martes, 31 de mayo de 2011

Chile, La isla de las aves

www.emol.com
domingo 29 de mayo de 2011





Famoso por su canto, el chucao es un personaje clásico de Chiloé.
El sietecolores es conocido como el pájaro más bonito de Chile

Chile es una suerte de isla para los pájaros gracias la cordillera, el desierto y el océano. Con cientos de birdwatchers que cada año vienen sólo para ver especies únicas, la afición cada día atrae a más seguidores locales.

Rodrigo Cea / Recuadros: Sebastián Montalva W.
"Al momento de abandonar Chile, me di cuenta de que mirar nuevas especies de aves había sido la única actividad que podía contar entre las que no me aburrieron", escribió Jonathan Franzen en un artículo publicado en la edición especial de viajes, de abril pasado, del semanario The New Yorker. Autor de la ya clásica Las Correcciones y catalogado como el mejor novelista estadounidense contemporáneo, Franzen viajó hasta la isla Más Afuera también llamada Alejandro Selkirk, en el archipiélago de Juan Fernández , para escribir un ensayo sobre la lectura in situ de Robinson Crusoe, echar al viento parte de las cenizas de su amigo también escritor David Foster Wallace y, al igual como otros cientos de extranjeros cada año, para observar aves.

Muy por debajo de las más de 1.800 especies que, por ejemplo, se encuentran en Perú, Chile con unas 450 está lejos de ser un paraíso de las aves. En cambio, sí se trata de una especie de isla gracias a sus barreras naturales, como el desierto de Atacama, la cordillera de los Andes y el océano Pacífico. Así, en el país vuelan especies únicas: imanes para los fanáticos del birdwatching, para quienes observar pájaros escasos es un asunto crucial.

Incluido Jonathan Franzen, quien en el mismo ensayo, titulado Farther Away, denotó esa debilidad: "La población de rayaditos, la mayoría de los cuales vive en una zona de gran altitud de la isla [Más Afuera] llamada Los Inocentes, hoy sólo alcanza a poco más de quinientos. Muy poca gente ha visto uno alguna vez".

Los primeros registros de interés por los pájaros chilenos datan de mediados del siglo 19, cuando el naturalista francés Claudio Gay dibujó una docena de especies nacionales emblemáticas, como la tagua, la loica y el sietecolores. Publicadas en su Atlas de la historia física y política de Chile, las doce ilustraciones son el primer hito en la bibliografía nacional sobre la materia, que tuvo su primer texto dedicado de manera exclusiva a las aves en 1932. The Birds of Chile se tituló el libro sin dibujos y en inglés del estadounidense Carl Hellmayr, quien es considerado el pionero en la ornitología local.

Publicado en dos partes, en 1946 y 1951, el primero libro en español fue Las Aves de Chile, su conocimiento y sus costumbres. Dos de sus autores, J. D. Goodall y A. W. Johnson el tercero es Rodolfo Philippi fueron también los primeros guías de birdwatching en el país, quienes a mediados del siglo pasado recibían entre uno y dos grupos de turistas cada año, la mayoría ingleses y norteamericanos.

Jürgen Rottmann santiaguino, por si las dudas cursaba segundo año de veterinaria cuando en octubre de 1962 hizo su primer viaje como guía experto en aves chilenas. Lo recuerda así: "Fui porque mi maestro, Luis Peña, no pudo guiar la expedición de un grupo de ornitólogos de gira por Sudamérica. En tiempos que no había agencias dedicadas al rubro, fuimos a recorrer de Puerto Montt a la Patagonia".

Interesado en las aves desde niño, hoy Rottmann es considerado como el máximo referente vivo de la ornitología en Chile. Caminando por su parcela semisalvaje en Talagante donde se dedica al cultivo comercial de plantas acuáticas, bambú, peces y aves ornamentales, y mantiene además el centro de recuperación de aves rapaces de la Unión de Ornitólogos de Chile (Unorch), a él le cuesta repasar su propia historia pues cada dos minutos la interrumpe para comentar "ahí va un zorzal", "ése es un queltehue"o "ahí pasó un tiuque".

Con look de científico loco, frente a uno de los tres cóndores que mantiene en rehabilitación, Rottmann recuerda que trabajó por quince años en el Ministerio de Agricultura, la mayoría en Conaf, que durante cinco escribió la columna de naturaleza "Cosa de mirar" en esta misma revista, que fue presidente de la Unorch y recalca que gracias a las aves se ha ampliado su mundo. "El mismo que se abre con un microscopio dice. Por eso es que cada vez más personas se interesan por esta disciplina; gente proveniente de las más diversas áreas".

