Tajamares del Mapocho cumplen diez años sumidos en el abandono y el deterioro

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Fecha: 8 de marzo de 2012

Permanecen olvidados en el Parque de los Reyes

Aunque la Municipalidad de Santiago tiene un proyecto para darles valor, aprobado por el Consejo de Monumentos en 2010, no cuenta con financiamiento ni plazos para desarrollarlo.   

EN ETAPAS.- Los Tajamares se hicieron por etapas a partir de 1700 y hasta fines del siglo XIX coexistieron con el puente Cal y Canto (en la foto).

DESCUBIERTOS.- En Costanera Norte dicen que plantearon extraer unos pocos muros y financiar su puesta en valor. Pero el Consejo de Monumentos decidió sacarlos todos.

 INSEGURO.- En los recovecos que se forman entre los muros seccionados los mendigos duermen y se arrojan desechos.

 MAL USO.- Los muros segmentados, sin una placa que explique de qué se tratan y su valor histórico, se han convertido en un lugar para rayados y para que la gente salte sobre ellos, 
desgastando sus viejos materiales.

ABANDONO.- Ya hace cuatro años los restos de muros dejados en el Parque de los Reyes mostraban evidentes signos de deterioro.

Bernardita Álvarez 
Durante las obras de construcción de la Costanera Norte, en diciembre de 2001, fueron descubiertos grandes murallones coloniales -uno incluso de 86 metros de largo y el metro veinte de altura- construidos por el arquitecto Joaquín Toesca, a fines del siglo XVIII, de manera contemporánea al Palacio de La Moneda y la restauración de la Catedral de Santiago.

Los Tajamares hechos de ladrillo, cal, arena y unidos con clara de huevo, según la historia, no sólo protegieron por cerca de un siglo a la capital de los desbordes del río Mapocho, sino que se convirtieron en un lugar de paseo del Santiago colonial.

Tras tres meses de discusión, el Consejo de Monumentos decidió en enero de 2002 extraer por completos los muros coloniales. Con tecnología de última generación, los muros fueron seccionados en trozos y llevados en camiones de forma transitoria, hasta darles una solución digna, al Parque de los Reyes, construido durante la gestión de Jaime Ravinet, en 1992.

Pero diez años después, los Tajamares permanecen en el mismo lugar, abandonados a su suerte y en franco deterioro.
Han sido rayados. Sus piezas robadas y los niños se encaraman sobre ellos. Sin contar que son foco de vandalismo y que el clima los ha ido desgastando, condenándolos a morir.

Frente a esto, la Municipalidad de Santiago dijo a "El Mercurio" que presentaron al Consejo de Monumentos un proyecto para reubicar las piezas en la ribera del río Mapocho, en un antiguo camino de limpieza sin uso. Hace dos años habían asegurado que estaban elaborando un proyecto.
Esta vez la propuesta fue aprobada en octubre de 2010 y tiene un costo de $946 millones, pero aún no cuentan con los recursos, ni plazos para ejecutarlo.

Cuestión que confirma el secretario ejecutivo del Consejo de Monumentos, Emilio de la Cerda. "Probablemente los Tajamares permanezcan un año más. La pelota está rebotando entre el Ministerio de Obras Públicas, la Municipalidad de Santiago y el Consejo de Monumentos, y creo que deberíamos sentarnos y ver un proyecto para llevar adelante y buscar una instancia para pedir los fondos", afirma De la Cerda.

Para el arquitecto Fernando Pérez, director del Centro de Patrimonio Cultural UC, los Tajamares son "una obra magna de infraestructura" y concuerda que la situación en que se encuentran es deplorable.
"Hasta cierto punto estas piezas están preparadas para resistir, pero ciertamente no en la forma fragmentaria en que se encuentran, expuestas a las variaciones climáticas. Es probable que presenten algún grado de deterioro", opina Pérez.

Situación que también reconoce Mónica Bahamondez, directora del Centro Nacional de Conservación y Restauración, y quien fue una de las responsables de la decisión de extraer la totalidad de los muros. "Los ladrillos puestos a la intemperie sin ningún tipo de protección junto con la cal y la arena evidentemente están sufriendo una agresión del medio ambiente", afirma.

Tras un recorrido por los cerca de 300 metros en que se extienden los antiguos murallones por el Parque de los Reyes, la historiadora del arte y licenciada en estética, Lisa Flora Voionmaa, llama a una urgente recuperación.

La experta afirma estar de acuerdo con que los muros coloniales permanezcan en el Parque de los Reyes en la ribera del río Mapocho, pero considera urgente que sean analizados y se les realicen trabajos de conservación.

"Al mirarlos, a simple vista se notan capas superficiales sobre las piezas, los ladrillos muy bien ordenados, y que podrían ser de épocas más modernas", dice Voionmaa tras observarlos. "Sería bueno unificarlos y hacer un sector en el parque que evoque la memoria de los transeúntes y con eso aumentar el respeto al patrimonio", propone.

Idea similar plantea Pérez. "Hay que realizar un montaje a partir de trozos, a fin de mostrar la altura y dimensiones reales que tuvieron los Tajamares".
Ambos expertos coinciden también en llamar a un concurso de ideas y que exista una "actitud proactiva" por parte de los responsables de los Tajamares, para dignificar estos trozos de nuestra historia.
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ARQUEOLÓGICO
Los Tajamares del Mapocho son protegidos como patrimonio de carácter arqueológico.


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