOVEN ACTRIZ
 Ellen Ternan tenía 18 años cuando conoció a Dickens en 1857. La muchacha actuaba en la producción "The frozen deep" y se supone que tuvo una relación secreta con el escritor hasta el fallecimiento del novelista, en 1870. Charles Dickens fue enterrado en the "Poet's Corner", en la abadía de Westminster.

 EN FAMILIA
 En 1865, Dickens posó con sus hijas Mary y Kate en el jardín de la residencia de Gad's Hill Place. En total, el escritor tuvo 10 hijos con su mujer, Catherine Hogarth, hija de un editor. Mujer de carácter dulce, Catherine debió sufrir el trato poco amable de su esposo, de quien se separó legalmente en 1858, tras 22 años de matrimonio.

 FLORISTAS EN COVENT GARDEN
 Mujeres humildes vendiendo flores en el mercado de Covent Garden, 1877. La miseria que se vivía en Londres alcanzaba grandes dimensiones y era agravada por las enfermedades que asolaban a la población, como disentería, viruela y tifus. Dickens sobrevivió a cuatro epidemias de cólera que azotaron a la ciudad.

 CAMINANDO POR THE STRAND
Las oficinas de las revistas semanales que publicaban a Dickens "Household words" y "All the year round" se situaban muy cerca de The Strand, la vía que aparece en esta pintura. La zona se ve reflejada en varias de sus novelas y es donde Martin Chuzzlewit y Nicklebys encuentran alojamiento.

 HOSPITAL INFANTIL Este tradicional recinto londinense para niños enfermos (Great Ormond Hospital) fue una de las obras sociales que apoyó Dickens. En 1858 la institución atravesó por una aguda crisis y el novelista realizó una lectura pública de "Canción de navidad" para recaudar dinero. El monto recolectado alcanzó para comprar la residencia colindante al recinto, con lo que la capacidad de camas subió de 20 a 75.

HOMBRES SÁNDWICH
Esta obra, de 1825, retrata una imagen propia del Londres del siglo XIX: hombres que circulaban por las calles portando publicidad en sus cuerpos. Dickens acuñó el término "hombres sándwich" para designarlos y los describió como "una pieza de carne humana entre dos lonjas de masa".

 HUÉRFANOS POR DOQUIER
 En las novelas e historias de Dickens aparecen 149 huérfanos, 82 niños sin padre y 87 sin madre, según las cifras del Museo de Londres. Esta escena en The London Tavern plasma un evento para recaudar fondos para los pequeños abandonados. Los participantes votaban por distintos huérfanos: el que ganaba tenía derecho a ser recibido en el "Infant Orpahn Asylum" de Wanstead (Londres).

 LA CIUDAD EN EBULLICIÓN
 La vida de Dickens (1812-1870) coincidió con un enorme crecimiento e industrialización de la capital inglesa, que en el siglo XIX pasó de tener un millón de habitantes a cuatro millones y medio. En la imagen, de 1867, aparece la construcción de una estación de metro en la zona de Paddigton. El ferrocarril subterráneo se convertía en una imprescindible red que unía la urbe bajo la superficie.

 UNA NOVELA EN 88 PARTES
 Como es bien conocido, las novelas de Dickens fueron publicadas en fascículos, que se vendían muy baratos (normalmente sólo un penique), lo que les permitía un acceso popular. "Los papeles de Pickwick" fue inicialmente publicada en 19 partes, entre 1836 y 1837.

 ELABORANDO BETÚN
 La fábrica de betún donde Dickens trabajó desde los doce años (su padre estuvo preso por deudas) se convirtió en la inspiración de "Murdstone and Grinby's" en David Copperfiel, donde se le describe como una casa vieja y demente, sobrepoblada de ratas. "Oliver Twist mantiene absoluta vigencia en el mundo contemporáneo"Óscar Hahn:

Las cinco primeras líneas de "Historia de dos ciudades", que empiezan: "Fue el mejor de los tiempos, fue el peor de los tiempos", y la lista de contradicciones que siguen y que sin embargo coexisten, me las sé casi de memoria, y para mí describen muy agudamente lo que es la vida para todos los seres humanos. Mencionaría también el notable cuento fantástico "El guardavías", siempre presente en mi filosofía poética. Si tuviera que elegir mi favorita, me inclinaría por "Oliver Twist".

La explotación infantil a través de la delincuencia es denunciada descarnadamente en esa novela y tiene absoluta vigencia en el mundo contemporáneo. Por otra parte, su implacable exposición de la marginalidad la convierte en la madre de la novela social del siglo XX. Óscar Hahn, Premio Iberoamericano de Poesía 2011. "Releer de adulta ??Historia de dos ciudades?? fue maravilloso"Pía Barros:

Yo creo que generacionalmente todos leímos a Dickens cuando niños, "Oliver Twist" y otras novelas clásicas de ese tipo. "Historia de dos ciudades", sin embargo, una novela que leí de adulta, es mi obra favorita. Hace poco la volví a leer, estaba en Valparaíso y no había más que libros viejos en la casa. Entonces decidí releerlo. Fue un fin de semana maravilloso, me desprendí de todo lo que había alrededor y recuperé el gusto por la lectura, por la buena lectura que hace tiempo no tenía.
 Yo siempre asocie a Dickens con literatura para niños, me quedé pegada con las novelas que había leído en la infancia y, en realidad, ahora pienso que es un maestro de la escritura y que escribe para adultos. He releído a otros autores que fueron los héroes de mi vida y me he aburrido como bestia.