Uno de los aficionados locales que más llama la atención es el ex rector de la Universidad Católica Pedro Pablo Rosso. Médico pediatra de profesión, Rosso se define antes que todo como una persona contemplativa e interesada en la naturaleza. "Y es en esa contemplación que uno descubre que desconoce lo que mira: las rocas, los árboles, las aves explica. Entonces, uno se da cuenta de que es como una especie de analfabeto que se entretiene viendo un libro ilustrado".

Rosso comenzó a interesare en los pájaros hace unos veinte años cuando los fines de semana coincidía en Santo Domingo un lugar privilegiado para el birdwatching, según él con su amigo Jaime Álvarez, neurobiólogo y, por supuesto, fanático de las aves.

Ambos médicos terminaron publicando juntos en 2003 Aves de la Costa Chilena, una guía específica sobre especies del litoral central chileno, en la que Rosso aportó con las ilustraciones en témpera de los pájaros.

Con viajes a las Galápagos y otro programado a las Malvinas para ver aves, quien fuera rector de la UC por una década dice que su "sesgo biológico" es lo que mejor ayuda a explicar su afición: "A mí me maravilla el vuelo y las adaptaciones que exhiben las diversas especies. Pero también resultan atractivas las muchas cosas que aún se desconocen sobre la conducta de las aves".

El misterio es una de las razones que más se repiten a la hora de intentar explicar la creciente inclinación local por las aves. Cosas como que hasta hoy nadie sabe con certeza cómo se orientan cientos de especies que cada invierno migran entre un hemisferio y otro, o cómo la aguja colipinta Limosa lapponica, en lenguaje científico es capaz de cubrir en ocho días sin escalas ni alimentos los 11.500 kilómetros que separan Alaska de Nueva Zelanda.

Más allá de los enigmas que entrañan los pájaros, todos los entrevistados en este artículo coinciden en que las aves destacan en la naturaleza por el vuelo, colorido y su capacidad para cantar. Y si de interesados en el canto de las aves se trata, en Chile el nombre es uno solo: Guillermo Egli.

Nacido en Suiza en 1932, Egli llegó con 25 años como profesor de biología al Colegio Suizo de Santiago. "Mientras allá era algo de todos los días, acá nadie se preocupaba por las aves", recuerda. Egli comenzó a enfocarse en las "vocalizaciones de las aves" gracias a un amigo que le hizo notar que el canto del chincol cambiaba dependiendo de la zona que habitara; es decir, que tenía dialectos diferentes.

Desde ese día se dedicó a registrar la mayor cantidad de cantos posibles y gastó más de 40 años recorriendo el país para grabar los sonidos de las 110 aves más típicas que componen su disco Voces de aves chilenas; trabajo reconocido como uno de los más importantes en la ornitología nacional.

Autor con Juan Aguirre de la guía Aves de Santiago, Egli ya alejado de la investigación explica que no todas las aves son pasiformes o cantoras, y que éstas ocupan sólo 45 de las 110 pistas que figuran en su disco. El resto son gritos de aves, como de gaviotas, o de sonidos instrumentales, como el tc-tc-tc del carpintero.

"Se puede aprender mucho sobre aves a través de su canto, pues éste forma parte esencial de sus vidas. Los pájaros no cantan porque es bonito para nosotros", explica Egli, quien, con la máxima autoridad posible, asegura que la tenca es la especie con el canto más bonito en Chile (escuche un especial interactivo con su top ten de las aves cantoras chilenas en www.emol.com).

Además del canto, el colorido y de la capacidad para volar, algunos reconocen que la diversidad de especies es otro de los aspectos que más le llaman la atención en las aves. Una de esas personas es el ex gerente general de laboratorios Silesia, Leopoldo Drexler, quien empezó a interesarse en las aves de un modo fortuito.

Hace poco más de diez años, él estaba de vacaciones en Pucón cuando se dio cuenta de que las aves que llegaban al pasto frente a su cabaña eran desconocidas. "Comencé a tomarles fotos y cuando tenía de unas veinte distintas partí a comprar un libro dice. De manera autodidacta las identifiqué y al final del verano tenía registrada a unas cuarenta. Entonces, me embalé".

A tanto llegó su entusiasmo que terminó publicando Las aves en Chile, trabajo fotográfico que resumió cinco años de viajes tras aves por casi todo el país.

