Reúne imágenes de teatros, iglesias, cementerios, casonas y restaurantes de la comuna.
por Carlos Reyes Barría
Es popular entre los santiaguinos la historia del Puente Cal y Canto, que fue construido en base a piedra blanca, cal y clara de huevo. Pero pocos conocen las ocultas intenciones de quien lo mandó a construir. En 1782, el corregidor Zañartu convenció al Cabildo del proyecto sólo para conectar sus propiedades en La Chimba con el centro de la capital.
Historias como éstas aparecen reunidas en el libro Recoleta: la semilla de Chile… Aquí comienza todo, publicado por el diseñador Jorge Soto Veragua con el apoyo del municipio de Recoleta.
Oriundo de la comuna, se dedicó todos los sábados y domingos por la mañana, durante siete meses , a tomar dos mil fotografías de la zona.
Recoleta, pese a haber sido fundada recién en 1991, alberga historias previas a la fundación de la capital, como el hecho de que las huestes de Pedro de Valdivia se asentaron allí antes de llegar al sector donde luego fundarían Santiago.
Jorge Soto ha publicado más de 15 libros. Su última entrega tiene cerca de 300 páginas y sus primeras cien cuentan la historia de Recoleta y sus lugares emblemáticos, a través de imágenes y reseñas; el resto, es una colección de fachadas de la comuna, con sus pórticos, escudos heráldicos y querubines incrustados, que conviven con las nuevas edificaciones de altura.
"La comuna tiene mucho de rococó, de mamposterías, gárgolas y vitrales, además de casonas que aún mantienen su estilo colonial, como la Quinta El Tilo, en calle Guanaco", dice Soto.
También hay imágenes de los barrios más populares de Recoleta, como Loreto, que no recibió su nombre por la iglesia ubicada allí, sino como premio a doña Loreto Iñíguez de Ovalle, quien ganó un concurso de belleza en 1872.
Según Soto, el objetivo de este proyecto es "guardar para las futuras generaciones la memoria de esos verdaderos monumentos arquitectónicos, que más temprano que tarde se irán".
Postales desconocidas
La comida, la espiritualidad y la muerte son recurrentes en la arquitectura de Recoleta. Si de comer se trata, un sitio emblemático es la fuente de soda "El Quitapenas", junto al Cementerio General, lugar que vio nacer a Colo Colo. También aparecen picadas tradicionales, como Don Gaviota y el Venezia, del barrio Bellavista, con 70 años de historia y que tiene una mesa que honra a Pablo Neruda.
Junto con los lugares gastronómicos, hay otros menos conocidos: son las iglesias extranjeras de esta Recoleta caracterizada por la presencia de las comunidades china, coreana y árabe cristiana. Entre los templos más importantes están la Iglesia Presbiteriana de Corea -con textos sagrados y misas en la lengua asiática- y dos iglesias ortodoxas, la de San Jorge y la de San Nicolás, visitadas, en gran parte, por la comunidad palestina, que también ha marcado su presencia con arquitectura y restaurantes en Patronato.
Además, la comuna cuenta con tres cementerios: uno laico, otro judío y un tercero católico. De este último, el libro cuenta que los arcos que reciben a los deudos en la entrada fueron originalmente caballerizas del Regimiento Séptimo de Línea Esmeralda, división que participó en la Guerra del Pacífico.
Otro de los casos desconocidos que rescata el texto se da dentro de un hospital psiquiátrico. El Teatro Grez del Manicomio Nacional fue inaugurado en 1897 y está emplazado al interior del actual instituto de salud mental Dr. José Horwitz Barak. Aún sigue en funcionamiento.
Según Jorge Soto, "esta es la historia de los primeros caserones, iglesias, teatros, de los que se atrevieron a construir 'al otro lado del río', de los que se atrevieron a ser los primeros en 'convivir' junto a los conventillos y a los 'patipelaos' de las chacras que se aglutinaban al norte de la capital".
Dentro de los futuros proyectos del diseñador están un libro sobre el Museo a Cielo Abierto de San Miguel, que se publicará en marzo.
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