sábado, 29 de septiembre de 2012

El desconocido Museo del Juguete de la Quinta Normal






Hasta el terremoto de 2010, en esta casa victoriana se exhibían muñecas, autos, trenes y soldaditos de plomo de antaño.


por Diego Villegas Cascardo

Son las 9.30 de la mañana y a la Quinta Normal ya comienzan a llegar los niños. Son grupos de estudiantes que, acompañados de sus profesores, vienen a disfrutar del Museo de Historia Natural -con su célebre esqueleto de ballena azul, que se roba toda la atención de los escolares- y el de Ciencia y Tecnología. Al lado de este último hay un museo que pocos conocen. Uno que está abandonado y ya no funciona. Era infantil y estaba lleno de juguetes.


Se ubica ahí desde 1985, pero lleva más de dos años cerrado por el terremoto del 27 de febrero. Está emplazado sobre una casa victoriana, una de las más antiguas de Santiago, que data de 1875.


Había una vez...


En el recinto se exhibían juguetes antiguos, como locomotoras, triciclos y caballos de madera, trenes eléctricos, autos y camiones de hojalata, casas de muñecas, soldaditos de plomo y figuras de acción.


Fue una idea de la vicepresidenta de la Corporación Privada para la Divulgación de la Ciencia y la Tecnología (Corpdicyt), María Elena Troncoso, y su esposo, Mauricio Infante.


“Un día ella despertó después de un aniversario de matrimonio con la idea y la desarrollamos”, recuerda Infante.


Fue así como salvaron de la demolición la casa e instalaron un museo. “Los juguetes eran mostrados en vitrinas y no se podían tocar. Los que más disfrutaban eran los adultos”, cuenta Carla Ibacache, a cargo del museo, que hoy sólo conserva una que otra pertenencia antigua.


En 1993 el lugar se transformó en un recinto interactivo y se instalaron salas temáticas o “rincones” de óptica, construcción, cuerpo humano, imaginación y ecología. El 2009, antes de su cierre, el Museo Infantil recibió a 13 mil personas, cifra muy lejana a los 60 mil del Museo Ferroviario y los 40 mil del de Ciencia y Tecnología.


Los juguetes antiguos desaparecieron del lugar y fueron guardados en la bóveda de un banco a nombre de María Elena Troncoso. Otros están en su casa, donde ella los atesora con estricta seguridad.


“Antes de entregarlos, alguien me tiene que asegurar que los tendrán bien cuidados y que permanecerán ahí para siempre. Sólo así me sentiría tranquila”, afirma Troncoso.


Actualmente, un proyecto de la Fundación Procultura y la Municipalidad de Santiago busca restaurar este museo, que hoy asemeja una casa embrujada de cuento infantil.

Montes submarinos de Chile preservan una rica y casi desconocida biodiversidad

Las más recientes estimaciones calculan la existencia de 118:

Montes submarinos de Chile preservan una rica y casi desconocida biodiversidad

Gracias a sus grietas y paredes, abundan las esponjas y corales, que a su vez atraen a peces y otras especies marinas.  

