miércoles, 18 de noviembre de 2009

Cultura Mapocho
Recorridos por la historia y la cultura de Santiago
Jue 22 Jun 2006
Para entender el Barrio Dieciocho
Escrito por Luciano Ojeda en La historia en su lugar

Una nueva élite surge en Chile

Entre 1830 y 1880, Chile tuvo un importante crecimiento económico, estimulado por su inserción en la economía mundial, como exportador de materias primas mineras y agrícolas (plata y cobre; trigo y harina) e importador de las manufacturas, productos de la revolución industrial. Este proceso permitió el surgimiento de una nueva elite empresarial, distinta de la tradicional elite mercantil y terrateniente de origen colonial, que rápidamente tomó el control de las áreas más dinámicas de la economía. Fue este grupo social el que llevó a cabo una modernización caracterizada por el levantamiento de un complejo minero industrial exportador; por el surgimiento de una infraestructura de transporte terrestre (ferrocarriles) y marítima (vapores y puertos); una renovación urbana (tranvías y nuevos barrios); la creación de un sistema financiero (bancos y sociedades anónimas) y la modernización de ciertas actividades agrícolas (viñas y molinos).



El nuevo empresariado, dinámico y progresista, se fue constituyendo en la base de una emergente burguesía que amagó el tradicional dominio de la elite terrateniente de mentalidad aristocrática. Una demostración de lo anterior, fue una lista de las principales fortunas chilenas, publicada por Benjamín Vicuña Mackenna en el diario El Mercurio del 26 de abril de 1882, donde señalaba que las nuevas fortunas, provenientes de la minería, industria, comercio y crédito, representaban el 84,3%; mientras que las del mundo agrario, sólo un 15,7%.

Entre los integrantes de este nuevo grupo social, estaban los descendientes del banquero y habilitador minero Agustín Edwards Ossandón; del forjador de la industria del carbón Matías Cousiño; del minero y fundidor de cobre José Tomás Urmeneta; del comerciante y productor de azúcar José Tomás Ramos; del fundidor inglés Carlos Lambert y del industrial alemán Carlos Anwandter. También hubo otros empresarios, que si bien no destacaron por su fortuna, lo hicieron por su capacidad emprendedora y creativa, como es el caso de José Santos Ossa, explorador del norte y descubridor del salitre de Antofagasta, y Silvestre Ochagavía, pionero de la industria vitivinícola nacional. El lugar privilegiado en que eligieron vivir fue el sector que sería conocido como el Barrio Dieciocho.



El Barrio Dieciocho

La calle Dieciocho fue abierta hacia el sur desde la Alameda de las Delicias en el año 1850, junto con otros callejones que se transformarían en las calles Lord Cochrane y San Ignacio.

Esta calle se convierte en el principal acceso al Parque Cousiño y su Campo de Marte. Don Luis Cousiño termina de construir el palacio que tiene su nombre el año 1878, ubicado al final de la calle, logrando así adoquinarla. El barrio comienza a consolidarse alrededor de los años 1886 - 1887.

El Palacio Cousiño (1870 - 1878)

Construido entre los años 1870 y 1878 por el arquitecto francés Paul Lathoud para doña Isidora Goyenechea, viuda de Luis Cousiño; familia acaudalada dueña de las minas de carbón de Lota e intereses en la minería del cobre, flota naviera y la famosa viña Macul.



El Palacio, ubicado en calle Dieciocho N° 438, deslumbró a la sociedad santiaguina de la época por su fastuosidad y lujo, y por la introducción de adelantos técnicos como el primer ascensor que hubo en Chile. Los principales materiales del edificio como los revestimientos, las rejas de fierro, las baldosas y azulejos y todo el mobiliario, fueron traídos desde Francia.

