miércoles, 20 de julio de 2011

Con espectacular producción se estrenó "Boris Godunov"

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miércoles 20 de julio de 2011



Una monumental puesta en escena de la ópera "Boris Godunov", de Mussorgsky, a cargo del régisseur argentino Hugo de Ana, asombró anoche a los asistentes a la gala de "El Mercurio" en el Teatro Municipal. Las opiniones del público que colmó la sala -altas autoridades de todos los Poderes del Estado, diplomáticos y personeros del mundo académico y privado-, confirmaron entusiastamente lo que se anticipaba como "la máxima superproducción operática montada en Chile". Dos estructuras de fierro que pesan 2,5 toneladas cada una y varios motores dieron vida a los cambiantes elementos que integran la escenografía. Particular impresión causó el espectacular vestuario, de la casa italiana Tirelli Costumi, con aplicaciones de joyas y pasamanería.

El Coro del Teatro Municipal, que en este título tiene participación protagónica, tuvo un brillante desempeño, al igual que el elenco de solistas, en su mayoría integrado por cantantes rusos o de escuela eslava. La Orquesta Filarmónica de Santiago, enérgicamente dirigida por el joven director ruso Konstantin Chudovsky, creó el marco musical exacto para la más importante obra de ese repertorio.

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jueves 21 de julio de 2011

"Boris Godunov" en el Teatro Municipal:
Extraordinario y lujoso logro escénico y musical

"La puesta en escena que acaba de estrenar el Teatro Municipal de Santiago es un trabajo de valor excepcional, que se recordará como uno de los mayores logros artísticos de la historia del principal teatro chileno"

Juan Antonio Muñoz H.
"Boris Godunov" (1874; revisión orquestal de Rimsky-Korsakov de 1908), de Modest Mussorgsky (1839-1881), es una de las óperas más impresionantes jamás escritas, tanto por su música como por su texto, y la puesta en escena que acaba de estrenar el Teatro Municipal de Santiago es un trabajo de valor excepcional, que se recordará como uno de los mayores logros artísticos de la historia del principal teatro chileno. No es una ópera cualquiera bajo ningún aspecto, al punto que incluso permite discutir en términos ideológicos, pues los partidos soviéticos quisieron usar algunas de sus escenas como ejemplos de levantamiento popular cuando el mensaje del poeta (Pushkin en el origen) y del compositor ponía en relieve la manipulación de que era víctima el pueblo.

Muchas experiencias teatrales y musicales confluyen en esta obra. Mussorsgky quiso dar cuenta de "lo contemporáneo del pasado" y hablar de cómo se repiten en los siglos los hechos de sangre para acceder al poder y luego para mantenerlo. Por esto, algunas puestas en escena han enfatizado estos aspectos, asociando una historia de zares para aludir a Stalin y Lenin, aun cuando la acción de la trama se ambienta entre 1598 y 1605.

Hay referencias a técnicas teatrales de la tragedia griega, a Shakespeare ("Macbeth", "Hamlet", personajes populares de sus comedias), a los métodos dramáticos en boga en el siglo XIX ruso, a la piedad religiosa, al folclor, al sentido profundo de los himnos y, también, vínculos hasta con Claudio Monteverdi, pues el compositor consideraba que la palabra es clave en la expresividad musical ( Seconda Prattica ) y que la música es la "recreación en sonidos musicales de la expresión y los sentimientos". Lo esencial, por tanto, era utilizar el verbo en la descripción psicológica de personajes que, a través de la musicalidad que se desprende de su habla (de su canto), mostraran su interior.

Es de esperar que Hugo de Ana nunca deje de venir a Chile. Su trabajo es tan extraordinario, de tanta profundidad en su análisis, de tan acucioso tratamiento de todos los aspectos, que, a la vez que asombra con su belleza, también invita a descifrar misterios intelectuales y catalizar vínculos entre el foso y la escena. Así, las dos estructuras de fierro de 2,5 toneladas cada una y los motores que las mueven no están destinados a hacer alarde tecnológico, sino a contribuir -sincronía garantizada- al concepto dramático y crear una réplica visual de lo que sucede en la orquesta. Todos los elementos contribuyeron a este propósito. Partiendo por una iluminación que consigue dar la profundidad que el escenario del Municipal no tiene y que, mediante transparencias y difuminados en bellas tonalidades rojas, plateadas y azules, permite planos de acción en secuencias que podrían definirse como cinematográficas. Además, la presencia de los íconos contribuye a dar el marco exactamente ruso que equilibra la necesaria estilización, así como el vestuario, rico, elaborado con pedrería y buenas telas. De Ana sabe también cómo manejar las masas corales para extraer de ellas potencia teatral y comunicar el sentido de sus lamentos y de su elusiva alegría: el coro fue protagonista en todo momento.