Del mismo modo que en Drexler, la fotografía es la manera tangible en que se manifiesta el entusiasmo por las aves del presidente de la Unión de Ornitólogos de Chile, Raúl Demangel. Ingeniero civil hidráulico de profesión, él dice que catalogarse como "aficionado a las aves" es poco y se asume como un "adicto a los pájaros".

Con decenas de expresiones como "andaba pajareando" y "de una plumada" en su discurso, Demangel cuenta que hace 14 años hizo un curso de avistamiento y desde entonces no ha parado de llevar su cámara a todos lados. "Lo más común entre los aficionados chilenos es que se dediquen a fotografiarlos", dice.

Un caso emblemático de esa tendencia es Juan Tassara, técnico universitario automotriz y ex ferretero, más conocido por crear Avesdechile.cl, la web ornitológica más importante del país. Reflejo de su interés por las aves, la fotografía y la computación, a mediados de los años 90 ideó la página, que desde un comienzo se transformó en un referente. Más allá de su idea, Tassara destaca que el sitio no sería lo mismo sin los comentarios, datos y sobre todo las fotografías de los más de 250 "socios cooperadores" que constantemente envían material nuevo para la web.

A diferencia de los chilenos, la mayoría de los birdwatchers que llega al país no andan tan interesados en fotografiar aves como sí en registrarlas en sus libretas, las famosas checklist.

Capaces de atravesar de manera literal medio mundo sólo para hacer una raya, los llamados "ticketeros" son mayoría en la fauna de observadores de aves casi todos ingleses y estadounidenses que llegan a Chile; donde ya existen cinco empresas, entre Putre y Punta Arenas, dedicadas de manera exclusiva al turismo ornitológico (ver recuadro Guías y Viajes).



Según el presidente de la Unorch, Raúl Demangel, muchos turistas vienen a ver aves a Chile pese a que éste es el país con menos diversidad del Cono Sur. A cambio, dice, Chile es una isla gracias al desierto, el Pacífico y los Andes; cuestión que implica que algunas especies de las 10 mil existentes en el planeta habiten sólo aquí. "Los pájaros que vuelan bien pueden cambiar de hemisferio en invierno, otros pueden moverse un poco más al norte para capear el frío, pero existen algunos que no se pueden desplazar tanto", explica Demangel.

Dos especies endémicas muy codiciadas por los turistas en Chile son la turca y el tapaculo, seguidas por el hued-hued y el chucao que son semiendémicas pues también habitan en Argentina. Los birdwatchers también van al extremo austral para ver especies como el canquén colorado en Tierra del Fuego y al pingüino magallánico en el Estrecho. Los más pudientes llegan a la Antártica para marcar en su checklist el codiciado ticket frente a la figura del pingüino emperador.

Además, gracias a la riqueza alimenticia de la corriente de Humboldt, Chile destaca por sus aves marinas: de las más de cien especies que se pueden observar en la costa, 60 de ellas nidifican acá (mientras que en todo Brasil lo hacen nada más que tres).

Cada vez más jóvenes y mujeres se están interesando por las aves en Chile. Aún lejos de la afición en este orden de ingleses, estadounidenses, alemanes y argentinos, el presidente de la Unorch destaca que cada día son más las interesados en asistir a los cursos de la agrupación (los primeros lunes de cadames a las 19 horas, más información en www.unorch.cl).

Demangel cree que además hay muchos otros jóvenes que se dedican al avistamiento de aves de manera independiente, a los que no les interesa pertenecer a la Unorch, organización que cuenta con 200 miembros activos y con más de mil inscritos desde mediados de la década del 80.

Un ave rara en los registros de la agrupación es María Paz Escalona que, con 24 años, el lunes recién pasado fue elegida secretaria del directorio de la Unión de Ornitólogos de Chile. Estudiante de pedagogía en biología y ciencias naturales, ella llegó por primera vez a una reunión de socios con 18 años. Luego, hizo cursos sobre las técnicas de campo para el estudio de aves silvestres y desde entonces sueña con ser ornitóloga. "Para mí esto no es un hobby, sino un quehacer científico dice María Paz. Lamentablemente en Chile no existe la especialidad y por eso estoy pensando en terminar mi carrera y partir a estudiar ornitología afuera".

