www.emol.com Fecha: 26 de febrero de 2012 |
EQUIPO VIDA SOCIAL
La elección de la Reina del Festival se ha posicionado como un concurso que no pasa desapercibido y no ha estado exento de polémicas o incidentes entre las concursantes. Si bien algunos critican el poco prestigio y glamour del certamen, no siempre fue así.
En la década del 50, para ser reina se exigía mucho más que belleza física: debía ser aceptada por un estricto jurado, tener entre 17 y 25 años, ser soltera y, lo más importante "tener cualidades morales que estuvieran a la altura del honor que se le iba a otorgar", según informan las publicaciones de esos años.
Los eventos en torno a la elección de las reinas de Santiago, regiones y luego la gran final en Viña, reunían a lo más granado de la sociedad, y los premios eran decididamente excepcionales para la época: autos Chevrolet último modelo, viajes junto a sus madres a Río de Janeiro, Montevideo y Europa, una tenida Christian Dior o alojarse en el "suntuoso Hotel O'Higgins, el mejor establecimiento hotelero de la Costa Pacífico".
La distinción era recibida como un verdadero honor y con una gran responsabilidad de demostrar a las próximas elegidas la gran importancia de llevar este título.
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1954. "La votación de Reina en 1954 favoreció a Cecilia
Verdugo (en la foto), una de las más lindas candidatas" escribe la Revista Zig Zag.
Semanas más tarde, seguían haciendo noticias cuando vestidas de
"huasitas" visitaron a los pasajeros del transatlántico
"Kungsholm". La recién coronada, Cecilia Verdugo, fue la protagonista,
robándose todas las miradas y elogios de los presentes.
Carmen del Campo, candidata ese año, era catalogada por la prensa como "encantadora y dueña de una sonrisa cautivante".
Lucy Budge, candidata en 1956.
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