Hace varios años despertó en el país el deseo por preservar
el pasado de las ciudades y conocer su historia. Una iniciativa en tal sentido
es, por ejemplo, la de la agrupación “Cultura Mapocho”, formada por un grupo de
profesionales, principalmente historiadores, que realizan mensualmente
recorridos patrimoniales por diversos barrios de Santiago. Este mes los
acompañamos en el recorrido al Barrio Brasil. Participó en el tour una pequeña
multitud: más de 400 personas, entre chilenos y extranjeros, que deseaban
conocer más de la historia de la metrópoli.
Barrio Brasil
Su centro es la plaza ubicada entre las actuales calles
Compañía, Huérfanos, Maturana y la avenida Brasil. Se trata una tardía extensión
del primer barrio, el Yungay, en lo que fueran las antiguas chacras de García
Cáceres, límite poniente de la Santiago colonial, excedido así por el loteo de
la antigua propiedad rural que a mediados del siglo XIX ya pertenecía a la
familia Portales.
Plaza Brasil
La plaza y avenida que dan nombre al barrio surgen a principios
del siglo XX luego de que se canaliza y entuba el viejo “Cequión Grande” o Canal
de Negrete, límite físico del Santiago Colonial. Esta acción y el aumento de la
conectividad del Barrio Yungay con la sección central de la ciudad, la apertura
de la avenida Brasil y el equipamiento urbano incitan a sectores acomodados a
desplazarse hacia esa avenida, calle Cienfuegos, Almirante Barroso, Moneda,
Agustinas y Huérfanos.
A partir de 1906 la Plaza Brasil, levantada sobre terrenos
adquiridos por la Municipalidad a particulares y a las religiosas de la Preciosa
Sangre, se convierte en un “paseo elegante” y al barrio llegan la luz eléctrica,
el alumbrado público y el alcantarillado, integrándose de lleno a la trama
urbana durante la primera década del siglo XX.
Iglesia y Convento de la Preciosa Sangre (Eusebio Chelli, Ignacio Cremonesi, 1875-1905). Compañía nº 2226
Ubicado al costado norponiente de la plaza Brasil,
antiguamente era el lugar donde las religiosas acogían a las madres solteras y a
las mujeres con enfermedades mentales. Su lejanía del centro de la ciudad le
daba la privacidad requerida para esta labor.
En él se encuentra un valioso órgano de tubos construido por
Aristide Cavaillé-Coll entre los años 1889 y 1898 en París, Francia.
Conjunto de Viviendas Colectivas, Ricardo Cumming nº 463
Las viviendas comunitarias o “cités” fueron un espacio
utilizado por las clases medias bajas y bajas que buscan la comodidad de vivir a
bajo costo pero más cerca del centro de la capital.
Así surgió esta tradición urbana, principalmente en comunas
cercanas al centro, como Independencia y Recoleta.
Existen distintos tipos de viviendas colectivas que tienen su
inicio en el siglo XIX. Esta conjunto que vemos aquí, nació como un tipo de
viviendas para clases medias y medias altas. De hecho los cuatro accesos que
tiene, independientes, marcan esa categoría, además los materiales son de mejor
calidad de lo que se acostumbraba en el siglo XIX.
Por su parte, el cité es una estrategia de densificación urbana, para ocupar
los antiguos patios de las casonas. El cité se caracteriza por tener sólo una
entrada y a diferencia del conventillo, tiene los servicios básicos en cada casa
que lo compone. El conventillo tiene una asequia central y un servicio higiénico
que es único y comunitario, lo que generaba una serie de problemas a sus
habitantes.
En 1906 y en 1925 tenemos en Chile leyes pioneras a nivel
latinoamericano en cuanto a la regulación de este fenómeno de vivienda
colectiva. En 1906 se regula la cantidad de gente por conventillo y el precio
máximo que se podía cobrar a los arrendatarios. Dado que estos habitantes a
menudo no podían invertir su dinero en la manutención del inmueble, se
introducen regulaciones. Así, a los conventillos que eran catalogados como
insalubres por la autoridad se les reducía un 50% el arriendo. El año 1925 se
dispone una ley según la cual el arrendador no puede vender la casa arrendada
sin avisar antes al arrendatario. Así se buscaba paliar la situación de gente
que había emigrado a las ciudades en busca de un desarrollo económico, después
de haber sido afectados por la crisis del salitre y las consecuencias de la
guerra.
Desde el año 2000 tanto el Estado como instituciones privadas
han iniciado restauraciones de los cités, debido a la rica vida comunitaria que
se da en ellos. Muchas veces existe un patio interior donde las familias
comparten y celeban festividades en común, lo que hace de estas construcciones
tanto un patrimonio arquitectónico como un patrimonio vivo.