Esta es la única mansión de la época que conserva su alhajamiento original en perfecto estado de conservación desde su inauguración en 1877. Sorprende el lujo de sus salones, con muros forrados en terciopelo dorado haciendo juego con los cortinajes y el color del parquet, que en cada sala es distinto. Está constituido por un volumen principal de dos pisos rodeado de un amplio jardín, que conserva aún su diseño original y edificios anexos de servicio y cocheras. En su exterior las fachadas se modulan con pilastras jónicas y destacan en la decoración de ellas tonos de fayenza azul y amarillo.



El interior se organiza en torno a un gran salón central de doble altura de donde nace la escalera principal. Los salones y recintos adyacentes profusamente decorados se caracterizan por un juego de visuales producidos por espejos y cristales de gran tamaño.
La estructura fundamental es de albañilería de ladrillos. Este edificio fue restaurado en el año 1968 después de ser afectado por un incendio que destruyó parcialmente los salones del segundo piso.

La calle Ejército

Benjamín Vicuña Mackenna y colaboradores escriben sobre la transformación de Santiago entre 1872 y 1873, y se refieren a la terminación de la avenida Ejército Libertador mencionando su costo: “respecto a la avenida del Libertador no importarán la mitad de la suma de 10.000 pesos si los propietarios de los sitios adyacentes continúan manifestando su inteligente liberalidad que han desplegado hasta aquí”.

El Parque Cousiño 1845 - 1873

Antes que existiera el Parque Cousiño propiamente, esta área era una extensa explanada polvorienta, que alguna vez había sido un campo de labranza de verduras y legumbres, pero de ello sólo quedaban zanjas y zarzamoras, denominándose a comienzos del siglo XIX indistintamente con el nombre de “Llano” o “Pampilla”.

A esta área se volcaba la población en septiembre para gozar del tibio sol primaveral, encumbrar volantines y participar en las maniobras militares que recordaban cada nuevo aniversario patrio.

Durante el gobierno del general Manuel Bulnes, el estado adquirió 140 cuadras que pertenecían a los señores Francisco Vergara, José Santiago Montt, Vicente Ovalle y Francisco Cortés, por escritura del 20 de enero de 1845, otorgada ante el notario Gabriel Muñoz en la suma de $ 73.610.

Durante el gobierno de Joaquín Pérez, el 20 de enero de 1870, se dictó un decreto por el que se convenía la entrega de este terreno a Luis Cousiño, hijo del gran empresario don Matías Cousiño. Don Luis se había educado en el Instituto Nacional y después en Europa donde había admirado los grandes parques como el Bois de Boulogne, Vincennes, Hyde Park y algunos italianos. De regreso de Europa, al fallecer su padre en 1863 heredó su gran fortuna, que quiso compartir con sus connacionales.

En enero de 1873, Luis Cousiño propuso al gobierno donar el parque a la ciudad, con la sola excepción de una elipse de 690 por 440 metros que se dejó para las maniobras y desfiles militares. Con este gesto ampliaba los ensueños de Vicuña Mackenna de dar a Santiago grandes pulmones.

Don Luis se dio de inmediato a la tarea y contrató los servicios de un prestigioso urbanista español, don Manuel Arana Borica y, posteriormente, al paisajista Gustavo Renner. Este último había proyectado al parque Macul en 1872, luego con Claudio Vicuña realizaban el parque Bucalemu en 1875, y construía el parque Santa Rita entre 1882 y 1885, diseñaba los parques Callejones, Graneros y Lo Águila en 1890, e intervenía en el parque de doña Manuela Subercaseaux.

Don Luis dirigió personalmente los trabajos, que correspondieron: una red de caminos de más de ocho kilómetros, un lago artificial de más de 30.000 metros cuadrados, con sus islas y tres puentes, don casas para jardineros y dos viveros, de una cuadra cada uno. Además se plantaron 60.000 árboles entre los cuales se contaban olmos, acacios y fresnos, y plantas de numerosas especies, más 40.000 que se conservaban en barbecho.

