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Viernes 6 de Mayo del 2011
El chileno retrató más de 500 montajes entre 1949 y 1969:
Será recordado por su trabajo incansable en la época dorada de las tablas. También se destacó en la fotografía publicitaria y de arquitectura.
(1921-2011)
DANIELA SILVA ASTORGA
Comenzó disparando tímidamente desde las butacas. Apenas dejó su Traiguén natal por Santiago, el treintañero René Combeau (1921-2011) apuntó su cámara al teatro universitario e independiente. Creativo y profesional, no respiraba hasta hallar el encuadre perfecto, mientras manejaba la luz a la perfección. Tanto, que armó él mismo los primeros flashes electrónicos. Rápidamente, su talento e imágenes de tintes cinematográficos lo llevaron a trabajar sobre el escenario, transformándose en un fotógrafo imprescindible para las tablas chilenas.
Agustín Siré y María Cánepa.
Foto:RENÉ COMBEAU
Su mirada se apagó el miércoles al mediodía, por un paro cardiorrespiratorio, y ayer se le despidió en la parroquia Sagrada Familia.
"Es una gran pérdida. En un país desmemoriado y amnésico como éste, René Combeau hizo con perseverancia y talento un trabajo de memoria. Sin su dedicación y esfuerzo, no tendríamos tanto registro de montajes universitarios. Fue un hombre al que he querido mucho", dice el fotógrafo Luis Poirot, quien lo conoció en 1958 y tuvo siempre su apoyo. "Yo iba a ver cómo trabajaba y me comentaba todo lo que hacía. Fue muy generoso". Tal como Poirot, muchos consideran a Combeau su maestro en la fotografía teatral y en los retratos. Pero también marcó pauta en publicidad, lo que le permitió ganarse la vida.
"Todos los fotógrafos le debemos algo. Él fue quien elevó el nivel de la fotografía comercial, tal como Luis Ladrón de Guevara. Hizo que la disciplina fuera respetada a punta de trabajo. Jamás tuvo vanidad de artista, aunque lo fue consumadamente", comenta Juan Domingo Marinello, también fotógrafo.
Retrató más de 500 montajes, como "La pérgola de las flores" (1960) y "Fuenteovejuna" (1952). Fueron sus tesoros, cuenta Poirot: "Siempre decía 'Lo único que he hecho que vale la pena son las fotos de teatro. De lo otro, no me interesa guardar nada".
Combeau se retiró en los años 70, pero siguió en contacto con fotógrafos. En esa época se le diagnosticó diabetes, la enfermedad que lo obligó a guardar reposo durante el último tiempo. Antes de eso, incluso con 70 años, le encantaba transitar en moto por la capital. "Era cálido y discreto, un gran artesano de la fotografía", sostiene Ramón López, decano de la Facultad de Arte UC, quien lo vio por primera vez cuando niño. "Era fotógrafo de la Alianza Francesa, mi colegio. Lo recuerdo con su trípode, pantalones de lino, camisa blanca y chupalla, tomando la foto de curso. Aún conservo esas imágenes". Combeau también tuvo éxito como retratista de familias.
Una de sus últimas apariciones públicas fue cuando donó 4.000 negativos de su archivo a la Escuela de Teatro de la UC. Hoy, parte de ese material está en el libro "Chile Actúa" (Ediciones UC). Otros negativos teatrales se los regaló a la dramaturga Catalina de la Parra, una de sus nietas. "No me cabe duda de que su familia cuidará muy bien su legado. Él era muy ordenado", asegura Marinello.
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viernes, 6 de mayo de 2011
Murió René Combeau, los ojos del teatro chileno
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