Leer a Dickens, en cambio, nunca es aburrido y no importa la edad. Siempre es un tipo mágico, que tiene un nivel de descripciones espectacular, que construye grandes personajes, que te traslada dentro de las casas y te mueve por las calles. Pía Barros, escritora, su último libro es El lugar del otro 2011

 Los ilustradores de Dickensa Geroge Cruikshank, John Leech o George Cattermole, son solo algunos de la larga lista de prestigiosos dibujantes ingleses que retrataron con suma precisión las vidas, personas y costumbres narradas por Charles Dickens en sus novelas. Phiz, cuyo verdadero nombre era Hablot Knight Browne, se encargó de ilustrar el trabajo de Dickens, luego de que Robert Seymour, su antecesor, se suicidara tras realizar la quinta entrega de "Los papeles póstumos del Club Pickwick" en 1836.

 A partir de aquel momento, Browne colaboró en la producción de otras diez novelas en las que expuso una serie de ilustraciones que, alejándose de los dibujos grotescos de George Cruikshank -uno de los primeros artistas encargados de dar vida a los personajes del autor inglés- lograban configurar atmósferas mucho más espontáneas, que recreaban, con gran detalle e ingenio, los distintos episodios de los relatos. Phiz y Dickens no tardaron en volverse buenos amigos, llegando a viajar juntos en busca de los escenarios que servirían de inspiración al ilustrador. En 1838, ambos realizaron un viaje a Yorkshire con el objeto de visitar las escuelas que formarían parte del universo habitado por Nicholas Nickleby. Respondiendo a la sensibilidad de los escritos, Phiz se abocó a la tarea de lograr unos dibujos perfectamente detallados, que permitiesen dar cuenta de la enorme capacidad descriptiva del autor.

 Entre algunos de los dibujos más célebres de Browne, se encuentran las personificaciones de Squeers, la señora Gamp, Micawber, Guppy y, especialmente, la figura de David Copperfield. El niño fascinado por Dickens En 1887, diecisiete años después de la muerte de Dickens, Joseph Clayton o "Kyd", como solía firmar sus caricaturas, publicó una serie de ilustraciones basadas en el mundo narrativo del escritor. Si bien, continuó con el particular idioma que ya había establecido George Cruikshank, Clayton destacó, particularmente, por sus ágiles y astutos dibujos realizados a lápiz y acuarela.

 Tras divulgar su obra en la revista "Fleet Street Magazine", Kyd desarrolló dos nuevas colecciones de dibujos publicadas en 1889 y 1892. Kid, retrató a más de cuatrocientos personajes dickensianos: Sam Weller ("Los papeles póstumos del Club de Pickwick"), Mr. Micawber ("David Copperfield"), Mr. Bumble ("Oliver Twist") y Mrs. Gamp ("La vida y aventuras de Martin Chuzzlewitt"), entre otros. Sus caricaturas, la mayoría pintadas con colores vivos y sobre un fondo neutro, trascendieron al formato en el que inicialmente fueron publicadas, convirtiéndose en apreciadas piezas de arte. Inclusive, en las librerías estas imágenes funcionaron como una nueva forma de atraer a los lectores.

 Las ilustraciones realizadas tanto por Phiz como por Kyd, provocaron un cambio significativo en la industria editorial de Inglaterra. La publicación de las llamadas 'novelas por entregas', en las que el texto iba acompañado por dibujos realizados por célebres ilustradores de la época, impusieron una nueva forma de producir textos literarios. Este nuevo estilo provocó el aumento de las ventas de novelas y libros de ficción y se expandió hacia otros géneros, como el humor político y la ilustración científica, con gran éxito para la industria editorial.

 "Su obra puede ser un peligroso sustituto de la religión"Braulio Fernández: Durante muchos años tuve la pagana costumbre de leer "A Christmas Carol" todas las Nochebuena, después de terminados los festejos. Creo que eso lo dice todo. La obra de Dickens puede ser un peligroso sustituto de la religión; aunque sin metafísica, como dijo Graham Greene. Los horizontes de "Historia de dos ciudades", la humanidad de casi todos los personajes de "David Copperfield", la pequeña Nell en "La vieja tienda de antigüedades", el Club Pickwick completo, Tiny Tim y Scrooge, y el maldito realismo de Grandgrind en "Tiempos difíciles", profético tal vez...

Creo, además, que en la obra de Dickens hay toda una antropología del mundo judicial, y el escritor inglés es quien más y mejor ha representado la perversidad humana en sus personajes malignos y criminales. Creo que por estructura, naturaleza del conflicto dramático, desarrollo del mismo, construcción de personajes y estilo, "Grandes esperanzas" es tal vez su obra maestra. Una novela desconcertante, asombrosamente sutil y transgresora de cualquier esquema mental del lector. Braulio Fernández, director del Instituto de Literatura Universidad de los Andes.
 UNA NOVELA EN 88 PARTES
Foto:MUSEO DE LONDRES
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