domingo 11 de marzo de 2012
Nueva publicación Recorrido por esta tierra de montañas:
Fundada en el siglo XVIII por Ambrosio O'Higgins, la Villa San José de Maipo se convirtió en centro de la actividad minera y agrícola de esta zona cercana a Santiago. Un nuevo libro fija las huellas de su naturaleza, historia e identidad.
Maureen Lennon Zaninovic
"Con este libro intentamos rescatar la historia del Cajón del Maipo de una manera amena e informada, pensando en todo tipo de público. Queremos encantar a los chilenos con su cordillera. Que los lectores se empapen de esta historia múltiple, diversa y distinta, que va desde el período indígena, pasando por la colonia, el auge de la minería y la traída del ganado de Argentina hacia Chile, que fue muy importante para la alimentación de los santiaguinos hasta fines del siglo XIX".
Son palabras del arqueólogo Ángel Cabeza, ex secretario ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales y autor -junto al arquitecto Humberto Espinosa y el periodista Andrés Gutiérrez- del volumen "El patrimonio del Cajón del Maipo: huellas de naturaleza, historia e identidad", que se acaba de lanzar con el apoyo del Fondart.
La investigación -de casi 200 páginas- presenta una completa panorámica de esta rica tierra de valles, ríos y montañas, con sus principales hitos, personajes característicos y costumbres. Se enriquece, además, con fotografías recientes e históricas del pueblo de San José y sus alrededores. Entre otros episodios, las imágenes recogen la expedición del intendente Benjamín Vicuña Mackenna a Laguna Negra y al valle del río Yeso en 1873 -que culminó en un libro que hoy está considerado como uno de los documentos más completos de la época sobre el Cajón del Maipo-, los primeros refugios de montaña, ascensiones y competencias en las canchas del centro de esquí Lagunillas, el terremoto de Las Melosas, en 1958, y el peor accidente de la aviación chilena, ocurrido en 1965 en la quebrada Lo Valdés y que provocó la muerte de 88 personas.
Con respecto al primer episodio, Cabeza comenta que la foto más antigua del Cajón del Maipo que incluyeron en este volumen fue un viaje que hizo, en 1873, "ese loco y genial estadista Benjamín Vicuña Mackenna. Él fue el artífice de una travesía en un bote por Laguna Negra, para explorar las riberas y establecer la profundidad de las aguas".
Para el arqueólogo, ese es uno de los hitos fundamentales de la historia del Cajón del Maipo, y si bien no tuvo los resultados esperados, finalmente arrojaría una tremenda significación para el país. "El drama que tenía Santiago en el siglo XIX era la escasez de agua, y lo que movilizó a Vicuña Mackenna -y en esta tarea sumó a un importante grupo de marinos e ingenieros- fue estudiar la factibilidad de recurrir a las aguas de las lagunas Negra y Lo Encañado para aumentar el riego de las tierras agrícolas de la capital. Su principal preocupación fue agua para tomar y regar. El estudio final demostró que no era posible hacer esa gestión en esa época, pero el estadista sentó las bases para que después se construyera el embalse El Yeso, que hoy alimenta a todo Santiago. Vicuña Mackenna, en ese sentido, fue visionario en el tema de cómo capturar aguas desde la cordillera".
El volumen también repasa la prehistoria de la zona, con los primeros grupos de cazadores y recolectores, resaltando en especial la llegada de los incas al Cajón del Maipo, en la segunda mitad del siglo XV. Y se reseña la fundación realizada en 1792 por el gobernador Ambrosio O'Higgins, bajo el nombre de Villa de San José de Maipo o Villa Alta. De hecho, la zona nació como un asentamiento para los trabajadores de las minas de plata, que hasta el momento vivían dispersos en variadas localidades.
Muerte en los diques
La minería, primero la vinculada a la plata y luego la de cobre y yeso, es otro de los hitos históricos que se desarrollan con profundidad en el libro; un quehacer marcado por la abundancia económica, riesgo y episodios trágicos.
Los autores consignan que en el siglo XIX uno de los principales obstáculos para este tipo de explotación fue la presencia de nieve durante casi todo el año. En 1823, el viajero inglés Francis Bond Head testimonió que en el invierno los mineros pernoctaban al interior de las minas, acostados sobre cueros de oveja y consumidos por el frío. Y pasó lo inevitable. Se terminaron clavando varias cruces, como evidencia de su muerte solitaria en los diques.