Richard García 
Salvo el entorno del archipiélago Juan Fernández, de las islas Salas y Gómez y De Pascua -todos montes marinos que alcanzaron a llegar a la superficie-, apenas conocemos estos refugios de la vida que surgen desde miles de metros de profundidad.
"Son más ricos que las llanuras abisales por la presencia de paredes y grietas abundantes en esponjas y coral", destaca el biólogo marino de la U. de Los Lagos Edwin Niklitschek. El académico lidera el proyecto de censo de los montes submarinos, en el marco del Censo de Vida Marina de Chile, que debería partir el próximo año.
La iniciativa busca determinar qué vive en ellos, qué determina su composición y diversidad, qué oportunidades para el desarrollo socioeconómico sostenible nos ofrecen. También investigarán los impactos de la actividad humana sobre esos recursos naturales y cómo se pueden administrar de manera que su utilización sea sostenible en el tiempo, dice el biólogo marino de la U. de Concepción Víctor Ariel Gallardo, impulsor del censo.
"Los montes submarinos son zonas de alta biodiversidad y productividad, y son como verdaderas carreteras donde la vida marina se concentra", afirma Álex Muñoz, director ejecutivo de Oceana. En los montes de Juan Fernández, cuenta, se pueden encontrar peces como el Orange roughy que vive más de 130 años. Además, por la disponibilidad de alimento, otras especies como los atunes, tiburones y peces espada suelen estar cerca.
Por el hecho de habitar zonas profundas, muchas de las especies residentes están adaptadas a condiciones ambientales bastante extremas. "Suponemos que tienen una fisiología particular y características muy distintas a las que están en aguas más superficiales".
De ahí que apuesta a encontrar organismos interesantes no sólo desde el punto de vista científico, sino en el de las aplicaciones para el bienestar humano.
Hasta el momento, asegura Niklitschek, se conocen 118 montes marinos en Chile, principalmente a través de información satelital, pero nadie ha descendido todavía a explorar la mayoría de ellos.
En los años 70, la flota pesquera rusa realizó algunas prospecciones científicas del área, pero la valiosa información todavía se encuentra en su idioma original y no ha sido recopilada.
Los especialistas están preocupados por la destrucción de estas comunidades debido a la pesca de arrastre, ya que su recuperación demandaría cientos y hasta miles de años.
El principal parque marino de Chile fue creado, el año 2010, justamente para proteger los montes marinos en torno a la isla Salas y Gómez. Tiene una superficie de 140 mil kilómetros cuadrados, lo que equivale a 4% de nuestra zona económica exclusiva. Pero los especialistas consideran que aún no es suficiente para cubrir la biodiversidad representativa de estas áreas.
Niklitschek reconoce que estudiarlas será complicado y caro. "Necesitamos un robot submarino y métodos de muestreo de alto costo. Sólo para llegar se requiere de muchos días en barco, y eso es caro. De ahí que nuestro conocimiento sea tan limitado", precisa.
 Protección legal
Oceana propuso al Congreso una ley que busca cerrar de manera preventiva la pesca de arrastre en todos los montes submarinos de Chile. Álex Muñoz, director general de la ONG, cuenta que este proyecto ya fue aprobado por la Comisión de Pesca del Senado y ahora pasó a Hacienda. "El Gobierno le ha dado su respaldo como una de las principales reformas a la ley de pesca para ser aprobado antes de fin de año", puntualiza.


Las más recientes estimaciones calculan la existencia de 118:


Montes submarinos de Chile preservan una rica y casi desconocida biodiversidad



Gracias a sus grietas y paredes, abundan las esponjas y corales, que a su vez atraen a peces y otras especies marinas.



Richard García

Salvo el entorno del archipiélago Juan Fernández, de las islas Salas y Gómez y De Pascua -todos montes marinos que alcanzaron a llegar a la superficie-, apenas conocemos estos refugios de la vida que surgen desde miles de metros de profundidad.



"Son más ricos que las llanuras abisales por la presencia de paredes y grietas abundantes en esponjas y coral", destaca el biólogo marino de la U. de Los Lagos Edwin Niklitschek. El académico lidera el proyecto de censo de los montes submarinos, en el marco del Censo de Vida Marina de Chile, que debería partir el próximo año.



La iniciativa busca determinar qué vive en ellos, qué determina su composición y diversidad, qué oportunidades para el desarrollo socioeconómico sostenible nos ofrecen. También investigarán los impactos de la actividad humana sobre esos recursos naturales y cómo se pueden administrar de manera que su utilización sea sostenible en el tiempo, dice el biólogo marino de la U. de Concepción Víctor Ariel Gallardo, impulsor del censo.



"Los montes submarinos son zonas de alta biodiversidad y productividad, y son como verdaderas carreteras donde la vida marina se concentra", afirma Álex Muñoz, director ejecutivo de Oceana. En los montes de Juan Fernández, cuenta, se pueden encontrar peces como el Orange roughy que vive más de 130 años. Además, por la disponibilidad de alimento, otras especies como los atunes, tiburones y peces espada suelen estar cerca.



Por el hecho de habitar zonas profundas, muchas de las especies residentes están adaptadas a condiciones ambientales bastante extremas. "Suponemos que tienen una fisiología particular y características muy distintas a las que están en aguas más superficiales".



De ahí que apuesta a encontrar organismos interesantes no sólo desde el punto de vista científico, sino en el de las aplicaciones para el bienestar humano.



Hasta el momento, asegura Niklitschek, se conocen 118 montes marinos en Chile, principalmente a través de información satelital, pero nadie ha descendido todavía a explorar la mayoría de ellos.



En los años 70, la flota pesquera rusa realizó algunas prospecciones científicas del área, pero la valiosa información todavía se encuentra en su idioma original y no ha sido recopilada.