Se construyó un restaurante para atender a los visitantes, un pabellón para la música y una balaustrada de madera que bordaba el lago por un costado. Dos grandes y hermosas portadas de hierro forjado, fundidas en Francia, daban acceso al recinto. Por último don Luis costeó los uniformes, que se encargaron a Francia, para 25 guardabosques, y cuatro carretones con todas sus herramientas.

El contratista del Parque fue el inglés Warthon Peers Jones, quien antes de llegar a Chile había pasado por Panamá y Perú y también había estado en la India. Warthon Peers Jones empleó 80 trabajadores para construir el Parque, pero durante la guerra con Perú los reemplazó por 150 prisioneros peruanos.

Luis Cousiño no alcanzó a ver su obra terminada, pues falleció a los 38 años, en la plenitud de su vida, en Chorrillos, cerca de Lima, el 19 de mayo de 1873. El Intendente de Santiago, don Benjamín Vicuña Mackenna había recibido el Parque el 2 de enero de ese mismo año, al que se dio el nombre de su creador, en sesión municipal del 13 de mayo, es decir, seis días antes de su muerte.

Breves Biografías



Isidora Goyenechea Gallo, nació en Copiapó en 1836, hija de Ramón Ignacio Goyenechea y doña Luz Gallo. Muy joven asumió la dirección de las empresas carboníferas de Lota.

Desde 1873 hasta 1881, año del regreso de Europa de su hijo Carlos, doña Isidora tomó a su cargo la conducción de Lota.

Para modernizar esta empresa, hizo instalar la primera planta hidroeléctrica de Sudamérica. La planta fue encargada a la firma de Thomas A. Edison, quien en carta personal a doña Isidora, alabó el proyecto y celebró su realización.

Falleció en 1897, en París; sus restos fueron trasladados a Chile con un gran homenaje.

Al morir dispuso parte de su fortuna a la construcción de una iglesia en Lota y de una iglesia y un hospital en Buen Retiro.



Luis Cousiño Squella (1835 - 1873), hijo único de Matías Cousiño, nació en Santiago en 1835. Huérfano de madre, su educación estuvo a cargo de doña Luz Gallo y se crió junto a sus hermanastros, Emeterio e Isidora.

Desde joven se vinculó al mundo de los negocios, en la sociedad de comercio “Cousiño e Hijo”, recibiendo como herencia los yacimientos de Coronel y la mitad de Lota.

En 1863, al fallecer don Matías, compró la otra mitad de la compañía y extendió sus actividades, integrando la extracción del cobre. Fomentó la explotación de la plata en Chañarcillo e introdujo en Chile la industria de la seda. Falleció en Perú en 1873 a la edad de 38 años, aquejado de tuberculosis.

En 1855 se había casado con su hermanastra, Isidora Goyenechea Gallo. Como su esposa y heredera, quedó al mando de la familia compuesta por 7 hijos: Alfredo, Luis Alberto, Carlos Roberto, Luis Arturo, Adriana, Loreto y María Luz.

Las calles República y España 1873-1880

Las quintas más renuentes a la expansión urbana de esa época fueron la de Henry Meiggs, el aventurero americano y magnate del ferrocarril, quien lotea su quinta ubicada en la Alameda con República, en el mes de enero de 1873; y realiza un loteo con hermosos sitios de alto costo y cede el terreno para la formación de las dos avenidas más importantes del barrio: la avenida República y la avenida de la Capital que luego se llamaría España. Estas avenidas conformarían la población Meiggs Nº 1665. Años más tarde seguiría igual destino la quinta de don Francisco de Paula Echaurren.

Las calles que corrían oriente-poniente se prolongaron hacia el poniente con los mismos nombres (Sazié, Grajales, Gorbea, Toesca y Gay). La más cercana a la Alameda que era la calle uno, se le denominó Manuel Montt y después se llamaría Salvador Sanfuentes. La calle al extremo sur de este barrio se llamó Domeyko.

Todos estos nombres fueron puestos durante la intendencia de don Benjamín Vicuña Mackenna (1872-1875). El barrio se empieza a constituir en 1880 en torno a las dos avenidas señaladas que corrían de norte a sur.