Este hermoso trabajo tuvo a su lado un logro musical también de alto nivel. El joven director Konstantin Chudovsky, capaz de conducir una obra como esta sin partitura, atendió cada detalle vocal e instrumental, fue sutil incluso en la expresión sonora más exuberante, diferenció tramas musicales y mantuvo un correlato absoluto con la régie . Simplemente notable. Contó con una Orquesta Filarmónica y un Coro del Teatro Municipal en espléndido estado, y un elenco de primera.

El bajo italiano Roberto Scandiuzzi estuvo brillante en la parte de Boris, entregado al pathos del personaje y a sus disquisiciones morales y religiosas. Quizás faltó algo de la profundidad metafísica de sus textos, pero el zar estaba ahí, vivo, imponente, comunicando su miseria y su grandeza. La voz le respondió muy bien en el registro central y grave; sólo sus agudos sonaron de pronto algo fijos. Estupenda en porte y riqueza vocal la Marina Mnishek de la contralto Ana Viktorova, dueña absoluta de un personaje insólito cuyos textos sorprenden en cada relectura. Lo mismo el tenor Mikhail Gubsky, con su agudo vibrante y poderoso, y el bajo Ain Anger, Pimen de gran altura vocal y actor profundo y sereno. Deben mencionarse los aportes de Diletta Rizzo Marin (delicada Xenia), Lina Escobedo (Nodriza), Maxim Paster (Príncipe Shuisky), Vitaly Bilyy (excelente como Andriei Shelkalov y como Rangoni), Alexander Teliga (Varlaam), Alexis Sánchez (entrañable Idiota), Claudia Godoy (vital Posadera), Miriam Caparotta (Fiodor), Pablo Ortiz (Missail) y Cristián Moya (Jesuita).

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LA TERCERA EDICION IMPRESA |
domingo 10 de julio de 2011

Boris Godunov: la ópera del zar asesino llega al Teatro Municipal
El 22 de julio se estrena la nueva producción de Hugo de Ana, con el gran bajo Roberto Scandiuzzi.

por Rodrigo González M.



El retrato más famoso que se conserva del compositor ruso Modest Mussorgsky es de dos semanas antes de morir. Está vestido con bata, el pelo desgreñado y la nariz roja, probablemente en estado de intemperancia, como fue la costumbre de su vida.



Considerado uno de los grandes de la música rusa, Mussorgsky fue la encarnación del genio tempestuoso y sin método. Nunca lograba terminar sus propias composiciones y una de las pocas que pudo acabar fue Boris Godunov, para muchos la gran ópera rusa de todos los tiempos. Esta pieza inspirada en la obra del escritor Alexander Pushkin -que a su vez rescató la vida de un oscuro zar del siglo XVI- es la que llega al Teatro Municipal el 22 de julio en una coproducción con el Teatro Massimo de Palermo, uno de los más importantes de Italia.

Se trata de una dirección de escena nueva a cargo del destacado régisseur argentino Hugo de Ana y en el rol del tiránico, atormentado y paranoico zar Boris Godunov está Roberto Scandiuzzi, bajo italiano de gran trayectoria y aventajado intérprete del repertorio ruso. En una coincidencia curiosa, la propia hija de Scandiuzzi -la soprano Diletta Rizzo Marin- interpreta a Xenia, quien es hija de Godunov en la obra.

La producción de Hugo de Ana es la primera versión de Boris Godunov en Chile desde que en el año 1998 viniera la compañía del Teatro Kirov de San Petersburgo, que tuvo el privilegio de estrenar la ópera en 1874. Lejos de los melódicos dramas líricos italianos, esta obra no tiene mucho que ver con arias o duetos de lucimiento, pero sí con una progresión dramática robusta. El propio cinesta Andrei Tarkovsky dirigió una elogiada versión en 1984 en el Covent Garden de Londres.

