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domingo 15 de abril de 2012
La convocatoria 2012 está abierta:
Mantienen tradiciones que recuerdan que éste no es un país homogéneo. Por eso, 14 personas o comunidades han sido distinguidas con esta categoría desde 2009. El Consejo de la Cultura ahora edita un libro en gran formato con sus historias. Aquí, algunas de éstas.
Constanza Rojas Valdés
Encarnan un Chile que no suele estar en las pantallas de televisión ni en las publicidades. Un Chile que para muchos es desconocido. Estas personas y comunidades son parte de la identidad nacional, y demuestran que el país no es un territorio uniforme.
Se trata de un patrimonio inmaterial que "se ha manifestado históricamente a través de un capital humano portador de costumbres, expresiones y conocimientos ancestrales que, sin los debidos cuidados, peligra con extinguirse", dice el ministro Luciano Cruz-Coke en la introducción del libro "Tesoros Humanos Vivos", publicado por el Consejo Nacional de la Cultura.
El libro recoge las 14 personas o comunidades que han sido reconocidas por este programa de la Unesco, adoptado por Chile en 2009. Cruz-Coke explica: "Esta publicación permite atesorar un registro sólido y contundente respecto de la diversidad cultural de nuestro país, entregando a los portadores de nuestro patrimonio inmaterial la relevancia que merecen. (...) Actualmente, la ciudadanía busca su identidad en las propias raíces de su familia, barrio, pueblo o región, y Tesoros Humanos
Vivos es nuestro aporte a este imprescindible proceso de comprendernos como país como un mosaico de culturas diversas e igualmente válidas".
De gran formato, con textos documentados e imágenes, el libro se distribuirá en las bibliotecas públicas, en el Centro de Documentación del CNCA, y se venderá en las principales librerías del país a $9.990.
Chilenos y, a la vez, africanos "Creerme negro, saberme negro y quererme negro". Con este lema es que jóvenes de Arica de ascendencia africana están conociendo sus raíces. Porque sus ancestros trabajaron con vigor el Valle de Azapa, no son pocos quienes hoy están empeñados en no perder su identidad: en la región de Arica y Parinacota se han formado cuatro organizaciones con este fin, y una de ellas, el Club del Adulto Mayor Afrodescendiente Julia Corvacho Ugarte, es un Tesoro Humano Vivo. Su nombre se debe a una de las matriarcas más conocidas de la zona, quien murió a los 115 años en 1992.
Dos pueblos que sobreviven Hay que navegar un día entero desde Puerto Natales para llegar a Puerto Edén, el único lugar poblado de la Isla Wellington, en la región de Magallanes. Ahí viven 25 personas del pueblo originario kawésqar, actualmente en extinción. Los "nómadas del mar", como les denominó el investigador Joseph Emperaire por su costumbre de navegar para buscar su alimento.
En el otro extremo, en la región de Atacama, se encuentra la última comunidad transhumante en Chile: los colla, pueblo indígena, pastor, fiel a la Pachamama, y cuya Comunidad Colla del Río Jorquera y sus afluentes es un Tesoro Humano Vivo.
Los colla se desplazan por las diferentes alturas según la época del año, siempre junto a sus animales. Distinguen dos etapas, las "veranadas" y las "invernadas", con la intención de ubicar a los animales donde tengan más alimento y abrigo. Porque para este pueblo, el ganado simboliza prosperidad y abundancia. Pero, sobre todo, es sagrado.
El sonido Rapanuí No sólo ha registrado canciones esenciales de la cultura rapanuí, sino que también las pone en vigencia con sus interpretaciones, y actualiza la tradición con nuevas composiciones. Federico Pate Tuki desde pequeño quiso dedicarse al riu y al ute , la música de "la gente antigua". La primera alegre y festiva; la segunda, melancólica.
Lleva siempre consigo una grabadora para dejar registros sonoros, traduce canciones del rapanuí antiguo al actual y su hija Ana lo ayuda a adaptar sus composiciones al español, porque él nunca lo aprendió. Y cada año, en la fiesta tradicional Tapati Rapa Nui, se lo puede ver sobre el escenario, dando vida a estos registros con su propia voz.
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