Parroquia San Antonio de Padua (Eusebio Chelli, 1853-1861). Catedral nº 2345
Don Manuel Bulnes, político y hombre de armas, vencedor de la
batalla de Yungay (1839), presidió los destinos del país durante dos quinquenios
seguidos (1841 a 1851). Estuvo muy vinculado al barrio Yungay, que tomó el
nombre de la histórica victoria militar, y muchas de sus calles aluden a nombres
de héroes de esa batalla.
Por la misma época muchas órdenes religiosas experimentaron
una disminución en el número de evangelizadores, sobre todo en la zona Sur de
Chile. El gobierno, preocupado por la situación, envía un emisario a Italia y en
1848 doce padres capuchinos llegan a la ciudad de Santiago, donde fueron
alojados en distintas dependencias religiosas y en casas particulares; una de
éstas se ubicaba en el mismo sector donde ahora se levanta la Iglesia, y
pertenecía a una de las hermanas de Diego Portales. Luego de la llegada de estos
primeros doce capuchinos, otros religiosos de la misma orden arribaron a Chile y
se dirigieron al sur para cumplir el propósito original, en tanto otros
permanecieron en la capital para organizarse. El terreno de calle Catedral fue
una de las primeras donaciones recibidas por la nueva comunidad.
A partir de ahí comenzarán un trabajo en el barrio que pronto
les dará reconocimiento, acercando a mucha gente a la Iglesia. Posteriormente
construirán un convento. Le piden al arquitecto italiano Eusebio Chelli (el
mismo que añós después construirá la iglesia de la Preciosa Sangre y el palacio
Errázuriz, actual embajada de Brasil), que diseñe un templo para ellos, el cual
será inaugurado hacia 1861. Hoy los frailes capuchinos son muy conocidos por su
devoción al Padre Pío y por tener en sus conventos e iglesias algunas obras
artísticas bastante notables.
Casa del Maestro (Alberto Cruz Montt, 1919). Catedral nº 295
Conocida como la casa del maestro o la casa del Colegio de
profesores. Esta imponente construcción fue realizada en 1919 por el arquitecto
Alberto Cruz Montt para la pudiente familia de Federico Wittman, que poseía
activos en Valparaíso. Su mobiliario fue traído desde el extranjero; además
contaban con sistema de refrigeración y calefacción central, algo que muy pocos
poseían en aquella época. Posteriormente, una serie de acontecimientos luctuosos
empuja a los Wittman a un período de decadencia. Primero la muerte se lleva a
uno de sus tres hijos, que ya era bachiller y se preparaba para un viaje de
estudios a Europa. Su madre, María Luisa Hoffman, cae en una profunda depresión,
hace construir una capilla en el sector lateral. Luego otra desgracia la golpea
al morir su esposo, y la viuda se queda viviendo en la casa hasta 1958. Aquel
año la Corporacion de profesores de Chile le compra la mansión en cuotas, pero
no tiene el dinero para terminar de pagarla, por lo que piden ayuda al gobierno
de Carlos Ibáñez y las cuotas que faltan son saldadas. Es así como el edificio
es usado como hospedaje de los profesores de provincia que vienen a Santiago,
además de funcionar como hotel para cualquier tipo de público.
Uno de los capítulos que le ha dado fama a este lugar es el de
«La Moneda Chica». Ocurrió cuando Allende, al ser electo por el 36% de los votos
y no por una mayoría de la población, debe pasar en esta casa dos meses
sesionando con su primer gabinete, esperando que el Congreso apruebe su
votación.
Antigua Fábrica Caffarena. Cueto nº 374
Este barrio tiene una composición social muy variada, uno de
sus componentes es el sector industrial el que se ubica principalmente en la
parte norte del barrio Yungay. Esta es la primera fábrica de Caffarena,
instalada aquí en 1922, cuando no era extraño tener una fábrica junto a un
barrio residencial como éste.
Esta fábrica fue instalada por Giovanni Caffarena Morice, un
inmigrante italiano que vino a América en busca de oportunidades. Desembarca en
Iquique hacia 1888 e instala una fábrica que luego se incendia, ocasionándole
una gran deuda que lo lleva incluso a la cárcel. Al salir, viaja con su esposa a
los Estados Unidos para aprender la tecnología del teñido y tejido de la seda y
el funcionamiento de las máquinas de tejer. En 1920 vuelven al país para
instalarse primero en la calle San Pablo y dos años después en este edificio
definitivo. No tenía entonces la extensión actual ahora sino que sólo abarcaba
la esquina, y posteriormente se fue ampliando. Giovanni Caffarena tuvo 7 hijos
que junto con sus familias vivían en la fábrica, en el segundo piso de la casa.
Las primeras medias hechas en Chile se vendieron en esta esquina.