"Lo mejor de esta ópera es la línea de expresión, pues la línea de canto casi no existe. No está el tradicional modelo de otras óperas rusas o italianas. El personaje de Boris Godunov tiene en realidad un gran recitativo y por eso además hay que ser un muy buen actor. Sin embargo, si el actor descuida lo vocal, está perdido", enfatiza Scandiuzzi.

Tras tomar el trono en el año 1598 en un momento difícil para Rusia, Boris Godunov gobierna con mano firme y hace florecer la sociedad de su país. Los enemigos políticos, sin embargo, son muchos y nadie olvida que el zar mandó a matar al joven Dimitri, el verdadero heredero de la monarquía. Los delirios de conspiración consumen a Godunov, quien se torna más violento. Al mismo tiempo, el noble Gregori se hace pasar por Dimitri y se echa a correr el rumor de que el auténtico sucesor al trono no estaba muerto y que avanza con sus tropas desde el Oeste. La ópera tiene una doble dimensión sicológica y política en un personaje cercado por el poder y por su sentido de culpa.

Roberto Scandiuzzi valora la ambición de esta pieza: "Para hacer de Boris Godunov hay que tener experiencia, años en el escenario. No se necesita sólo ser un buen cantante. No es para cualquiera. Dramáticamente es maravilloso: puede ser un villano, un tirano o una víctima. Creo que es un hijo de su tiempo, a fin de cuentas. Es quien debe hacerse cargo de la situación que le tocó vivir y lo hace como puede. Es un mal necesario y trata de arreglar algunas cosas de su país".

De Chaliapin a Scandiuzzi

A pesar de que en Chile la presencia de la ópera italiana ha sido arrolladoramente superior durante los 150 años del Teatro Municipal, Boris Godunov ha tenido una presencia que encaja en el cuadro de honor. Se ha representado en sólo tres oportunidades, pero la primera de ellas -en 1930- fue encabezada por el bajo ruso Fedor Chaliapin, uno de los mejores cantantes del siglo XX y responsable él mismo de popularizar Boris Godunov en el mundo. Chaliapin instauró un estilo de canto donde la actuación era fundamental.

Aquella tradición de histrionismo y música también es defendida por Roberto Scandiuzzi, enemigo de los excesos en algunas producciones modernas. "Lo que me gusta de la régie de Hugo de Ana es que respeta la historia de Mussorgsky. Eso no pasa muy a menudo con los directores de escena modernos, que se inventan cuentos para satisfacerse a sí mismos y se olvidan de lo que trata la obra. En el canto también hay excesos: hoy muchos bajos creen que cantar es gritar, vociferar. Y de lo que se trata es de trabajar y tener un método", dice.

Boris Godunov, la más rusa de las óperas, llegará entonces a Chile por cuarta vez protegida por el manto de la tradición.

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jul 18

Ópera Boris Godunov, la tragedia del Zar vuelve al Municipal

Con una magnífica puesta en escena, a cargo de Hugo de Ana, la obra cumbre de la ópera rusa, de Modest Mussorgsky, promete convertirse en el hito de la temporada.
En una co-producción con el Teatro Massimo de Palermo, esta producción luego partirá a Italia.
El elaborado vestuario fue realizado por la casa italiana Tirelli Costumi, que acumula 14 óscares por sus trajes para famosas películas, como La edad de la inocencia, y series, como The Tudors.



Con una magnífica puesta en escena, en co-producción con el Teatro Massimo de Palermo, vuelve al Teatro Municipal la ópera Boris Godunov, de Modest Mussorgsky, obra cumbre de la música lírica rusa.

Boris Godunov interpretado por Roberto Scadiuzzi

La dirección musical de la Orquesta Filarmónica estará a cargo del maestro ruso Alexander Chudovsky, y la dirección de escena, la escenografía, el vestuario y la iluminación, serán responsabilidad del destacado artista argentino, Hugo de Ana, quien el año pasado se lució con Macbeth. El desafiante rol de Boris Godunov será interpretado por Roberto Scandiuzzi, considerado uno de los mejores bajos del mundo, mientras que el papel de Marina, será cantado por Anna Victorova. El elenco será completado por Miriam Caparotta, Diletta Rizzo Marin, Lina Escobedo, Maxim Paster, Vitaliy Bilyy, Ain Anger, Mikhail Gubsky, Alexander Teliga, Pablo Ortiz, Claudia Godoy, Exequiel Sánchez, Carlos Guzmán, Pablo Oyanedel, Leonardo Navarro, Cristián Moya, Arturo Jiménez.

