domingo, 5 de febrero de 2012

Ejército de Chile iniciará segunda etapa de reconstrucción en el museo de El Huique

Monumento Histórico Nacional Provincia de Colchagua:


La segunda fase del proceso de restauración que se lleva a cabo en el museo San José del Carmen de El Huique, tiene como objetivo la reparación de los daños ocasionados por el terremoto y convertir a dicha hacienda en un polo de desarrollo turístico-cultural para la comunidad de Palmilla.  

Francisca Allende Celle 
El museo de El Huique, emplazado en las dependencias de la bicentenaria casa patronal de la Hacienda San José del Carmen de El Huique, dará inicio a las reparaciones de las cubiertas del ala sur del inmueble, tras haber restaurado exitosamente las techumbres del patio central de la hacienda durante la primera fase de reconstrucción, llevada a cabo entre febrero y mayo de 2011.





"La restauración anterior permitió pasar un invierno sin problemas, ya que con ella logramos proteger al adobe del agua. Por esto, queremos habilitar los techos del ala sur para evitar que ese sector siga expuesto a los efectos del clima", señala la conservadora del museo, Loreto Lucar.

Los nuevos trabajos -que se iniciarán entre febrero y marzo de este año- pretenden la recuperación de fachadas, techos, pisos, habitaciones y el patio de la cocina, actividades que requerirán de mano de obra fina y el cumplimiento de importantes procesos técnicos. "Si bien esto implica que muchos de los sectores del museo tendrán que permanecer cerrados al público por un tiempo, la hacienda seguirá ofreciendo actividades a sus visitantes, como recorridos por los patios centrales y por un huerto educativo desarrollado para la producción de cultivos orgánicos", agrega Lucar.

Proyecto de restauración
El museo ha sido dañado por diversos eventos. En 1986, por ejemplo, por el desborde del río Tinguiririca y en 2010 por el terremoto. El Consejo de Monumentos Nacionales y el Ejército de Chile llevan seis años trabajando en la llamada 'puesta en valor' de la Hacienda El Huique, con el fin de asegurar la preservación de dicho patrimonio inmueble que hoy se erige como el único testimonio vivo de las tradiciones y costumbres que caracterizaban la vida de las haciendas chilenas en la primera mitad del siglo XIX.

En esa misma senda, y para apoyar el proyecto de "Restauración, Reconstrucción y puesta en valor del Museo San José del Carmen de El Huique", propuesto por el Consejo Regional de la Cultura y las Artes, el Ministerio de Bienes Nacionales materializó la compra del sector denominado "bienes comunes", mientras que el MOP -a través de la Oficina de Arquitectura Regional- respaldó la postulación del museo al Fondo Nacional de Desarrollo Regional, gracias a lo cual se obtuvieron $1.800 millones para una licitación que actualmente evalúa las propuestas realizadas por tres empresas: Desarrollo Constructivos AXIS S.A., Empresa Constructora DESCO S.A. y Sociedad Constructora San Vicente LTDA.

Muros con historias
La Hacienda El Huique, herencia que la familia de Miguel de Echeñique y Lecaros, que conservó por más de cuatro generaciones, fue traspasada al Ejército de Chile en 1975, cuatro años después de que la casa patronal y las dependencias destinadas al bodegaje y a las faenas agrícolas, fueran declaradas Monumento Histórico Nacional. Este patrimonio se encuentra insertado en 79,6 hectáreas que el Consejo de Monumentos Nacionales declaró como Zona Típica en 1996.

Adobe, tejas de arcilla y maderas de roble, ciprés y pino, dan lugar a un espacio que, de acuerdo a Loreto Lucar, alberga la cultura rural chilena y el real espíritu de sus haciendas. Reuniendo lo indígena, lo hispánico y ciertos tintes musulmanes, el mobiliario original de la casa patronal, junto a una serie de herramientas, artefactos e indumentarias, relatan parte de la historia de Chile que tuvo lugar entre los siglos XVIII y XIX: "Hay cosas que datan desde 1829, año en que se inició la construcción de la casa, hasta otras del año 1975", detalla la conservadora.

Todo eso -mobiliarios, tecnologías, decorados y hasta un retrato del ex Presidente Federico Errázuriz- confluyen para constituir una sola identidad: la de los orígenes del pueblo chileno. Pero también una identidad singular del lugar que se expresa, por ejemplo, en el "bonete huicano", un sombrero de copa en punta con ala ancha, confeccionado con lana de oveja prensada y bordado a mano, con escenas del campo, que fue instaurado por Elena Errázuriz de Sánchez con el objetivo de identificar a los trabajadores de la hacienda.

Debido a que las zonas más dañadas de la casa patronal corresponden al pórtico de la iglesia (que se terminó de construir en 1851) y a los muros del ala sur, allí se centrarán la mayor parte de las obras de reconstrucción. En el último caso, una de las intervenciones más importantes es la que se realizará en los papeles murales que revestían las paredes de la hacienda, cuyos diversos estilos, diseños y coloridos son una prueba tangible del paso de los años.

Entre los papeles murales más impresionantes están los de la iglesia. Los hay texturados y otros con delicadas incrustaciones en dorado y plateado, además de balaustradas de cristal murano traído desde Italia, altares con retablos en pan de oro y un cielo pintado a mano en su totalidad por un artista alemán.
El microuniverso de la hacienda chilena

La casa patronal de El Huique, a lo largo del tiempo, se ha instituido como el lugar de encuentro cultural y social del pueblo huicano. Es por esto que la incorporación de la comunidad en el proceso de restauración del espacio, permitirá que los habitantes, al tiempo de participar del rescate de su propia identidad, puedan contribuir a la sustentabilidad futura del proyecto.

La incorporación de la comunidad a los trabajos de restauración y conservación, se piensa realizar mediante la contratación de un 80% de mano de obra local, la inclusión de emprendedores de la zona de Colchagua que puedan contribuir al desarrollo de actividades turísticas y la capacitación de huicanos en la producción de cultivos orgánicos a través del desarrollo del huerto educativo del museo.

Todas estas reparaciones pretenden no sólo convertir a la hacienda en un polo turístico y cultural, también buscan "consolidar el futuro de una localidad que tiene unas potentes raíces costumbristas chilenas", comenta Loreto Lucar. Para Manuel Araya, las restauraciones debieran extenderse a las zonas aledañas a la casa patronal ya que "tal como las raíces chilenas son una mezcla de muchas cosas, El Huique también es una mezcla de muchos elementos, por lo que resultaría imposible considerar El Huique, sin pensar también en los monumentos que están alrededor de la casona y que, por tanto, forman parte de la historia de ésta".

La estación de Colchagua, el puente Tapados y el antiguo Palacio Errázuriz, son algunos de los monumentos cuya conservación es considerada de vital necesidad para el enriquecimiento del circuito cultural de la zona.

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