El Club Hípico

Fundado en el año 1869, por un grupo importante de conocidos personajes de la Sociedad Chilena y reconocido como el primer centro hípico de Santiago destinado a las carreras de caballos. En principio fue destinado como Club Social e inaugurándose posteriormente el 20 de Septiembre del año 1870, fecha en la que se disputó la primera carrera, bajo la dirección de don Francisco Baeza Sotomayor.

Recinto ubicado en el corazón de nuestra capital y centro de actividades sociales de la mencionada época, se recuerda el barrio de República y aledaños como uno de los más elegantes y tradicionales de Santiago. Su perímetro se enmarca entre las calles Rondizzoni por el Sur, Av. Club Hípico por el Este, Av. Blanco Encalada por el Norte y Molina por el Oeste, dentro de sus 78 hectáreas, la mayor parte de ellas son áreas verdes.

Club Hípico de Santiago, ha sido por años lugar de encuentro de múltiples personajes siendo visitado por la reina Isabel II de Inglaterra, Presidentes y Ministros de diversos estados y un sinnúmero de artistas tanto nacionales como extranjeros.

Su carácter de Club Social le permite atender a sus asociados en diversas actividades principalmente en las reuniones de carreras “todos los lunes y jueves por medio”, con una concesión que atiende los salones destinados a los socios e invitados. También contamos con un recinto de tenis y piscina, para disfrutar así, de los beneficios que otorga esta institución.

Club Hípico de Santiago, en sus inicios, contaba con un edificio de madera y cristal, de acuerdo a la época. En el año 1892, esta edificación sufrió un desvastador incendio, quedando reducido a escombros, sin mucha demora se volvió a construir pero esta vez en bases de hierro y cristal, con mayores y notables comodidades para sus asistentes, público que hasta hoy en día disfruta de sus tribunas.

El actual edificio fue obra del destacado arquitecto Josue Smith, quién visualizó el Hipódromo de Longchamps de Francia y tomó parte de él para la construcción de este centro hípico, uno de los recintos mas exclusivos dentro de los lugares de esparcimiento y donde se desarrollan los más importantes eventos hípicos de cada año. Fue nuevamente inagurado el 7 de abril del año 1923.Los Barrios Dieciocho, Ejército y República 1895-1930.

En 1895 el trazado vial de los barrios Dieciocho, Ejército y República, estaba terminado y la pavimentación de las avenidas que le daban su nombre a estos barrios: las alegres y enjoyadas Dieciocho, Ejército y República y otras quince más se habían construido con asfalto de Trinidad. Sus balcones desafiantes por donde asomaban familias extensas y prósperas entonces, que hicieron su fortuna con la plata de Chañarcillo, la propiedad agraria de latifundios, el alegato abogacil, el parentesco o las armas. Los focos eléctricos y el gas hidrógeno carbonado junto con el tranvía que corría por la Alameda, cuyo origen era la Estación Central y su destino el Centro de Santiago, indicaban que el progreso pasaba por allí.

A principios del siglo XX toman un auge inusitado estos barrios generando una rápida evolución de la construcción, y adquieren un carácter urbano propiamente tal, con su sistema de agrupamiento continuo, en dos, tres y cuatro pisos, con patios interiores, siendo el estilo predominante el neoclásico. Sólo en el caso de República podemos ver obras del tipo “Barrio Jardin” de los años 1919, 1924, 1925 y 1926.

Por esos años, proliferan las viviendas sofisticadas de los más diversos estilos europeos. Las calles perpendiculares a la Alameda de Las Delicias: Dieciocho, Ejército y República, son las preferidas por las familias adineradas y se observan grandes mansiones, en cambio en las calles paralelas a la Alameda se concentran viviendas de menor altura, promedio dos pisos y de una tipología de un nivel social inferior, lo que permite un entorno urbano más homogéneo.

