domingo, 15 de abril de 2012

Hoy se celebra esta fiesta de religiosidad popular: Cuasimodo, una tradición que sale a las calles

domingo 15 de abril de 2012
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El libro "Cuasimodo. Carga de caballería a 'lo divino'" recoge sus orígenes y desarrollo.  



Gustavo Villavicencio 
"Conmueve ver tantos niños, jóvenes y adultos que preparan con esmero sus atuendos, caballos, bicicletas u otro medio de transporte, y no temen manifestarse como católicos, custodiando al Santísimo Sacramento", escribe el arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, en la presentación de "Cuasimodo. Carga de caballería a 'lo divino'" (Editorial Alba), del investigador Juan Guillermo Prado. Después de 18 años, el autor publica una nueva edición, corregida, aumentada y actualizada.

La investigación de Prado deja de manifiesto que nuestro país es el único lugar en el mundo donde se realiza la festividad y que algunos historiadores aseguran que sus inicios se encuentran en los tiempos de la Colonia, pero no existen documentos de esa época que así lo avalen.

El nombre de Cuasimodo proviene de la frase "Quasi modo geniti infantis..." (como niños recién nacidos), expresión que se usaba en la misa siguiente a la Pascua de Resurrección. Sus orígenes se remontan al Concilio de Trento, que establecía la obligación de comulgar al menos una vez al año. Los sacerdotes entonces adoptaron la costumbre de llevar la comunión a los enfermos y ancianos que no podían asistir a misa.

En los tiempos de anarquía que vivió nuestro país entre 1825 y 1830, escribe Prado, "los desertores del Ejército, prófugos de la justicia y bandidos formaron bandas que asolaban casas patronales, aldeas o a los viajeros que no eran capaces de oponer resistencia. Así habría surgido la costumbre de que un grupo de huasos acompañara al sacerdote mientras cumplía con la norma de entregar la comunión".

En el transcurso de los años, la fiesta se ha extendido a varias comunas de Santiago y sus alrededores. Además, ha llegado a Angol, Osorno e Isla de Pascua. En los sectores urbanos se denominó Cuasimodo y en las áreas rurales, "correr a Cristo".

En el año 2006, la fiesta fue proclamada Monumento Nacional y, según consigna Prado, quizás en un futuro no muy lejano sea declarada por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

En sus comienzos sólo participaban jinetes; actualmente se han sumando carretelas, ciclistas y automóviles. Sólo en la localidad de Colina se mantiene la tradición de la cabalgata.

En su visita a Chile, en 1987, el Papa Juan Pablo II afirmó en la ciudad de La Serena: "Cuasimodo es una singular expresión de piedad popular, única en su género en el mundo y que se constituye en un verdadero tesoro del pueblo de Dios".

Cuasimodo es una fiesta que no tiene música; su sonido está en la campana que anuncia la llegada de Jesús Sacramentado, y en jaculatorias que pregonan los participantes, quienes gritan a viva voz: "Viva Cristo Rey".

Hoy, Cuasimodo es una festividad que congrega a personas de los más diversos estratos sociales. Ya salió de los sectores agrarios, y hoy se corre en pueblos y ciudades. Y aunque inicialmente fue una

celebración donde participaban sólo hombres, en las últimas décadas se han sumado mujeres y niños.

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lunes 16 de abril de 2012

En Colina más de 4.500 fieles acompañaron en el recorrido al arzobispo de Santiago:
Miles de jinetes celebran Cuasimodo


Pasado el mediodía y tras cinco horas de cabalgata, los jinetes de Colina llegaron a la capilla Reina Sur, donde tomaron desayuno y oraron junto a monseñor Ezzati. Luego continuaron su tarea.



Adultos y niños integraron las caravanas para llevar la comunión a los enfermos.  

Macarena Toro V. 
A las cuatro de la mañana de ayer los jóvenes de la banda municipal de Colina se levantaron para preparar sus instrumentos. Paralelamente, 4.500 jinetes se vestían y alistaban sus caballos para iniciar tres horas más tarde la principal celebración de Cuasimodo del país, en la comuna del sector norte de Santiago.

Al compás de marchas y cánticos, hombres y mujeres de 6 hasta 90 años participaron de la peregrinación que cada año se realiza un domingo después de la Pascua de Resurrección, con el objetivo de ir a entregar la comunión a los enfermos que no pudieron asistir a misa.

Luis Miranda junto a sus nietos fue uno de los cuasimodistas que acompañó al arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, en su recorrido bajo el sol. También corrió el alcalde Mario Olavarría quien, cansado, afirmaba que lo más lindo de la fiesta era ver a los miles de vecinos que se agolparon en las calles a saludar la caravana.

Al igual que en Santiago, en Rancagua, Viña del Mar y Concepción, cientos de jinetes recorrieron kilómetros para recordar la tradición que comenzó a mediados del siglo XIX.

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