Los especialistas están preocupados por la destrucción de estas comunidades debido a la pesca de arrastre, ya que su recuperación demandaría cientos y hasta miles de años.



El principal parque marino de Chile fue creado, el año 2010, justamente para proteger los montes marinos en torno a la isla Salas y Gómez. Tiene una superficie de 140 mil kilómetros cuadrados, lo que equivale a 4% de nuestra zona económica exclusiva. Pero los especialistas consideran que aún no es suficiente para cubrir la biodiversidad representativa de estas áreas.



Niklitschek reconoce que estudiarlas será complicado y caro. "Necesitamos un robot submarino y métodos de muestreo de alto costo. Sólo para llegar se requiere de muchos días en barco, y eso es caro. De ahí que nuestro conocimiento sea tan limitado", precisa.



Protección legal

Oceana propuso al Congreso una ley que busca cerrar de manera preventiva la pesca de arrastre en todos los montes submarinos de Chile. Álex Muñoz, director general de la ONG, cuenta que este proyecto ya fue aprobado por la Comisión de Pesca del Senado y ahora pasó a Hacienda. "El Gobierno le ha dado su respaldo como una de las principales reformas a la ley de pesca para ser aprobado antes de fin de año", puntualiza.





sábado, 22 de septiembre de 2012

Posada del Corregidor tendrá café literario y sala de arte subterránea

http://papeldigital.info/lt/?2012092201#

La restauración de este monumento histórico dañado por el terremoto costará $ 235 millones.



por Diego Villegas Cascardo

Entre la década del 30 y 40 la Posada del Corregidor, casona colonial donde vivió el corregidor Luis Manuel de Zañartu y ubicada en el barrio Esmeralda, era uno de los puntos neurálgicos de la bohemia santiaguina. Un bar y salón de baile atraían a poetas como Pablo Neruda, que entre vinos con naranja y otros tragos cortos compartían al ritmo de la música.


Ese flujo de artistas permitió que en 1985 el ex Banco del Trabajo adquiriera en comodato el inmueble junto a la Municipalidad de Santiago para abrir una galería de arte costumbrista. Con los años, el lugar se transformaría en galería de arte contemporáneo. Pero el 27/F provocó daños en la estructura del segundo piso. Así, la vivienda quedó inservible y sólo se usó para exposiciones en el primer piso.


Una iniciativa liderada por la Municipalidad de Santiago, junto a la Fundación Procultura, busca restaurar la casa construida entre 1750 y 1765 para crear un café literario y una moderna sala de exposiciones.


El proyecto se inició en agosto del año pasado, cuando ambas entidades firmaron un convenio que tiene como fin principal poner en valor el lugar y al barrio Esmeralda, convertido en un nuevo polo del diseño independiente.


“El lugar tiene mucha vida cultural y es el punto final entre tres hitos muy importantes de la ciudad: el Parque Forestal, el Mercado Central y la Estación Mapocho”, cuenta Pablo Larraín, director de Procultura.


Café y patrimonio


La restauración de la casa de dos pisos y de 228 metros cuadrados postuló a fondos del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y las obras comenzarían a fin de año, a cargo del arquitecto Luis Irarrázabal.


En la primera etapa, la idea es consolidar la estructura de adobe de la antigua posada y asegurar sus cimientos ante posibles sismos. Con el 27/F la casa sufrió un “desaplome”, que dejó puertas trancadas y muros desnivelados en tres centímetros. Las paredes deberán ser recubiertas con una geomalla que brindará flexibilidad y evitará que el material se desprenda a pedazos en caso de un sismo.


La segunda etapa hermoseará la fachada y los interiores de este monumento histórico. Se renovarán las instalaciones eléctricas y sanitarias, acordes a las necesidades de un café, que tendrá una capacidad para 60 personas, ubicadas dentro del lugar y en la Plaza del Corregidor.


“Queremos crear un flujo que invite a las personas a apreciar el edificio”, explica Luis Irarrázabal, que también tiene pensado en el mediano plazo la posibilidad de construir un salón subterráneo en Esmeralda que amplíe el centro cultural.


La restauración de la vivienda tendrá un costo de $ 235 millones, que serán financiados en un 50% por la Municipalidad de Santiago. La otra parte será otorgada por el Consejo de la Cultura.


“La restauración patrimonial ha sido una prioridad y para ello hemos buscado alianzas que han permitido hacer trabajos posterremoto en otros lugares de la comuna, como el Museo Casa Colorada, la Catedral y el Museo Precolombino”, señala el alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett.