jueves 26 de abril de 2012
Esta semana se inició el período de marcha blanca:
El complejo comercial se emplaza en el edificio que perteneció a "El Mercurio".
NELLY YÁÑEZ N.
Los gruesos murallones de ladrillo a la vista, las puertas de roble macizo y las cápsulas con información histórica han concentrado la atención del público durante la marcha blanca de Espacio M, un complejo conformado por un centro comercial de inspiración europea y una torre de ocho pisos con 9 mil metros cuadrados destinados a oficinas, instalado en el histórico edificio de las familias Larraín-Zañartu y Edwards, que albergó a "El Mercurio" entre 1901 y 1984, y que abrirá sus puertas el miércoles 2 de mayo.
De los 52 locales, el 40% está en funciones, entre ellos, cafeterías, librerías y tiendas de ropa de vestir y deportiva. Todavía no hay acceso al segundo nivel ni tampoco al patio de comidas del tercer piso.
"Este proyecto fue concebido como un amortiguador entre el tráfico y la temperatura exterior y un espacio interior más calmo, concepto que está plenamente logrado", dice el arquitecto del proyecto, Álvaro Martínez
La iniciativa está integrada a la recuperación del casco histórico de Santiago, que incluye remodelaciones al Palacio de los Tribunales, el Club Fernández Concha, el Palacio Matte, el Palacio de La Alhambra y el Museo de Arte Precolombino.
Para la historiadora Marcela Bañados, uno de los atractivos de este edificio neoclásico, es que "en sus muros está registrado el paso del tiempo, de la historia: están las molduras del palacio Larraín-Zañartu, las vigas y machones instaladas tras el terremoto de 1985 y las puertas mercuriales, por donde ingresaban las bobinas de papel y salían convertidas en diarios, todos elementos que conectan al visitante con su pasado y presente".
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LA TERCERA EDICION IMPRESA |
jueves 26 de abril de 2012
Abre Espacio M, el mall que recupera la fachada de un edificio de 1892
El 16 de abril pasado inició su marcha blanca y el próximo 2 de mayo se inaugurará oficialmente.
por Evelyn Briceño
Mirando hacia el poniente, desde la esquina de Compañía con Bandera se observa un paisaje típico de principios del siglo XX: a la izquierda, el Palacio de Tribunales; a la derecha, el ex Congreso Nacional, y al fondo, de reluciente blanco, el Palacio Larraín Zañartu, hoy convertido en un mall.
En la esquina de Compañía con Morandé, este nuevo espacio comercial, que conservó la fachada neoclásica de 1892, empezó su marcha blanca el 16 de abril y será inaugurado el 2 de mayo, para después -en junio o julio- dar paso a una ceremonia de apertura oficial.
Después de décadas de abandono, la compañía de inversiones Banmerchant compró el edificio y decidió convertirlo en el actual Espacio M, el primer slow mall de Santiago.
La idea que subyace a este recinto es que los compradores circulen pausadamente por sus tres pisos, que en total albergarán 50 tiendas.
El inmueble original, proyectado por el arquitecto francés Lucien Henault, fue construido para la familia Larraín Zañartu hace 120 años, y luego de que fuera declarado Inmueble de Conservación Histórica, cualquier obra que ahí se levantara quedó sujeta a respetar la fachada.
El centro comercial, que sigue el ejemplo de tiendas por departamento como la francesa Galeries Lafayette y la inglesa Harrods, ya habilitó su primer piso. Ahí funcionan actualmente 15 locales, entre ellos, el Starbucks, la chocolatería L’Atelier y Adidas. Los otros dos pisos se abrirán el próximo 2 de mayo. Mientras en el segundo habrá más tiendas, el tercero contará con 14 alternativas de comida al paso. En el subterráneo, en tanto, empezará a funcionar el supermercado Unimarc, debajo del cual habrá cerca de 320 estacionamientos.
Paseando por la galería del mall que es paralela a la calle Compañía y también a Morandé, se puede observar la antigua albañilería de ladrillo. Por ahí, y para conservar la memoria del edificio, se instalaron módulos retroiluminados, que contienen la información de la historia de este edificio, de la esquina donde se ubica, de Santiago y del comercio en la capital.
Para el arquitecto Gonzalo Martínez, responsable del proyecto, ese último es uno de los elementos que más le gusta del diseño final: “Esto le da otra categoría al espacio, muy visitado durante estos días por escolares y turistas que aprecian este lugar histórico”, dice.
Marcela Bañados, historiadora a cargo de estas cédulas de información -su nombre técnico-, cuenta que surgieron como requisito del Consejo de Monumentos para aprobar el proyecto. “La idea es poner en valor este inmueble de conservación histórica”, explica.
Música docta en vivo
“Aquí puedes disfrutar del tiempo y no correr contra él”, se lee en una de las entradas a este lugar. Algunos respetan ese ritmo; otros, no. Como Sandra Rivera, que entra rápido a comprar un par de medias, “porque las que llevo puestas se me rompieron recién y tengo una audiencia (en Tribunales) en 20 minutos más”.
Oscar Sepúlveda, en cambio, disfruta con relajo un café a media mañana junto a sus colegas. “Venimos de una reunión y ahora tenemos tiempo para afinar los próximos pasos de nuestro negocio”, cuenta.
Pero hay elementos que ratifican el concepto pausado del mall: al aire acondicionado se le incorporan aromas de esencias relajantes, la iluminación interior es tenue y la música ambiental es chillout.
Además, se afinan detalles de un convenio con la Escuela de Música de la Universidad de Chile -al lado del edificio- para que sus alumnos toquen el piano de cola que se ubica en el primer piso.
Gonzalo Martínez también destaca la iluminación nocturna de la fachada de Espacio M, “que con tecnología Led y otra tradicional resalta el inmueble con mucho dramatismo”.
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