A juicio de Ángel Cabeza, la minería -tanto de plata como de cobre- declina en el siglo XX, "simplemente por su agotamiento. A ello se sumó que la explotación de cobre no ofrecía las mismas facilidades y cantidades que sí se podían encontrar en otros yacimientos como Los Bronces (en el río Mapocho) o El Teniente. En todo caso, mientras esta actividad duró, trajo un gran florecimiento económico. Por ejemplo, durante todo el siglo XIX hasta 1960, gracias a la explotación de cobre en El Volcán, esta localidad llegó a tener entre dos mil y tres mil personas. ¡Es una cifra impresionante¡ Allí se instalaron cines, colegios y cantinas".
La minería vinculada al yeso, a juicio del ex secretario ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales, sí se ha mantenido como una actividad tremendamente productiva y que sigue beneficiando a todo el país.
El tercer hito del período republicano-colonial del Cajón del Maipo -desde el siglo XVIII hasta fines del XIX- fue la ganadería. "Es la actividad que generó mayor impacto desde el punto de vista económico y poblacional, a través del tránsito desde Argentina hasta nuestro país. No tengo las cifras exactas, pero la cantidad de ganado que cruzó para llegar a los mataderos chilenos era impresionante. Por eso se instaló una aduana en el sector de El Manzano. Hasta 1880, el empuje de la provincia de Mendoza (Argentina) estaba asociada a la venta de ganado a Chile", aclara el arqueólogo.
Hubo factores que ocasionaron la decadencia de este comercio: "A fines del siglo XIX, en Mendoza empieza el desarrollo de los viñedos, además se instala el ferrocarril y, al mismo tiempo, Chile corta la llegada de ganado desde Argentina, aplicándole a esta transacción mayores tasas e impuestos. Por eso, hacia el siglo XX, esta actividad pierde muchísima importancia", puntualiza Ángel Cabeza.
Una tierra llena de desafíos patrimoniales
El Cajón del Maipo cuenta con una zona típica (el pueblo San José de Maipo) y siete monumentos históricos declarados, entre los que resaltan la iglesia parroquial, construida hacia 1800 con muros de adobe y varas de eucalipto a la vista, siguiendo el estilo colonial que imperaba en la época; el ex sanatorio Laennec de líneas neoclásicas y bautizado en homenaje al médico francés que inició las punciones al pulmón; la casa de salud de mujeres Carolina Doursther de Tocornal en la parte alta del pueblo, la antigua aduana y la capilla del ex fundo El Manzano. A ellos se suman diversas áreas protegidas, como el monumento natural El Morado y santuarios de la naturaleza como el predio
Cascada de las Ánimas.
Todos estos espacios, además de las características casas de color rojo o blanco con fachadas continuas, el mítico ferrocarril militar, sus leyendas y festividades, van dando consistencia al libro "El patrimonio del Cajón del Maipo: huellas de naturaleza, historia e identidad".
"Esperamos que este trabajo motive a personas, tanto del ámbito público como privado, a emprender efectivamente acciones concretas para rescatar, poner en valor y conservar bienes inmuebles en estado de deterioro en la comuna", comenta el periodista Andrés Gutiérrez.
El arquitecto Humberto Espinosa agrega que durante el trabajo de investigación, y como una forma de generar conciencia sobre la importancia de valorar y conservar el patrimonio cultural de la zona, "ofrecimos talleres a estudiantes de educación básica y media de ocho establecimientos municipalizados de la comuna. Fue una experiencia muy gratificante y que esperamos deje muy buenos frutos".
¿Cuáles son los desafíos que hoy presenta el Cajón del Maipo?
Para el arqueólogo Ángel Cabeza, es clave la educación y protección del patrimonio arqueológico. "Tenemos que evitar que las construcciones de caminos, represas o la expansión urbana atenten contra él. Por eso es importantísimo seguir declarando monumentos históricos a todos los lugares de la zona que mantengan una unidad arquitectónica. Por último, es muy relevante rescatar su sistema ferroviario y sus antiguas estaciones. Soy un soñador y no pierdo las esperanzas de que el tren vuelva a transitar aunque sea por un tramo pequeño. Donde todavía es posible echarlo a andar es desde un sector cercano a San Gabriel hasta El Volcán mismo. Si lo logramos, el Cajón del Maipo tendría un ferrocarril de cordillera que sería una verdadera hermosura y un importantísimo polo turístico".
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