domingo, 19 de diciembre de 2010

Sociedad de Instrucción Primaria: la aventura exitosa del compromiso privado con la educación

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Fecha: 19 de diciembre de 2010

Nueva publicación La desconocida historia de la SIP, de cara al Bicentenario
Sociedad de Instrucción Primaria: la aventura exitosa del compromiso privado con la educación

Nació hace más de 150 años en el momento en que el Estado iniciaba su labor docente con los niños, inaugurando la enseñanza obligatoria. Los hermanos Claudio y Augusto Matte dieron impulso, junto a otras personalidades del siglo XIX, a una de las más fructíferas iniciativas educacionales de nuestra historia, vigente hasta hoy.




Maite Armendáriz Azcárate
Hubo que utilizar toda la imaginación y actuar con perseverancia para lograr que los niños asistieran a la escuela, que lo hicieran con regularidad, y que luego no dejaran de acudir. Ésa fue la primera gran dificultad que enfrenta en sus comienzos la Sociedad de Instrucción Primaria. La institución, que hoy forma a 18 mil 600 alumnos en sus 17 colegios y presta asesoría a otros tantos, se lanza en esta labor cuando en Chile, para la mayor parte de su población, la idea de la escuela como un lugar donde los niños debían asistir casi todos los días de la semana era algo completamente desconocido, para los posibles alumnos y para sus propios padres", apunta Pilar Hevia Fabres, doctora en historia de la PUC. La profesional lidera una nueva investigación que acaba de ser publicada en la que cuenta la historia de la Sociedad de Instrucción Primaria en sus más de 150 años de vida.

"También estaba el tema de cómo organizar la vida diaria de los niños en la escuela, cómo debían comportarse en la sala, qué debían aprender y cómo enseñarles. Todos asuntos que nos parecen hoy muy conocidos, pero que hace poco más de 150 años eran una novedad para un sistema educacional masivo". Sus impulsores veían una relación evidente entre escuela, alfabetización y "civilización" y, por lo tanto, educar a la población era una tarea fundamental y urgente para promover el desarrollo del país.

En un lenguaje directo y ameno, estas páginas bien ilustradas con fotos históricas no sólo narran los grandes desafíos que enfrenta en su historia la propia SIP, sino también los que debió plantearse el Estado chileno desde el momento en que se propuso crear un sistema de enseñanza primaria de alcance nacional.

"La Sociedad de Instrucción Primaria -hoy SIP. Red de Colegios- se instaura justo en ese momento, con la finalidad de colaborar con el Estado en este gran propósito", dice Hevia. Asegura que, a través de su investigación, en la que trabajó junto a Joaquín Fernández y David Home, se propuso intentar conocer y entender la particular mística de la SIP.

Bastaba un local y un par de bancas





En ese período inicial, el espacio denominado "escuela" era algo mucho más flexible de lo que hoy podríamos imaginar, pues bastaban un local -la habitación de una casa, algún espacio prestado por la municipalidad o por un particular-, un par de bancas y un preceptor, muchas veces sin preparación formal y viviendo en la misma sala o en una contigua. Más un grupo inestable de alumnos. "Esta misma simplicidad en la infraestructura escolar posibilitaba abrir y clausurar escuelas con relativa frecuencia, lo que fue una práctica común durante los primeros treinta años de la SIP. Eran "escuelas itinerantes". Se desarrollaba toda una publicidad para atraer a los alumnos. La primera escuela que contó con un local propio fue la Italia en 1874, casi veinte años después de fundada la sociedad".

La impronta de Claudio Matte



El libro revela la labor de Claudio Matte en la Sociedad de Instrucción Primaria, considerado como el fundador de las antes llamadas "escuelas Matte" y recordado creador del conocido Silabario Matte o Silabario del Ojo. Su contacto con la institución fue a través de su hermano Augusto, quien fue presidente de la Sociedad a fines del siglo XIX; "mientras Claudio (por motivos de salud), siendo aun joven, realizaba un viaje por Europa, que duraría casi seis años". Pilar Hevia destaca que Matte recorrió ciudades, especialmente alemanas, que habían llevado a la práctica reformas en la enseñanza primaria, obteniendo muy buenos resultados. "En ese contexto de innovaciones y nuevas perspectivas, el interés de Claudio Matte, después de aprender alemán, se volcaría principalmente, en un primer momento, hacia el estudio específico de los métodos de enseñanza de la lecto-escritura. Su trabajo en ese campo daría luego origen a su creación más conocida, el Método Matte".

La autora relata de qué modo, durante semanas, Matte concurrió a numerosas clases de educación primaria. Sentado atrás en la sala, observaba la forma en que los profesores entregaban sus contenidos y de qué manera los alumnos aprendían lo enseñado. "Fue en medio de estas sesiones que Matte, reflexionando, discurrió acerca de la causa que, a su juicio, impedía el adecuado desarrollo de la enseñanza en Chile: más que fomentar el observar, el pensar y el entender, en nuestras escuelas se enfatizaba el memorizar". Con la llegada del Método Matte a la Sociedad, en 1885, y su pronta aplicación en algunas de sus escuelas, se evidenció que los alumnos instruidos con este sistema ya podían leer y escribir con cierta facilidad al cabo de tres o cuatro semanas de estudio.

