lunes, 13 de febrero de 2012

Área protegida en Caldera preservará mayor yacimiento de cetáceos fósiles del mundo


www.emol.com
Fecha: 13 de febrero de 2012
 

Consejo de Monumentos Nacionales tramita su creación:

Corresponden al entorno inmediato del cerro Ballenas donde se han rescatado, hasta ahora, casi 80 diferentes esqueletos de estos animales que vivieron en la zona, hace unos 7 millones de años. Algunos están en excelente estado de conservación.  

Richard García 
A las afueras de Caldera, en medio de la Panamericana Norte, se encuentra el cerro Ballenas. No recibió este nombre por la forma sino porque en los años sesenta, cuando se construyó el camino longitudinal, aparecieron restos fosilizados de estos animales. Pero como en esa época no había una ley que velara por ese patrimonio -que recién data de 1970-, nada se hizo por su rescate y los fósiles fueron destruidos por las máquinas o pasaron a manos de coleccionistas.




Así se veía uno de los fósiles luego de quedar al descubierto. Llama la atención lo articulada que aún se conserva su estructura. 



Tuvo que transcurrir casi medio siglo para que en el año 2010, el ensanche de la carretera obligara nuevamente a remover el terreno pero, a diferencia de la vez anterior, en el país existía una joven generación de paleontólogos que levantó la alerta respecto del valor del lugar. Fue el curador del Museo Paleontológico de Caldera, Mario Suárez, quien se contactó con las autoridades del Consejo de Monumentos Nacionales, luego que comenzaran a aflorar los primeros restos de cetáceos por los movimientos de tierras.

"Contactamos al Ministerio de Obras Públicas, el que había concesionado las obras a la empresa Valles del Desierto", recuerda Lissette López, encargada de la Comisión de Patrimonio Natural del Consejo de Monumentos Naturales. Luego de visitar el lugar con los especialistas y constatar la importancia del hallazgo, se solicitó la paralización de las obras, lo que se mantendrá hasta que finalicen las labores de rescate.

"En principio, cuando se nos informó del hallazgo nunca pensamos que se trataría de un yacimiento de las dimensiones que se han constatado hasta ahora", dice Lisette López.
"Encontramos unas ochenta ballenas, de las cuales cuarenta están relativamente completas. Muchos de los restos menos conservados corresponden a parte de lo que fue destruido en la excavación de 1965", cuenta Mario Suárez, quien encabeza los trabajos de rescate de los fósiles.

El paleontólogo contó además con la colaboración de investigadores del Instituto Smithsoniano y National Geographic. Estos, a su vez, también trabajan junto al curador de paleontología de vertebrados del Museo Nacional de Historia Natural, David Rubilar, en otro proyecto de exploración del área, conocida por su riqueza fósil.

Aunque en principio el rescate estaba previsto que durara hasta enero, todavía falta recuperar un par de fósiles de animales y, además, excavar el nivel inferior del montículo hasta llegar a la altura de la carretera actual, que corre atrincherada entre las dos mitades del cerro. Las obras de ensanche todavía están detenidas en ese tramo.

Suárez admite que es poco probable que encuentren piezas muy relevantes en lo que resta del rescate. Sin embargo, cree que este hallazgo es apenas la punta del iceberg de un enorme patrimonio a la espera de ser descubierto en la zona.

De ahí que el Consejo de Monumentos Nacionales tramita ante el Ministerio de Bienes Nacionales la declaración de un área de conservación de 630 hectáreas, en torno al cerro Ballena.
Esa zona pertenece a la misma terraza marina (un área que estaba debajo del agua, en el pasado) donde se proyecta una continuidad del yacimiento, por lo que se presume la misma abundancia y características de materiales paleontológicos. Esto involucra un terreno que se extiende tanto hacia la costa como el interior de Caldera, a ambos costados de la Panamericana.

López dice que el objetivo es conservarla, exclusivamente, con fines de investigación científica especializada, pero que además se puedan realizar actividades de educación hacia la comunidad. Suárez sueña con una especie de museo de sitio, donde el público pueda aprender sobre estos habitantes del pasado y también ver in situ las excavaciones.

 Tesoro fósil La Formación Bahía Inglesa es el nombre que recibe un área de enorme riqueza fósil que se extiende hacia el sur y al este de Caldera. Hace 10 millones de años correspondía a una zona cubierta por el mar. Se han encontrado restos fosilizados de mamíferos y aves marinas, destacando los restos del Pelagornis chilensis , una de las aves más grandes que ha habitado el planeta.

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