Caffarena es parte de una gran cantidad de inmigrantes
europeos que llegaron a Chile producto de un incentivo a la inmigración
realizada por el gobierno de la época. La empresa comenzó con 20 operarios, en
un lugar que era considerado «lejano a Santiago» por lo pequeña que era la
ciudad en aquel tiempo, y en la década de los 70’ ya superaban los 500. En los
80’ la empresa se va a Melipilla. Esta fábrica es Patrimonio Industrial.
Teatro Novedades. Cueto Nº 257
Todo barrio debe contar con espacios de sociabilidad y de
esparcimiento. El centenario Teatro Novedades responde a este fin. El magnífico
edificio neoclásico, que data de 1935, reemplazó un teatro anterior que fue
destruido por un incendio. Primeramente el teatro perteneció al Círculo Español,
y se realizaban en él las manifestaciones artísticas de la época. Aquí se
proyectaron películas que tuvieron mucha asistencia juvenil, principalmente
estudiantes; aquí se podían ver de tres a cinco películas en la tarde. En 1975
el edificio sufre un siniestro y es cerrado, siendo usado como bodega por los
colegios cercanos. En el año 1997 la edificación es rescatada después de tres
décadas de abandono.
El Parque Portales
Tiene una distribución bastante particular, no es cuadrada
como habitualmente son las plazas sino rectangular. Fue uno de los escenarios de
carreras a la chilena en Santiago. Las tradicionales, en donde se hacían
apuestas y asistía gente muy animada, se vieron afectadas por la edificación del
Club Hípico, luego el Hipódromo Chile y otros hipódromos en distintas ciudades.
Eso hizo que las carreras a la chilena, donde dos caballos corrían en línea
recta, dieran paso a la forma de competir llegada del extranjero.
Las carreras a la chilena eran un pasatiempo popular. Es así
que se lee en las reglamentaciones del gobernador para el Arzobispado de
Santiago que en las carreras a la chilena estaban prohibidas las ramadas con la
venta de alcohol, además de la prohibición de pernoctar en el lugar una vez
concluida y el monto no podía de las apuestas no podía exceder cierto límite.
Las rayas de la pista debían ser tres. Estas medidas eran un medio para evitar
que estos juegos se transformaran en un ambiente que incitara la flojera.
Edificio Primera Compañía de Gas de Santiago. Erasmo Escala nº 2528-2612
El alumbrado público de Santiago se inaugura en 1857 y se
instala junto con la apertura del Teatro Municipal. Los encargados de faenas
fueron los empresarios José Tomás Urmeneta y Maximiano Errázurriz. El primero
también estuvo a cargo del alumbrado público, y en 1855 se crea la compañía de
gas.
El gas para la iluminación corría por cañerías que alimentaban
a cada farol, constituyendo un verdadero sistema de alumbrado público.
Posteriormente la electricidad entrará a competir en eficiencia en el alumbrado
público. Esta era una subestación de distribución, en el siglo XX la empresa que
se ubica en San Borja funcionará como la principal estación de distribución,
puesto que no era rentable que la empresa se obstinara en hacer esta fábrica en
un sector residencial en el cual no se podía ya seguir creciendo.
Barrio Concha y Toro
El Barrio Concha y Toro, un micro barrio inscrito en el Barrio
Brasil, surge luego de la demolición, entre 1922-1933, del que fuera palacio
Diaz Gana y que, más tarde, como Palacio Concha Cazotte, se transformó durante
décadas en uno de los focos de la vida social más brillante de Santiago. El
nuevo barrio toma el nombre del último propietario del gran inmueble
aristocrático, don Enrique Concha y Toro. Elegante, con sugestivas plazoletas y
rincones, calles estrechas, cortas y curvas, recordando vagamente el trazado de
las viejas ciudades medievales, rompe con el esquema tradicional geométrico y
simple de tablero de ajedrez que habían implantado los españoles en la ciudad de
Santiago. En realidad, la inspiración vino del antiguo barrio de una ciudad
europea que había encantando a la viuda de don Enrique, quien ordenó el loteo de
la quinta y promovió su urbanización según aquel modelo.
El barrio Concha y Toro fue declarado Monumento Histórico
Nacional y Zona típica el 19 de mayo de 1989,
Cultura Mapocho
Es una iniciativa nacida en 2003 que busca promover la historia y la cultura de la ciudad de Santiago, desarrollando una labor pedagógica y comunicacional que apunta a poner en valor nuestro patrimonio cultural.
Compuesta por profesionales de diversa índole, su principal actividad es la realización del programa «Recorridos Patrimoniales por Santiago».
www.culturamapocho.cl
Es una iniciativa nacida en 2003 que busca promover la historia y la cultura de la ciudad de Santiago, desarrollando una labor pedagógica y comunicacional que apunta a poner en valor nuestro patrimonio cultural.
Compuesta por profesionales de diversa índole, su principal actividad es la realización del programa «Recorridos Patrimoniales por Santiago».
www.culturamapocho.cl
Bibliografía: “Crónicas del Barrio Yungay” de Fidel
Araneda
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