En el elenco estelar, participarán Alexey Tikomirov, Alexey Antonov, Oleg Balashov, Alina Shakirova y Dmitri Ovchinnikov.

Pueblo ruso interpretado en ópera

El Coro del Teatro Municipal, dirigido por el maestro Jorge Klastornick, jugará un papel fundamental, representando al pueblo ruso, gran protagonista de esta ópera.

Esta producción luego partirá para Italia para ser representada en el Teatro Massimo de Palermo.

Un zar asfixiado por la culpa

Esta magistral ópera, basada en el drama homónimo de A. Pushkin, fue estrenada en 1874 en San Petersburgo. Se la considera la más grande, completa y profunda de todo el repertorio ruso y con el tiempo ha llegado a ocupar un lugar privilegiado en la lírica universal. El verdadero protagonista es el pueblo ruso, doliente y sometido – representado aquí por el coro-, víctima de juegos de poder y ambición de la clase dirigente.

El relato trata de Boris Godunov, zar de Rusia durante el siglo XVI, su conciencia culpable por el asesinato de quien debía gobernar en vez de él, la relación con sus hijos y su muerte, así como de Dimitri, un noble falso y fugitivo, sus relaciones con la princesa Marina y su pretensión al trono. Gran protagonista es el pueblo ruso, maltratado por los cambios políticos, obligado a alegrarse y vitorear cuando lo ordenan los soldados, deshecho por salvajes actuaciones de una justicia burda, y de donde surge la patética figura del Idiota, que lamenta la infelicidad de Rusia.

Magnífico vestuario







El vestuario de esta ópera está constituido por más de 300 prendas elaboradas con finas telas y pedrería, imitando lo más verazmente posible la lujosa moda de la corte rusa del siglo XVI. Para ello se encargó su fabricación a la casa italiana Tirelli Costumi (www.tirelli-costumi.com), responsable de la realización del vestuario de películas como El nombre de la rosa, Alicia en el país de las maravillas, María Antonieta, La edad de la inocencia; y exitosas series, como The Tudors. Su excelencia le ha merecido 14 óscares y 24 nominaciones.


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BORIS GODUNOV de Modest Mussorgsky



Esta magistral ópera basada en el drama homónimo de A. Pushkin, fue estrenada en 1874 en San Petersburgo. Se la considera la más grande, completa y profunda de todo el repertorio ruso y con el tiempo ha llegado a ocupar un lugar privilegiado en la lírica universal. El verdadero protagonista es el pueblo ruso, doliente y sometido – representado aquí por el coro-, víctima de juegos de poder y ambición de la clase dirigente. En el rol de Boris Godunov estará Roberto Scandiuzzi, considerado entre los mejores bajos del mundo. El relato se centra en la figura de Boris Godunov, zar de Rusia durante el siglo XVI, hombre atormentado y culposo que llega al poder, exponiendo al pueblo ruso al maltrato debido a los cambios políticos y las injusticias. En contraposición, se encuentra Grigory/Dimitri, un noble falso y fugitivo que busca la venganza y el trono.

BORIS GODUNOV

Modest Mussorgsky
(Revisión orquestal de Rimsky-Korsakov 1908)
Ópera en cuatro actos basada en la obra Boris Godunov de Alexander Pushkin

Reparto

Boris Godunov
Roberto Scandiuzzi / Alexei Tikhomirov *
Fiodor
Miriam Caparotta
Xenia
Diletta Rizzo Marin
La Nodriza
Lina Escobedo
Príncipe Shuisky
Maxim Paster
Andriei Shelkalov
Vitaliy Bilyy
Pimen
Ain Anger / Alexei Antonov *
Falso Dimitri
Mikhail Gubsky / Oleg Balashov *
Marina Mnishek
Anna Victorova / Alina Shakirova *
Rangoni
Vitaliy Bilyy
Varlaam
Alexander Teliga / Dmitri Ovchinnikov *
Missail
Pablo Ortiz
La Posadera
Claudia Godoy
El Idiota
Exequiel Sánchez
Nikitich, oficial de la policía
Carlos Guzmán
Mitúja, campesino:
Pablo Oyanedel
Un boyardo de la Corte
Leonardo Navarro
El boyardo Jrushchov
Leonardo Navarro
Lavitsky, jesuita
Cristián Moya
Chiernikovsky, jesuita
Arturo Jiménez

