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viernes 15 de octubre de 2010
Este proyecto Bicentenario incluye una plaza de juegos de agua y la renovación de la laguna artificial.
por Consuelo Terra
En la emblemática laguna del Parque Quinta Normal ya no hay patos, botes ni agua. Está seca. En su fondo se está construyendo una cama de hormigón de 10 centímetros de espesor para que resista el peso del agua y no se filtre. Su "cambio de look" será radical. En los próximos meses se construirán embarcaderos de madera y se plantará en los bordes vegetación anfibia, como papiros y calas, y plantas acuáticas: algas, nenúfares y lotos. Lo que se mantendrá son los antiguos árboles de la orilla y los clásicos botes a remo, pero que tendrán un diseño más seguro.
La renovación de la laguna es uno de los hitos del proyecto de remodelación del parque, cuyo diseño fue encargado al arquitecto Teodoro Fernández por el Ministerio de Vivienda, que invirtió 2.500 millones de pesos en esta obra Bicentenario.
Según el arquitecto del Departamento de Planes y Programas del Minvu, José Villarroel, el estado de avance de las obras a la fecha es del 30% y la fecha de entrega de está fijada para el 15 de enero. "El objetivo es poner en valor los lugares más visitados de la Quinta Normal, 4,4 hectáreas entre el acceso principal y la laguna", dice Teodoro Fernández.
Para evitar que los visitantes usen la laguna para bañarse, se creará -en un espacio de 1.500 m2- una plaza de juegos de agua interactiva, cuyo diseño y fabricación fueron encargados a la empresa española Emte Service, la misma que ha creado fuentes lúdicas en Granada, Lisboa y Sevilla. La plaza, ubicada donde antiguamente existía una cancha de patinaje, será de adoquines y tendrá chorros de agua altos, con forma de arcos, y otros que crean figuras y nubes de agua. En el día, niños y adultos podrán mojarse y jugar con el agua y, al atardecer, disfrutar de espectáculos de luces y música. A su vez, a un costado de la fuente se instalarán baños públicos subterráneos. "Estos nuevos servicios contribuyen a un lugar más aseado donde poder pasar el día", dice Fernández.
En su diseño original del siglo XIX, la Quinta Normal tenía un trazado de avenidas internas que se fue desdibujando con el tiempo. "Volveremos a dibujar esos trazados a la francesa, con adoquines y bancas. Por otro lado, en la zona de parque recuperaremos el trazado de paseos laberínticos entre árboles que propuso Claudio Gay", cuenta el arquitecto.
La Quinta Normal fue el primer parque público de América. "En esa época existían parques en Europa, pero eran sólo para la aristocracia. En cambio, la Quinta Normal fue concebida desde el comienzo como un parque abierto a todo el público", afirma Teodoro Fernández.
En el lugar funcionó el primer restaurante elegante de la ciudad, a cargo de Santiago Melossi, y se plantaron por primera vez árboles exóticos, como los plátanos orientales, que después emigraron a otras comunas. "La gente empezó a imitar la Quinta Normal. La Plaza de Armas se convirtió en un pequeño jardín porque la tomó como modelo. Las haciendas chilenas tienen como característica un pequeño parque y eso también viene de la Quinta Normal", finaliza Fernández.
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