Arquitectos de gran prestigio en la época van a diseñar sus mansiones. Así en el Barrio Dieciocho: en la Alameda con Lord Cochrane estaba la Casa Meiggs construida por el técnico norteamericano Jesse L. Wetmore y que fue finalizada en 1864; la iglesia San Ignacio del arquitecto italiano Eusebio Chelli, construida entre 1867 y 1872; en la Alameda Nº 1550 el Palacio Irarrázabal, actual Círculo Español, del arquitecto Alberto Cruz Montt, construido en 1906; en la Alameda con Dieciocho el Palacio Iñiguez encomendado a los arquitectos Ricardo Larrain Bravo y Alberto Cruz Montt, construido en 1917; en la Alameda Nº 1642 el Palacio Ariztía, actual sede de la Cámara de Diputados en Santiago, del arquitecto Alberto Cruz Montt, construido en 1917; en la Alameda Nº 1656 el Palacio Errázuriz, actual embajada de Brasil, obra del arquitecto Eusebio Chelli, iniciada su construcción en 1872; en la calle Dieciocho Nº 190, una sencilla casa de un piso con una fachada muy simple, que el arquitecto Josué Smith Solar ampliará con dos pisos más, a principios del siglo XX; en la calle Dieciocho Nº 422 el edificio del mismo nombre, del arquitecto E.F. Harrington, construido en 1911 y situado al lado del Palacio Cousiño.

En el barrio República de Norte a Sur, es decir desde la Alameda a Blanco: en calle Salvador Sanfuentes Nº 2350 - 2352 - 2354, el Cité Salvador Sanfuentes que fue construido por el arquitecto Ricardo Larraín Bravo en el año 1929; desde la Alameda, el Pasaje República del arquitecto Luis Román Cristi en 1935; saliendo hacia la Avenida República, el Pasaje del mismo nombre, de los arquitectos Casanova y Román, en 1928 (ambas obras son Art Deco); a continuación de la anterior y por el mismo costado oriente dos obras de Gustavo Monckeberg de 1924 y 1925 respectivamente; en República con Grajales, esquina nor-oriente una obra del arquitecto Ricardo Larraín Bravo en 1919.

En República con Grajales se interrumpe el sistema de agrupamiento continuo y aparece el primer esbozo de un “barrio jardín” que hubo en Santiago: en República entre Grajales y Gorbea costado poniente, una obra de los arquitectos F. Valdivieso Barros y Fernando de la Cruz, de 1925-1926; en República con Toesca, una obra del arquitecto E. Knockaert de 1928; en República entre Gay y Domeyko (República Nº 550, casa de propiedad de don Josué Smith Solar y Nº 580), costado oriente, dos casas de los arquitectos Smith Solar y Smith Miller, de 1923; a continuación de las anteriores una casa del arquitecto Augusto Knudsen Larraín de 1923; y en República con Domeyko, costado poniente, la casa que fuera de Arturo Alessandri (actualmente de la Universidad de Chile), del arquitecto Josué Smith Solar, de 1926.

En la Avenida Blanco N°2315-2319, costado norte, una obra encomendada en 1896 a los arquitectos Ricardo González Cortés y R. Muller y que se construye en 1926; en Blanco con Beaucheff la Escuela de Ingeniería, del arquitecto Alberto Shade, terminada en 1922; y ocupando la manzana comprendida entre Avenida Blanco Encalada, Avenida Viel y calle San Ignacio la Escuela de Sub-Oficiales del Ejército, del arquitecto Victor Henry Villeneuve y la dirección de obra del arquitecto Pedro Palma, construido en 1878.

Los Colegios San Ignacio ubicado en Alonso Ovalle entre las calles Lord Cochrane y San Ignacio (pleno Barrio Dieciocho), los Padres Franceses en la Alameda entre las calles José Miguel Carrera y Almirante Latorre (Barrio Ejército) y el Sagrado Corazón en la Alameda a la altura de San Martín, eran grandes colegios donde estudiaban los hijos de las familias acomodadas de esos barrios.

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