-Dirección de escena, escenografía, vestuario e iluminación
Hugo de Ana
-Asistente de dirección de escena
María Bermúdez
-Asistente de escenografía
Juan Guillermo Nova
-Asistente de vestuario
Cristina Aceti
-Asistente de iluminación
Ricardo Castro
-Coreografía
Jaime Pinto
-Repositor segundo elenco
Rodrigo Navarrete
-Orquesta Filarmónica de Santiago

Director:
Konstantin Chudovsky /José Luis Domínguez *

Coro del Teatro Municipal
Director: Jorge Klastornick

Coro de Niños The Grange School
Directora: Claudia Trujillo

Co-producción con el Teatro Massimo de Palermo

INTERNACIONAL JULIO 22 • 25 • 27 • 30
FUNCIÓN PRIVADA JULIO 19

ESTELAR JULIO 23 • 26 • 29
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lunes 25 de julio de 2011

"Boris Godunov", elenco estelar, en el Teatro Municipal:
Una de las mejores producciones de los últimos años

Andrés Yaksic



El gran mérito es del régisseur Hugo de Ana, quien construye una escenografía sorprendente, magnífica, que funde en un conjunto armónico incontables detalles. Algunos recogen la tradición rusa con realismo -como la iconología religiosa de la Virgen de Vladimir o la evocación del filme "Iván el Terrible" (1944) de Eisenstein-; otros se despliegan en abstracciones que recrean la atmósfera histórica, más vital que, por ejemplo, una recreación realista de los interiores del Kremlin. El resultado de este justo equilibrio es perfectamente actual, sin ningún clisé de "modernización". Además de la belleza escénica, hay también un enorme desafío técnico: una estructura móvil de cinco toneladas modifica y refresca constantemente la escenografía, y pasa de un cuadro a otro manteniendo una línea dramática continua. La iluminación es otro acierto, espectacular en el "Acto polaco", en el que casi por sí sola configura la acción. El vestuario está trabajado con extraordinaria prolijidad. La régie es ágil y pletórica de indicaciones que los cantantes -transfigurados por De Ana en estupendos actores- saben aprovechar. El coro, sobresaliente, tanto vocalmente como en la proyección teatral. Notable la incorporación del coro de niños, muy disciplinados y con las entradas a tiempo.

La Orquesta Filarmónica, dirigida por José Luis Domínguez con vitalidad, transmite la emoción de la partitura con interesantes matices y uso de los tempi , notable color y fuerza en los bronces.

Alto nivel vocal en un segundo elenco de lujo, con un contingente de artistas rusos en todos los roles protagónicos. Alexei Tikhomirov es un Boris de gran presencia escénica, con una expresividad que hace visible el alma de la Rusia de Mussorgsky. Domina toda la gama de su tesitura e incorpora interesantísimos aspectos dramáticos. Alina Shakirova, una mezzo soberbia; con agudos justos y piani suaves, alterna perfectamente el retrato de la Marina desafiante y la sumisa. Maxim Paster interpreta a Shuisky en ambos elencos con notable proyección teatral, y su relato final sobre la locura de Boris es desgarrador. Vitaliy Bilyy es un gran Rangoni. El Pimen de Alexey Antonov proyecta nobleza, con timbre suave y aterciopelado, aunque la línea de canto es a ratos plana. Varlaam está a cargo de Dmitry Ovchinnikov, bien en lo actoral, pero la voz requiere más calibre. Oleg Balashov fue un excelente Grigori en el primer acto; bajo el atuendo de monje, ya transmite la energía y ansiedad de quien desafiará al zar. En el "Acto polaco" su voz se debilitó y, por un resfrío, tuvo que evitar algunas notas. Correcto el resto de los roles y comprimarios, siendo especialmente destacable "El idiota" que encarna el chileno Exequiel Sánchez.

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