Así lo hizo Álvaro Jaramillo, el chileno más famoso en el mundo del birdwatching. Autor de la guía más exitosa a nivel internacional, Birds of Chile publicada en Estados Unidos, Inglaterra y España, Jaramillo se fue a los ocho años a vivir a Canadá, en donde comenzó su afición por las aves. A los 17 años, regresó a Chile para visitar a familiares y luego partió a ver aves por el país. Interesado sobre todo en las especies marinas, un día llegó al terminal de pescadores artesanales de Valparaíso: "los pescadores pensaban que yo era un loco recuerda Jaramillo al teléfono desde su casa en California. Zarpamos a las 4:00 de la mañana y nos metimos hasta no sé dónde en la lancha. Vi fardelas blancas y negras, y regresamos a vender pescados en el mercado".



De regreso en Norteamérica, Jaramillo estudió biología y cursó varias especializaciones en aves y naturaleza. "Por suerte puedo decir que las aves son mi trabajo y, más allá de eso, mi forma de conocer el mundo", dice Jaramillo, quien tardó cinco años investigando para publicar Birds of Chile en 2003. "Lo difícil fue sacar el libro en castellano dice, pero ahora veo que cada vez hay más interés en Chile".

Contratado por una empresa de Texas y con su propia agencia Alvaro's Adventures, en California, Jaramillo viene a Chile una vez al año para guiar grupos de estadounidenses, canadienses e ingleses. "El circuito típico dura entre dos y tres semanas y pasa por Arica, Putre, la zona central, los bosques de la Araucanía, la Región de los Lagos, Chiloé y Magallanes cuenta. Las aves más codiciadas son los petreles, las fardelas de alta mar, la becacina pintada y el pato cortacorrientes".

¿Cómo explica que tantas personas crucen medio mundo sólo para ver aves?

Casi siempre se trata de gente jubilada que, con un poco más de plata, se da el gusto de ver en vivo y en directo lo que siempre ha visto en libros o en documentales de televisión dice Jaramillo. La gente en Chile ve un pingüino y no le da importancia porque viven ahí, junto a ellos. Pero para los birdwatchers de afuera observar un pingüino es como mirar un tigre o un oso polar. Además, existe un valor que los chilenos no consideran: el paisaje. Los Andes, los lagos del sur y la Patagonia están entre los más bonitos del planeta y muchas personas que viven en Miami donde la mayoría de los chilenos quiere ir sueñan con conocerlos.


5El bailarín, según el naturalista Claudio Gay.

Doce ilustraciones de Claudio Gay son el primer hito científico de la ornitología local.

Algunas de las aves más codiciadas por los extranjeros son los petreles, las fardelas de alta mar y la becacina pintada.

Leer y Observar



Aparte de las guías de campo, hay varios libros que complementan la observación y el estudio de las aves en Chile, como Lista comentada de las aves de Chile (2004), de Manuel Marín, uno de los registros más completos del país, y Chile, refugio de vida (2010), de Jean Paul de la Harpe, con muy buenas fotografías. En cuanto a textos históricos, los expertos citan la obra de los naturalistas J.D. Goodall, A.W. Johnson y R.A. Phillipi, especialmente Las Aves de Chile, su conocimiento y sus costumbres, tomos 1 y 2 (1946 y 1951, respectivamente), que contienen las primeras descripciones de las especies chilenas. Además, muy buena información taxonómica se encuentra en el sitio www.avesdechile.cl; canto de aves en xeno-canto.org y últimos registros en ebird.org/content/chile.

Lista de útiles
1 BINOCULARES. Se recomiendan los de medida 8x42 y 10x42: mientras más grande el número, mayor es el campo visual y la captación de luz. Precio referencia: desde $80.000.

2 GUÍA DE CAMPO. La Biblia de todo observador de aves. Es preferible que tenga ilustraciones en vez de fotografías, pues revelan más características y vistas de los pájaros. La más famosa es Aves de Chile, de Álvaro Jaramillo (precio referencia: $32.000), pero también están las de Daniel Martínez y Gonzalo González, y la de Braulio Araya.

3 VESTUARIO. Use colores de camuflaje para no llamar la atención. Una chaqueta de fotógrafo o de safari, color tierra, puede ser muy útil. Precio referencia, $99.990.

4 CELULAR INTELIGENTE. Un smartphone puede dar acceso a mapas, GPS y aplicaciones diseñadas para ver pájaros (aunque por ahora sólo hay para aves extranjeras, como Audubon Birds para iPhone). Pero también sirve como reproductor de sonidos: cargue, por ejemplo, el esencial CD Voces de Aves de Chile, de Guillermo Egli (precio referencia: $7.000).

5 TELESCOPIO. El también llamado spotting scope es muy útil para observar con más detalle especies quietas en humedales y lagunas. Precio referencia: $99.990.

6 LIBRETA DE NOTAS. Vital para registrar hora, lugar y características de la especie avistada, además de su forma física y conducta.