"Para Claudio Matte, el desarrollo intelectual del niño debía ir acompañado de un buen desarrollo físico". No le bastó con propiciar las clases de gimnasia, una novedad para esos años. "Más tarde vino la instalación de consultorios clínicos para detectar a tiempo los problemas de salud, incluida la dental. La escuela, además de su labor pedagógica, se convertía en un espacio social específico, y en él debía llevarse a cabo una atención médico-higiénica de los niños".

Contenidos necesarios para la vida




Claudio Matte Pérez, en sus últimos años como presidente de la SIP.

En la actualidad, esta red conformada por 17 establecimientos se extiende entre las comunas más populares de la capital. Entre los aspectos fundamentales que se han dado en la historia de esta institución para que sus establecimientos hayan dejado de ser una escuela de instrucción sólo primaria y se hayan convertido en agentes educativos que preparan a sus estudiantes para la vida laboral y universitaria, la autora de esta investigación destaca la capacidad de adaptación y respuesta de la SIP a los cambios en el contexto educativo nacional, a los diversos desafíos prácticos que se le han presentado, como también a la realidad difícil o cambiante de los niños que asisten a sus establecimientos. "Esto fue así desde el comienzo, y lo es hoy. Por ejemplo, a pocos años de su fundación, el plan de estudios debió reacomodarse para hacerse cargo del hecho de que la permanencia de los niños en las escuelas solía ser breve. Por lo tanto, el nuevo programa entregaba un mínimo de contenidos básicos". De este modo, los niños que asistían un año adquirían ciertos conocimientos básicos de lectura, escritura, gramática, aritmética y geografía. Esto, trasladado a los últimos veinte años, significa una apertura a la innovación, y un entendimiento de que el espíritu, la excelencia y los valores de las escuelas primarias de la SIP podían traducirse también en una educación secundaria de calidad que otorgara continuidad al proceso de los alumnos".

Entre las personas que integraron la primera junta directiva, Domingo Santa María, Miguel Luis Amunátegui, Benjamín Vicuña Mackenna, Ignacio Ossa y Guillermo Matta, entre otros, primaba la convicción de que la educación es fundamental para el desarrollo del país, y al mismo tiempo la idea de que se trataba de una tarea que el Estado no podía asumir solo. También había una voluntad de ayudar a integrarse a la sociedad a aquellos sectores de la población menos favorecidos, y por lo tanto esta entrega de educación debía ser gratuita". Una parte importante de estos primeros dirigentes y colaboradores hicieron sus estudios secundarios en el Instituto Nacional y tenían una orientación cultural liberal y progresista.

"La experiencia educativa de la Sociedad ha confirmado que para modificar las prácticas de los docentes al interior del aula sigue siendo tan fundamental como antes la presencia de un visitador, un supervisor o, como se lo denomina ahora, un asesor pedagógico. Estos asesores, de distintas áreas académicas, realizan visitas periódicas a cada establecimiento, donde observan clases".

A profesionalizar la gestión


UNA EXPERIENCIA EDUCATIVA SOCIEDAD DE INSTRUCCIÓN PRIMARIA150 años.Investigación y textos: Pilar Hevia, Joaquín Fernández y David Home.Editora del proyecto: Verónica Matte.Editorial Origo

Con el objetivo de adecuarse a los nuevos tiempos y debido al tamaño que fue alcanzando con los años, otro de sus principales retos fue profesionalizar las diversas tareas de organización, gestión, y conducción de cada escuela. "Esta labor da cuenta del rol que le toca a Patricia Matte Larraín, su actual presidente, en la historia de la sociedad. Hasta la década de 1990, todos los trabajos de gestión se habían distribuido de manera natural entre familiares y conocidos de los consejeros, apelando a sus profesiones y habilidades, o bien se acudía a personajes destacados en el ámbito nacional, que eran comisionados para cada una de las tareas requeridas. Todos ellos trabajaban ad honorem y de acuerdo a su disponibilidad de tiempo". Hevia agrega que la idea de "profesionalizar la gestión", entonces, se refería a la necesidad de contratar a profesionales externos, remunerados adecuadamente, para que se hicieran cargo de administrar la institución. "Para las innovaciones propuestas era necesario contar con nuevos recursos económicos, dado que la subvención estatal no había experimentado un aumento significativo. Una de estas vías, autorizada por el Ministerio de Educación a través de la Ley de Subvenciones en 1993, era el 'financiamiento compartido', que permitía a las escuelas privadas ser subvencionadas".

La historiadora confirma que si bien en un principio los problemas de higiene y salud en que vivían la mayoría de los alumnos fue una de las dificultades que debieron solucionar con planes y programas concretos instaurados en la misma escuela, hoy también deben enfrentar la vulnerabilidad psicosocial que aflige a algunos niños que ingresan a la Sociedad. "Pero se tiene claro que esos alumnos no pueden ir quedando atrás y se les presta toda la ayuda necesaria para que salgan adelante, y un elemento muy relevante es involucrar a las familias en este proceso".
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lunes 20 de diciembre de 2010


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