7 EXTRA. Hay artefactos que sirven para imitar el ruido de pájaros como las ocarinas (se encuentran en cualquier feria artesanal), y también está el bird caller, un tubo de madera con un tornillo que sirve para llamarlos (7 dólares en Amazon).

Tiendas: Unión de Ornitólogos de Chile, www.unorch.cl / Abtao, www.abtao.cl / Telescopios Chile, www.telescopioschile.cl / Mundo Fotógrafico, www.mundofotografico.cl

Dónde ir

13Humedal de Lluta, a minutos de Arica.

En el salar del Huasco se encuentran las tres especies de flamencos que viven en Chile

ZONA NORTE: entre los lugares más cotizados están las partes bajas de los valles de Lluta y Azapa, en la Región de Arica y Parinacota: allí habitan especies esquivas como el picaflor de Arica o el chorlo cabezón. Otras zonas son los alrededores de Putre y el bofedal de Parinacota, con especies emblemáticas como el chorlo cordillerano y el cuervo del pantano de la Puna. También famosos son el salar de Surire, para ver flamencos, y la laguna Miñiques, en San Pedro de Atacama, donde nidifica la tagua cornuda.

ZONA CENTRAL: cerca de Santiago, un sitio muy procurado por los extranjeros es el Embalse del Yeso, en el Cajón del Maipo, para ver chorlos cordilleranos, chiricocas, turcas y cóndores. También destaca el humedal de Lampa y Batuco: pese a su abandono aún es posible ver muchas especies de patos; y el circuito del humedal del Yali y la desembocadura del río Maipo, donde llegan aves migratorias como flamencos y gaviotas Franklin. Otro punto emblemático es el Parque Nacional La Campana, con especies del bosque esclerófilo como el tapaculos y el canastero.

ZONA SUR: destacan sitios como el Parque Nacional Conguillío, en la Región de la Araucanía, ideal para ver aves de bosque como el carpintero negro o el hued-hued; y en el norte de Chiloé, sitios como el estuario de Caulín, donde llegan flamencos en invierno, o Puñihuil, donde habitan pingüinos de Humboldt y Magallánicos.


1Frente a Punta Arenas, la isla Magdalena es famosa por sus pingüinos.

6En Puerto Williams se avistan aves marinas de gran tamaño.

ZONA AUSTRAL: además del Parque Torres del Paine, en Punta Arenas hay puntos especiales como el amenazado humedal Tres Puentes, hábitat de especies en extinción como el canquén colorado; o la isla Magdalena, ideal para ver pingüinos. Pero los expertos destacan especialmente la estepa patagónica, al norte de Tierra del Fuego, por sus características geográficas y climáticas y por sus especies como el cazamoscas chocolate o el yal austral.

Guías y Tures
* ABTAO: El biólogo y fotógrafo Jean Paul de la Harpe organiza diversos viajes y cursos de fotografía de naturaleza. www.abtao.cl

* ALTOANDINO: Tiene tures en el Parque Nacional Lauca y alrededores, guiados por la naturalista Barbara Knapton. www.birdingaltoandino.com

* FANTASTICO SUR: se especializa en la Patagonia. El guía a cargo es el naturalista Enrique Couve. www.fsexpeditions.com

* ACONCAGUA BIRDING: Los ornitólogos Rodrigo Tapia y Rodrigo Reyes conducen tures en la Zona Central y el resto de Chile. www.aconcaguabirding.com

* NATURA PATAGONIA: El naturalista Ricardo Matus guía viajes por Magallanes, una de las regiones más apetecidas por los extranjeros que vienen a Chile en busca de aves. www.naturapatagonia.cl

Rodrigo Cea / Recuadros: Sebastián Montalva W..



www.unorch.cl

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3 comentarios:

  1. Estimada Melisa
    Muchas gracias por poner a nuestra disposición tan valiosa información. Para los extranjeros y neófitos en el tema, nos ayuda a tener un panorama amplio de la ornitología y avistamiento de aves en Chile y sus nombres característicos que supongo tienen raices aborígenes en algunos casos u onomatopéyicas en otros.
    Sigue adelante con tu excelente blog
    Un cordial saludo desde Argentina
    Graciela

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  2. Interesante información muchas gracias por publicarla, yo hace ya un tiempo que me he interesado bastante por las aves y aquí he encontrado algunos datos que desconocía, sigue así con tu blog que esta muy bueno.

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  3. Te pasaste, muchas gracias. Lindo blog!!!

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